Cap 27
— Lo importante querida Sylvia, es lo que estás haciendo y se ven los resultados— dijo Halima.
En la noche después de la cena Hafid buscó un paquete que tenía en el estudio, ya su madre y hermana se habían retirado a dormir, al igual que los niños.
Ya Sylvia tenía tres días de haber llegado del hospital, se veía con mejor semblante, él entró de nuevo en la habitación y dijo :
— Te compré este regalo,espero que te guste, y puedas usarlo el día de fin de año—dijo Hafid.
Sylvia, recibió el obsequio que venía en una hermosa bolsa de regalo, decorada con buen gusto, la abrió y allí dentro había un vestido muy bello.
Era negro y elegante, la parte de la blusa estaba elaborada en blonda negra, con detalles en Swarovski, mangas transparentes, la falda amplia en varias capas, de corte asimétrico, al frente llegaba por encima de la rodilla y la parte trasera hasta los tobillos, con zapatos que le hacían el juego perfecto.
—¡Esto está bellísimo Hafid! —dijo Sylvia— ¡Gracias, tienes un gusto excelente!
— Me alegro que te haya gustado— dijo él.
— Me has llenado de regalos en esta Navidad, espero poder compensarte para la próxima—dijo ella.
—Eso te lo has ganado, por ser la la mejor madre para mis hijos— dijo él.
— ¡Gracias Hafid!— dijo Sylvia— si que eres un hombre muy atento.
Después fueron a dormir, todavía quedan algunos días para el fin de año, Sylvia necesitaba recuperarse, ya en la mañana, a las ocho y media, estaba en el comedor desayunando, ella tenía una dieta, donde en la mañana sólo podía consumir frutas y yogurt, mientras fortalecía su sistema digestivo.
Hafid se encerró en el estudio Halima, Abir y Sylvia, salieron con los niños después del desayuno, ya se sentía bastante mejor y quería hacer compras, algún obsequio para Hafid, también para su suegra y cuñada.
— Estaba dispuesta, a usar la tarjeta que Hafid le había dado, por si un día la necesitaba, en estos momento había surgido esa necesidad, buscó unos gemelos para obsequiar, su suegra le ayudó a escogerlos, también encontró unos aretes y un brazalete para ellas
Allí mismo, dentro de la tienda les dijo:
—¿Cuál de estos les gusta?— dijo Sylvia.
—¿Son regalos para nosotras? — preguntaron al unísono.
— Sí, ustedes llegaron después de Navidad, y no pude hacerles un obsequio, por eso es justo— dijo Sylvia.
— ¡Gracias, qué detalle tan lindo!
Tuvieron cada una, una joya para lucir ése fin de año, además compraron algunas prendas femeninas, después volvieron a casa, Hafid al verlas les dijo:
— Vienen muy felices, eso me asusta un poco, espero que le hayan tenido compasión a esa pobre tarjeta—dijo Hafid.
—¡Tranquilo, que no quedaste arruinado por unos cuántos miles de libras—dijo su madre.
— Es que las conozco ustedes dos son muy gastonas, —dijo Hafid, señalando a su mamá y a su hermana.
— Ésta vez, no usamos tu tarjeta, usamos la nuestra— dijo su mamá— solo Sylvia, nos compró algunas cositas, así que no es mucho lo que se gastó.
— ¡Eres un exagerado!— dijo la hermana— ven te mostraremos nuestros regalos y nuestras compras.
Se reunieron en la sala, y Abir, la hermana fue la primera, en mostrar sus regalos, luego siguió su madre, hasta los niños que habían recibido pequeños obsequios de su abuela y de su tía, participaron, mostrando orgullosos y participando de aquella sencilla reunión familiar.
Halima y Abir, también compraron obsequios para Hafid, y Sylvia y todos los demás, formaron un círculo de alegría, al ostentar sus regalos, nuevamente al caer la noche, Sylvia usó el mismo estilo de Hafid, para entregar su obsequio.
Una vez en la habitación, le entregó un pequeño estuche, con una bolsa que contenía obsequio para él.
— Ábrelo por favor— dijo Sylvia.
Él, buscó primeramente en la bolsa ésta contenía, una fina corbata de seda, luego abrió el estuche y al ver el contenido exclamó:
—¡Wow, qué detalle tan hermoso!—dijo él.
Eran unos hermosos gemelos, para los puños de su camisa, tenía un gran diamante en el centro, salpicado alrededor por unos más pequeños, dando un aspecto, de espectacular belleza.
— ¡Se ve muy sofisticado y elegante! —dijo él.
— Qué bueno que te encantan, — dijo Sylvia— usé tu tarjeta, por favor ve descontando él dinero de mi sueldo.
— ¡Por favor! ¿Cómo se te ocurre? dijo Hafid— es un regalo, y así se quedará, no hay nada que descontar.
— ¡Gracias Hafid!— dijo ella— mi cuenta bancaria, no es nada abultada, comparada con la tuya, no se puede comparar, pero quería obsequiarte algo, digno de lo que tú representas.
— ¡Gracias querida Sylvia! ¡Eres una excelente amiga!— dijo Hafid—me encanta tu regalo.
— Me alegra mucho, haberte complacido con ello, cuando lo vi me dije:"Esto se parece muchísimo a Hafid, voy a comprarlo.
—¡Oye, nunca había escuchado, que uno se parezca un obsequio!—dijo Hafid.
Ella, rió de buena gana, se sintió por primera vez, relajada al lado de este hombre, después de casi ocho meses, estaban compartiendo y se sentía muy feliz al entrar en confianza, conversando con él.
Se prepararon para dormir, al día siguiente quedaban dos días para finalizar el año, todos se estaban organizando para disfrutar en familia, Hafid, se sentía animado por el carisma que imprimir Sylvia, a la celebración.
Las tres mujeres, se esmeraron por hacer del fin de año un momento digno de recordar, los niños se sentían emocionados, esperaban con grandes expectativas, el día que iba a finalizar el año.
Habían, preparado alimentos para ese día, cuidando en detalle cada las indicaciones del doctor, en la dieta de Sylvia, no podía consumir tanta salsas y grasas.
Llegó el tan esperado día, desde muy temprano empezaron a disfrutar, era mucho lo que tenían que ver, había desfiles, y se prepararon para salir y llevar a los niños, que eran los más animados, de ver por primera vez, cómo finaliza un año.