Cap 26
A la mañana siguiente, Hafid estuvo muy temprano en el hospital, los resultados habían arrojado que Sylvia tenía una bacteria, que le había provocado una severa infección intestinal.
El doctor le mandó una dieta estricta y mucho reposo, hasta que su sistema estuviese por completo restablecido.
Hafid al llevarla hasta el auto le preguntó.
— ¿Qué pudo, haberte ocasionado esa infección? Ayer, en la noche de Navidad, estabas bastante bien y muy tranquila,dijo él, algo de lo que comiste te desarrolló esa bacteria.
— He estado revisando en mi memoria ese día, y la verdad que no tengo idea, cuando me levanté en la mañana, sentía mi cuerpo muy caliente, la verdad no entiendo; ¿qué sucedió? — dijo Sylvia.
Tomé un baño y me fui al cuarto de labore no me provocó comer, fui a ver a los niños y no los desperté, me vine a la habitación, porque me sentía realmente agotada.
Yo de verdad pensé, que tenías sueño, los niños fueron los que me alertaron al ver que tú seguías durmiendo tan tarde— dijo Hafid, ¿cómo te sientes ahora?
— Algo agotada, pero un poco mejor que ayer, me mandaron varios medicinas y antibióticos, estaré algunos días de reposo— dijo ella.
— Tienes, que estar bien para fin de año — dijo él— tengo muchos planes para salir con los niños, disfrutar de los desfiles, de los fuegos artificiales, y quiero que después, de que ellos ya estén dormidos, vayamos a un local en Londres y estar hasta amanecer.
— ¡Caramba tienes ya todo organizado? —dijo ella.
— Por eso deseo que te pongas bien, porque quiero bailar, y olvidarme de todas mis tristezas que pasé por estos años.
— Bueno, espero estar bien—dijo ella.
— Lo estarás— dijo Hafid.
Al llegar a casa, Amira y Farid, estaban esperando a sus padres, ellos tenían la plena confianza, de que mamá vendría casa, al verla, saltaron de alegría, y salieron abrazarla.
— ¡No tan fuerte, que mamá aún está débil— dijo papá.
Amira la tomó de una mano y Farid de la otra y dijo la niña.
— Ven mamita, yo te voy a cuidar—dijo Amira— voy a mandar, que te preparen una buena sopita caliente.
— ¡Está bien mi amor!— dijo Sylvia, —me la comeré con gusto.
— Yo también, voy a cuidarte mucho mamita— dijo Farid— te voy a preparar, una bolsa de agua caliente, para tus pies.
— Tan bello mi niño, estaré mejor acá en casa, que en ese frío hospital, con estos dos enfermeros, de primera categoría— dijo Sylvia.
La acompañaron hasta la habitación y Farid, fue a la cocina, a dar las instrucciones para la bolsa de agua caliente, que su su mamá usaría, también Amira, dio la orden de preparar sopa para su mami.
Hafid, al día siguiente, salió y regresó con una grata sorpresa para sus hijos y Sylvia, su mamá y su hermana pasarían el año nuevo con ellos; cuando los niños, vieron a la abuela y a la tía las abrazaron muy emocionados
Ellas ya estaban informadas que Sylvia estaba enferma, de inmediato se encargaron de atenderla, para que recuperará su salud, estaban encantadas de estar ese fin de año con Hafid por primera vez, desde que se había casado con Rachel.
La primera esposa de Hafid, no le gustaba la Navidad para nada, mucho menos las celebraciones familiares, así que había alejado a Hafid de cualquier celebración.
Por eso se sentían encantadas con Sylvia, la casa se veía hermosamente decorada, con todo lo alusivo al mes de Navidad.
Sylvia se sintió muy complacida de tenerlas en casa, aunque se sentía un poco frustrada, por no poder atenderlas como ellas se merecían.
— No te preocupes cariño—dijo Halima— habrán muchas oportunidades para compartir en familia.
— Hafid dijo, que necesitaba salir, así que las dejó solas para que conversaran.
—Cuéntame Sylvia, ¿cómo has hecho para que mi hijo, haya mejorado su actitud? Lo siento diferente,menos amargado— dijo Halima.
— ¿En serio? Yo no le veo nada diferente, lo veo igual de amargado,la verdad no le he notado ningún cambio— dijo Sylvia. divertida— ¿Y cuando decidieron venir a visitarnos?
Hafid,nos llamó hace dos días— dijo Halima— me dijo que estabas enferma, y que le gustaría que lo acompañáramos, en esta celebración de año nuevo, fue realmente una grata sorpresa.
—¡También para mí ha sido una muy buena la noticia de tenerlas acá!— dijo Sylvia.
— ¿Te gusta que estemos en tu casa?— preguntó Halima.
— Me encanta compartir en familia—dijo ella— ¡Gracias por estar acá!
— ¿Por qué se salieron tan pronto de casa? —dijo Halima.
— Creo que tuvo que ver con la con la visita de los abuelos de los niños— dijo Sylvia.
—¿Los padres de Rachel conocieron a los niños? y qué extraño que los dejó ver— dijo la madre de Hafid.
— Sí, — dijo Silvia— eso lo acepto pero no estoy segura que pasó, de allí tomó la decisión de viajar.
— Él, sí está bastante diferente—dijo Halima— yo le dije a Abir, que era gracias a ti.
— No creo, que yo influya mucho en él— dijo Sylvia— es un hombre terco y bien tozudo.
— Sí, pero antes de que sucediera lo de Rachel, era una persona muy buena,— dijo la madre de Hafid— ella, le hizo mucho daño a mi pobre hijo con su actitud tan irresponsable.
— No se centren en los malos recuerdos— dijo Sylvia— hay que olvidar el pasado, no pensar tanto en eso, porque les hace daño.
— Sí tienes razón, — dijo la madre de Hafid— pero no es tan fácil olvidar lo malo que te hacen.
— Amó mucho a su primera esposa— dijo Sylvia— yo creo que aún sufre por ella.
— ¡Qué triste debe ser para ti! —dijo Abir.
— No pienso mucho en eso— dijo ella— disfruto del momento, no me preocupa lo que pasará mañana, mucho menos lo que pasó ayer, solo vivo el presente.
—¡Qué bueno hija!— dijo la suegra— espero, que él pueda aprender de ti lo práctico de cómo ves la vida.
— La vida es práctica Halima, quiénes la complicamos somos nosotros, quizás Hafid debe aprender de que a pesar de lo que vivió, eso ya pasó, ya no tiene porqué estar recordando eso, ustedes tampoco.