Una Luz en Ti

ESE DÍA -12 | NNES

Volvimos a la rutina, yo trabajando en la tienda de los tíos, y los chicos y adolescentes con los colegios. Aún recuerdo ese día que llevé a Catleya a Kings Park y nos lo pasemos muy bien, odio madrugar tanto aunque ayudando a mis tíos no es para tanto.

— Cannes, ven aquí por favor— me pide tía Mar.

— Voy tía.

Me acerco a la tía y juntos subimos un jarrón blanco con decoración dorada que dentro tiene una variación de sales coloreadas, en lo alto de una estantería y después empezamos un descanso de diez minutos.

Mientras me como el bocadillo que por sorpresa me ha traído la tía, alguien me tapa los ojos sin darme cuenta de que venía, obstaculizando que pueda comer.

— ¡Catleya!— nos reímos.

Me giro ya pudiendo ver y nos sorprendo a ambos abrazándola por la cintura, alzándola un poco y dando unas vueltas y al pararnos darle un beso en una mejilla.

— Te echaba de menos por eso me escaqueé del patio en los veinte minutos que tengo.

Sonríe. Su voz melodiosa me contamina los sentimientos arrolladores que suelta por las palabras, por sus ojos y su manera de estar cerca de mí.

—¿Quieres saber qué?— ella me mira con un brillo enigmático en sus ojos y asiente.

Me acerco a una oreja suya y le susurro:— Yo también te echaba de menos.

Ella sorprendida se tapa la cara sonrojada y se muerde el labio inferior, provocando que no pueda quitarle la mirada.

—¿No comes?— ella me mira y asiente, nos sentamos y colocándose su mochila en las piernas, saca su desayuno.

—Que aprofiti— ella me mira enarcando las cejas y arrugando la nariz dándome a entender que no sabe qué he dicho y me acerco a ella y le susurro.

>> —Que aproveche— cuando me separo, la miro y sonríe.

—¿Qué idioma es?

—Catalán.

Asiente y lo intenta pronunciar y nos reímos.

—¿Me enseñarás?— asiento.

—Pero ahora a desayunar que tú tienes que volver a estudiar y yo a trabajar.

Comemos, entre risas, charlas y silencios y luego nos despedimos; cuando se ha ido, yo vuelvo adentro de la tienda y me acerco al tío.

—Me estaré en caja un rato— mi tío asiente y se va a tomar un café.

La caja está algo tranquila durante mi durada de cajero, pero me sienta bien. Luego, la mañana acaba de pasar rápido y cerramos, los tíos me invitan a comer a su casa y le mando un whats a mi madre para avisar.

Al llegar, me doy un abrazo con Tuls, y comemos. Paso la tarde diseñando en la habitación de ella, en un cuaderno de dibujo y ella leyendo un libro de Yanira Ocaña.

—¿Es que no vas a salir de la casa de los tíos?— veo qué mamá me manda un whats y río.

— ¿Quién es?— la miro y le cuento sobre mamá.

Tuls ríe y sigue leyendo; luego, me despido de todos y salgo hacia casa, preparado para cenar y acostarme.




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