Una Luz en Ti

EMPIEZAN LAS SENSACIONES -74|NNES

Estamos en la caravana tras volver de unas pequeñas semanas de vacaciones por España, aprovechando para visitar familia. Pero, pronto volveremos a la casa. Salimos la mañana después de tener a Eze en la casa, en una sorpresa de última hora a Catleya. Esas semanas nos centramos en disfrutar. Ahora estamos en la semana treinta y cuatro con cinco días, pasado mañana, las treinta y cinco.

Cada vez queda menos y aunque nos hayamos preparado, es una intriga como reaccionaremos. Cómo lo llevaré.

Bajo del baño y la veo apuntar en una libreta verde y está muy concentrada en hacer eso. Veo que usa bolis bastantes coloridos.

—Hola miss Australia —ella me mira y sonríe.

—Hola Nneshu.

Me acerco a ella y nos besamos. Luego ve como me fijo en lo que escribe y sin decirme nada, levanta la libreta y me la pasa.

—¿Puedo ver? — con la mirada que me echa, vuelvo la mirada a la libreta y leo.

Parece ser que mi idea de la otra vez le ha tentado, y aunque sea como una lista, parece que ha decidido darle una oportunidad y escribirá.

—¿Qué vas a escribir?

—Para ti, aun sorpresa, pero digamos que, estás involucrado de alguna manera.

Con esa intriga que me deja Catleya, me pongo a preparar la comida. De reojo veo como cierra la libreta y ordena la mesa.

Viene a la cocina y se sirve un vaso de agua para luego girarse hacia mí y abrazarme.

—Ves a descansar, te aviso cuando este.

Asiente y nos damos un beso rápido, luego se va al sofá y se acuesta y enciende la tele. Para ponerla más nostálgica, la ha encendido en el momento que en el canal que aparece, en la serie están en el momento del test de embarazo.

—¿Te acuerdas de cuando te sorprendí?

—Como si hubiese sido ayer.

Preparo la mesa sin decirle nada, aunque a media mesa, se levanta y me ayuda.

—No hacía falta, amor.

—Nnes.

Una mirada.

—Está bien.

Luego sirvo la comida y nos sentamos a comer. Ella me mira sonriendo, pero luego se acaricia la barriga y achina los ojos.

—¿Qué pasa?

—Creo que empiezo a sentir las primeras contracciones.

—¿Cuáles?

—Las de Braxton Hicks.

—Avísame por cualquier cosa, por mínima que sea.

—Amor…

—Por. Mínima. Que. Sea — nos quedamos mirando y ella asiente, relamiéndose los labios y sé que se está emocionando.

Acabamos de comer y pone el lavaplatos, algo exhausta. Cuando nos sentamos en el sofá, ponemos una serie de Netflix y voy a por palomitas, las cuales nos cruspimos antes de que terminen los primeros veinte capítulos.

—¿Quieres ir a andar?

—Bueno, pero cerca.

>> —¿Misma ruta o cambiamos de sentido?

—Zona universidad — asiento.

Andamos más despacio por pequeñas molestias de Catleya y alguna patada que la frena por unos instantes.

Cuando llegamos a la puerta de la universidad, quiere hacer una pausa y se queda mirando al edificio.

Acaricia la barriga y les dice, mirándosela.

—Mamá vino a está universidad, aunque en teoría ya lo sabéis, la acompañasteis el último tramo. ¿Vendréis a la misma que mami?

>> —¡Cannes, han pateado! Es una señal.

Me acerco más a ella y nos abrazamos. Luego seguimos hasta el centro y ya necesita volver, la veo muy cansada. Por casualidad, mi prima pasa cerca de nosotros y frena al vernos; nos saluda y pregunta por los chiquitines.

Nos juntamos a tomar algo y luego, nos acerca a la casa y ya aprovecha para que se la mostremos.

—¿Cuándo nacen?

—Entre septiembre y octubre.

—¿Sabéis el día probable?

— El veintinueve de septiembre.

—El treinta es mi cumple, ojalá que nazcan puntual.

Ver a mi prima tan emocionada por mis hijos, me llena el corazón. Ella era la única que me veía en estas circunstancias, yo pensaba que nunca pasaría. Luego se tiene que ir y mi miss Australia se va a duchar y yo me cambio de ropa. Yo me ducho por las mañanas. Luego, cojo el móvil y me meto en las redes, hace poco subimos el gender reveal, luego de tanto tiempo y veo comentarios.

Con ello, más o menos, dimos a conocer la relación, ella no estaba muy segura de hacerlo, pero me hacía ilusión y me dejó.

Lo hablé con ella antes de subirlo.

Cuando entra en la habitación le muestro y la veo sonreír, buena señal. Se acuesta y nos medio tapamos los pies; luego le comento que mañana quiero que me acompañe a una sesión de fotos. Le tengo una sorpresa. Una última sesión de embarazada.

Hasta luego, las de recién nacidos. Cierro el móvil y lo dejo a un lado. Me acabo de tumbar y me acerco a ella para acurrucarme.




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