Una Luz en Ti

PLAYA Y REENCUENTRO -29 |LEYLEY

Calor, Cannes y yo estamos en la playa y estamos en el agua, pero siento una extraña calor por debajo de mi cintura, él me ha subido encima suya haciéndome enredar mis piernas alrededor de sus caderas.

— Te echaba de menos amor.

— Y yo a ti princesa.

Nos damos un beso y una ola nos hace una ahogadilla, la cual recordaremos siempre porque después de eso, al salir de bajo agua nos reímos como nunca antes; además ese día fue uno de los mejores que tuve.

Salimos a la toalla y me pongo de espalda al sol, él se pone al contrario de lo que he hecho yo y me mira, ese momento de mirarnos en silencio y pensar en lo que ha sido lo nuestro es tan mágico.

Como ir por el coche y mirar a través de la ventana y pensar liberalmente sin nadie que te pueda rechistar.

— Ley, despierta, nos tenemos que ir ya va anocheciendo.

Lo escucho e intento despertar, pero no puedo, él me da besos por la espalda y se sube, empieza a masajearme y eso se siente bien.

— ¿Me ayudas?

Él asiente y dándome las dos manos puedo levantarme finalmente. Recogemos todo y empezamos a ir al coche. En medio camino empieza a gotear y sé que va a llover, como no me gusta mojarme con la lluvia, ando más rápido y él corre.

Llegamos y cuando ya estamos dentro, nos atamos y antes de que él arranque nos besamos tiernamente.

En medio recorrido me duermo y esa música de fondo deja de sonar para mí. Lo siento Cannes por dejarte aburrido al conducir.

— Nena hemos llegado a tu casa.

— Catleya, despierta—esa voz.

— ¿Papá?

Abro los ojos y rápidamente bajo del coche y nos abrazamos muy fuerte, papá ha estado de viaje laboral hasta hoy, no esperaba verlo.

— Bueno os dejo solos de nuevo— cuando se aleja, vuelvo a mirar a mi sexy novio y sonrío.

— Gracias nnes.

— Por ti, lo que sea Ley.

Nos besamos y me abrazo a él, sin querer alejarme y que se tenga que ir. Pero lo inevitable sucede y él me aleja con cuidado, mirándome por si reacciono mal, pero para nuestra sorpresa, no me sienta mal.

—Adiós Leyley.

— Adiós Nnenes.

Volvemos a besarnos y él se sienta en el coche, cuando suena como lo arranca, mis ojos se cristalizan y doy la espalda para andar hasta la casa.




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