¿Y esa chica que viene en mí dirección a toda velocidad?
Me parece reconocerla, pero ella parece concentrada en correr y no querer que la vean, no sé da cuenta de mi presencia y nos tropezamos, ella me pide perdón y me pone una mano en mi hombro derecho mientras le ayudo a subir.
— ¿Cómo te llamas?
— Janeth.
Nos damos los números de móvil y cada una va, por un lado, yo yendo al local de los tíos de Cannes, para ver si él está ahí para poder volverlo a ver. No llego a la tienda que lo veo de frente, está justo en la esquina de la calle del local, mirando en dirección donde me choqué con Janeth, ¿La conocerá? Cuanta intriga. Veo como me saluda y sonríe, se ve tan bonito, se ve tan familiar.
—Hola— le digo acercándome a él.
—Hey.
Los dos subimos de la esquina a la tienda, entramos y todos me miran, yo me cohíbo por todas las miradas sobre mí y Cannes me ayuda a poder hablar sin hacer el ridículo enfrente de todos.
— ¿Cómo llevas el quererte a ti misma? ¿Se dice autoestima?
— Lo voy trabajando, sí, así es, la autoestima.
Estoy hablando con la tía de Cannes, Mar. Su prima Tuli se ha ido hace un rato, me cae bastante bien.
— Nos vamos.
— ¿A dónde?— pregunto.
Por ahí, me dice Cannes, y yo decido dejarme llevar a su aire. Por el camino no quise indagar, y me propuse disfrutar, cuando llegamos al lugar sonreí y bajé del coche. Me acerco al bordillo y veo como empieza a atardecer desde la punta del bosque.
—¿Te gusta?
— Me encanta.