Una madre para mis hijos, una esposa para mí.

Una visita inesperada...

Hablaría con su esposa, juntos iban a encontrar un plan para que se enamoraran, pero algo tenía que hacer y pronto; estaba cansado de sufrir por desamor

En la Universidad Sylvia estaba muy bien con sus estudios, estaba hablando con unas compañeras cuando una de las profesoras se le acercó y le pidió hablar un momento. 

— Disculpa mi curiosidad, tu apellido es Aziz, conozco a una persona con ese apellido, serás familiar de él, se llama Hafid Aziz, es mi pareja. 

Sylvia sintió un golpe en el estómago al escuchar a aquella mujer decirle que su esposo era su pareja, se mordió los labios y luego de mirarla de arriba a abajo dijo:

— ¿En serio eres la pareja de mi esposo? Es una excelente información, deberíamos salir los tres y ver cómo nos va, voy a proponérselo. 

— Eres la esposa de Hafid, no creo que estemos hablando de la misma persona, él es soltero— dijo ella, aparentemente contrariada. 

— Habría que hacer una cita y ver si es— dijo Sylvia irónicamente— el Hafid mío está casado y tenemos dos hijos, con tu permiso, tengo prisa. 

— Necesitamos aclarar esto— dijo la profesora. 

— Lo haremos, no te preocupes— dijo Sylvia. 

Salió con un nudo en la garganta, una opresión en el estómago, se sentía mareada y con ganas de vomitar por todo lo que sentía en ésos momentos. 

Respiró y luego pensó:

— "¿De qué te extrañas?  Es un hombre y aunque está casado contigo no te debe fidelidad, es solo un contrato; te prometió hacerte feliz, no amarte".

"Controla tus emociones y sigue adelante" Pensó Sylvia para darse ánimo. 

Al llegar a casa, no vió a Hafid por ningún lado, quizás estaba resolviendo algún negocio, fue con los niños y se dedicó a sus cosas hasta la hora de la cena. 

Aun Lucas no llegaba, los niños preguntaron:

— ¿Papá no desea comer mamá? — preguntó Farid. 

— Aun no llega cariño, está en una reunión y no ha podido salir— dijo Sylvia, justificando a Hafid. 

Hafid después de estar un rato en el estudio, recibió una llamada y tuvo que salir, era un viejo amigo que no veía desde que estaba recién comprometido con Rachel. 

 — Hola Ahmed, de verdad fue una sorpresa para mí recibir tu llamada— dijo él al saludar al amigo. 

— Estuve muchos años fuera de los Estados Unidos, después que te comprometiste con Rachel— dijo el amigo de Hafid. 

— ¿Te enojaste conmigo?— preguntó Hafid— se de la admiración que sentías  por ella. 

— No me enojé, tenías derecho a ella— dijo él— sólo me sentí triste de verla unida a ti y no a mí. 

— Entiendo tu decepción— dijo Hafid— ¿Que querías hablar conmigo? 

— ¿Por qué dejaste que se suicidara Hafid? — dijo Ahmed— si no podías hacerla feliz, no la hubieras llevado a ese extremo. 

Hafid le explicó a su amigo las circunstancias de  lo que sucedió con su matrimonio y aún así Ahmed estaba lleno de resentimientos. 

Pasaron  hablando de Rachel y la relación entre ellos toda la tarde y aún así cuando se despidió de Ahmed, podía sentir su hostilidad. 

Esa misma mañana antes de salir para donde su amigo había recibido una llamada para una reunión de negocios, tendría que viajar al día siguiente, pero sólo serían pocos días. 

Unas horas más tarde llegó Hafid, Sylvia al verlo, arrugó el entretejido, pero no dijo nada, él la saludó:

— Disculpas por no estar a la hora de la cena,  tuve una reunión con  un amigo. 

— Debiste mandar una mensaje por lo menos, para no mentir a los niños a la hora de la cena— dijo ella. 

— Soy un descuidado Sylvia, lo siento— dijo él— me entretuve con mi amigo y se pasó el tiempo, cené con él, mañana me disculpo con los niños. 

Ella no dijo nada, seguramente era cierto, no tenía porqué  dudarlo, pero la conversación con la profesora no se le iba de su cabeza; no quería hacerse una  historia, pero pensó:

" Y si estaba era con ella, quien había asegurado que eran pareja, olía a alcohol, aunque no estaba borracho, mejor dejaba de pensar y se dormía "

— Mañana voy a irme de viaje por unos días, salgo a mediodía, antes de que los niños se vayan a la escuela hablo con ellos— dijo él— después, cuando regrese me gustaría hablar contigo. 

— Está bien— dijo ella— ¿Cómo estuvo tu terapia? 

— Avanzando, según la psicóloga, aunque yo no veo el avance, pero estoy tomando decisiones— le informó Hafid. 

Al día siguiente, como lo prometió, habló con los niños pidiendo disculpas por haberse tomado demasiado tiempo en la reunión. 

— Está bien papá, pero debes enviar mensajes— dijo Amira. 

— Tienes razón, tu madre también me lo recordó— dijo él— seré más prudente, lo prometo, aprovecho para despedirme, hoy saldré de viaje y estaré unos días fuera de casa. 

Esos días que serían pocos, se convertirían en una pesadilla después para Hafid, siempre viajaba en su avión privado y se hacían arreglos para que un  un auto estuviera a su disposición apenas pisara tierra. 

Esta vez, sucedió algo diferente, al aterrizar el avión  el auto, al transportarlo hasta el hotel, se desvió saliendo fuera de la ciudad, Hafid se extraño y preguntó:

— ¿Qué está sucediendo? Ésta ruta no me lleva hasta el hotel— dijo él. 

— No vamos al hotell señor, vamos hasta la casa de alguien que necesita hablarle y hacer negocios con usted— dijo quien conducía el auto. 

— ¿Me están secuestrando?— dijo Hafid. 

— Solo nos desviándonos un poco— dijo el hombre. 

En casa de Hafid, llegó un visitante inesperado, la empleada le anunció a Sylvia, que un visitante necesitaba hablarle. 

— Dile que lo recibiré en la sala principal— dijo Sylvia. 

No le gustaba recibir visitas sin que Hafid estuviera en casa, no entendía quien era ésta persona, que la solicitaba a ella. 

— Buenas tardes señora Aziz, disculpas por venir sin ser invitado, — dijo el visitante— pero necesitaba hablar con usted. 

— ¿Quién es usted?— preguntó Sylvia. 

— Soy amigo de Hafid— dijo él. 



#1647 en Novela romántica

En el texto hay: romance +18

Editado: 02.04.2023

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