Una Luz en Ti

LA PREPARACIÓN MÁS LARGA -64|LEYLEY

Quedan tres días para entrar en la semana 28 y estoy deseosa de tenerlos en mis brazos. Estamos yendo hacia nuestra futura casa y le voy dando ojeadas a mi barriguita, pensando en que en unas semanas, ya estaremos por allí.

—¿En qué piensas?

—En las ganas de tenerlos en mis brazos, en que ya estemos la casa y que la mudanza pase rápido.

Él, coloca una mano en uno de mis muslos y me lo aprieta, nos miramos rápidamente y estaciona. Somos los últimos en llegar, entrenando para cuando seamos padres, sobre todo los primeros meses.

—Hola.

—Entremos.

Vamos directamente a esa reforma y quedamos en que mañana vendrán a acabar y salimos al patio para hablar de empezar la mudanza.

—Hacia el sábado en principio la casa debe estar preparada para habitarse. ¿Qué os parece, empezar el martes?

Cannes y yo nos miramos.

—Perfecto — decimos los dos.

Luego, salimos de la casa y nos despedimos, cuando nosotros llegamos a nuestro coche, antes de entrar, me giro y la miro una última vez.

—¿Ganas?

—Muchas, ya quiero montar las cosas de los niños, sus habitaciones, aunque aún no las usen, la cuna en nuestra habitación, sus cuidados en el baño, su bañerita movible, sus armarios. La cómoda. Todo, claro que lo nuestro también, estoy deseando venirnos.

Él sonríe contento y luego sigue conduciendo hasta pasarnos de casa de sus padres.

—¿A dónde vamos?

—A tomarnos un trago.

Sonrío y sigo cantando; cuando llegamos, bajo del coche y siento mis pies burbujear.

—¿Estás muy cansada? —asiento.

—Pero no te preocupes, ahora me siento y los descanso.

—Dime que quieres.

—Una coca cola cero y sin cafeína, nos lo dijo el médico, recuerda.

—Elige mesa y siéntate, ahora vengo.

Al rato volvió con las bebidas y un bocadillo.

—¿Y eso?

—Para ti Ley.

La barriga me ronroneo al observarlo dos veces antes de que me lo pasará, así que me abstuve de decir que no. Y me lo como tan a gusto que ni yo me lo esperaba.

—¿Cómo sabías que tenía hambre?

—Se te veía.

—Pues yo ni lo sabía.

—Te conozco demasiado y a veces más que tú a ti misma.

Sonrío, a sabiendas de que tiene razón. Luego de pagar y acabarme la coca cola, nos vamos a comprar, recado dado recientemente por sus padres por WhatsApp.

—¿Estás bien?

—Sí, mi guapo, estoy bien como para ir a comprar, lego si me dices de andarnos todo Perth, pues te mandaré a cagar, pero para comprar sí —Cannes ríe y abre el coche.

Al llegar al súper, me siento más descansada y más enérgica y parece notarlo, sus abrazos ayudando para mejorar. Al salir, Cannes va cargado por no querer dejarme nada a mí, tardando más en cargar el coche con las bolsas.

Al llegar a casa de sus padres, descargan y yo me ducho para quedarme más a gusto para la cena. Luego de ducharme y ponerme el camisón, voy a la sala de estar y los encuentro de cháchara y sonrientes. Mirando todas las ecos. Ay lo que echaré de menos estos ratos. Acercándome a ellos, me acaricio la barriga, notando a mis niños pateando.

—¿Cenamos?

Asiento y se levantan y Cannes me pasa la carpeta de las ecografías y las miro y me da nostalgia que se esté por acabar. Luego de cenar, mientras Cannes se ducha, cojo mi agenda y miro que hay para mañana.

Once —> ginecóloga, niños.

Cuando Nnes se acerca se lo cuento y se pone alarma a las siete, ya que él irá a la tienda de sus tíos unas horas a trabajar y a hacer las fotos.

Cuando nos acostamos, enciendo la linterna de la mesita de noche del lado de mi cama y leo un poco, mientras él se queda dormido y luego la apago y me acurruco a él, abrazándole por la cintura. A media noche, me despierto con ganas de hacer pis y me levanto de espacio para no despertarle.

Cuando ya he meado y tiro de la cadena y vuelvo, pero antes me paso para beber algo, por la cocina. Cuando vuelvo, él se incorpora para ir a por mí. Me acerco a él y me abraza. Se había preocupado al no verme al abrir los ojos.

Le digo que duerma un poco más antes de levantarse y volvemos a dormir abrazados. Cuando despierto, son las nueve, una alarma que no recordaba que pusiéramos anoche, suena. Y sonrío.

Cannes… La habrá puesto antes de irse. Me levanto y voy a la cocina, cuando estoy por desayunar, me doy cuenta de que no están ni mis suegros.

Me preparo un sándwich y un zumo natural de naranja y me siento a tomármelos. Siempre con el móvil cerca por si él llama o me manda un mensaje antes de venir.

Miro redes y vídeos en YouTube y me lo termino todo. Luego, me voy preparando para ir a la ginecóloga y luego de vestirme cojo las carpetas. Quedan poquitas ya…




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