Una madre para mis hijos, una esposa para mí.

Sueño cumplido...

— Eres mi hija con Daphne, me siento mal por conocerte en éstas circunstancias— dijo él— te ves muy sofisticada, no parece que hayas crecido en un orfanato. 

— Ryan, ya es tarde para lamentar lo que ya sucedió, ahora lo importante es que ya no estoy sola y tú tampoco lo estarás— dijo ella— me gustaría saber si los padres de mi madre aún viven. 

— La verdad solo sé que él padre de Daphne trabajaba en el ferrocarril, que su madre estaba siempre en casa, pero nunca le pregunté por los nombres— dijo él. 

— Es un avance— dijo Hafid— por allí  podríamos averiguar. 

— Eran de un pueblo vecino, — dijo Ryan— pero tampoco sé exactamente cuál, solo sé que cada mañana Daphne Montgomery venía a vender flores. 

— Esa información es valiosa Ryan— dijo Sylvia— tenemos un punto por donde empezar a averiguar. 

— Lamento que te hayas criado en un orfanato— dijo él— perdí demasiado tiempo en empezar a buscar a tú madre. 

— A veces las cosas pasan y hay que aceptarlas— dijo Sylvia. 

Estuvieron hablando por un buen rato, ella le dejó algo de dinero, se veía que era un hombre muy pobre, le prometió volver para ir conociéndose un poco más mientras estuvieran allí en el país. 

Cuando salieron de la casa de Ryan Norris, Sylvia dijo:

— Has estado bastante silencioso cariño. 

— Era tú momento y quería que lo disfrutaras— dijo él— por cierto tus ojos son idénticos a los de tú padre. 

Ella sonrió satisfecha y dijo:

— ¿Oíste cuando dijo que tenía él cabello como mi madre? 

— Sí,lo escuché perfectamente y que te pareces mucho a ella— dijo él. 

— Mi amor quiero ayudarlo a salir de la pobreza en la que vive, me dió pena, no tiene casi nada en esa pequeña casa donde vive, que además se está cayendo— dijo Sylvia conmovida. 

— ¡Claro que lo ayudaremos!— dijo él— ¿cómo te sientes al saber que ahora no eres Aziz por mi, si no que tienes tus propios apellidos. 

Sylvia se sentía emocionada y así se lo hizo saber a su esposo, era un alivio saber que tenía un padre que estaba vivo y que posiblemente tendría abuelos maternos. 

Era una emoción que no podía describir con palabras, pero se sentía muy, pero muy felíz de haber conocido al hombre que la había engendrado. 

— Me hace feliz verte tan emocionada por haber conocido a tu padre— dijo Hafid— haré lo que sea para que estés contenta siempre mi amor. 

— Lo sé, eres tan bueno conmigo y consentidor— dijo ella— gracias por la iniciativa de averiguar sobre mis padres. 

Él la besó tiernamente, todo lo que fuera necesario para hacer feliz a ésta chica a la que amaba profundamente. 

Sylvia se ocupó prontamente de buscar un lugar para que su Ryan Norris, su padre tuviera un mejor estilo de vida, nuevamente estuvo en su vivienda y le dijo:

— Hola Ryan, vine a buscarte para llevarte a vivir a otro lugar. 

— Este está cayendo, ¿verdad?—dijo él. 

— Sí, quiero también comprarte ropa y algunas otras cosas—dijo Sylvia. 

—Eres una mujer de dinero, te cagaste con un hombre influyente— dijo Ryan. 

— Si, estoy casada con un hombre próspero, un día te contaré esa historia— dijo ella— ahora hay que mejorar tu apariencia. 

— Gracias por todo ésto que haces por mí— dijo él— me hace sentir avergonzado, nunca me ocupé de ti y hora estás mejorando mi estilo de vida. 

— Ya olvida esa parte de nuestras vidas, lo que importa es lo que vamos a vivir ahora— dijo Sylvia— estoy feliz de haberte encontrado y voy a disfrutar de éste encuentro. 

— Tan importante es para ti tener un padre, aunque haya sido un irresponsable— dijo él con tristeza. 

— Si Ryan, no tienes idea de los días que soñé con que mis padres llegaban a buscarme, me inventaba cada noche una historia, para a la mañana siguiente no pasara nada— le confío Sylvia— tenerte ahora frente a mi es un sueño cumplido. 

— Me hace sentir bien darte un poco de felicidad aunque ya sea una mujer adulta— dijo Ryan— muchos años me sentí como un paria por haberlas abandonado. 

— Quiero que olvides eso y disfrutes de éste encuentro, que dejes que te ayude y me ocupe de tí, papá— dijo Sylvia conmovida. 

Los dos se abrazaron fuertemente, fue un momento mágico para los dos, Sylvia lloró  de felicidad por tener a su padre apretado en un abrazo. 

Le explicó a Ryan que vivía en América y ya pronto estarían de regreso, pero que se ocuparía de su manutención y estilo de vida, que cuando quisiera podía ir y vivir con ella y su familia. 

Unos días después conoció a Amira, Farid y Melanie la nueva integrante de la familia que esperaba ser adoptada, aunque Hafid era un hombre influyente, el proceso de adopción era algo lento. 

El papeleo tardaba un tiempo, pero obtuvieron el permiso para llevarla con ellos a América e ir disfrutando de su nueva familia. 

En unas semanas volvían a casa, esa mañana Sylvia tenía muchas náuseas,  quizás algo le había dañado su estómago, aparte estaba algo mareada. 

Los olores que salían de la cocina al ser preparados los alimentos le revolviendo el estómago, definitivamente algo la había enfermado, estuvo con vómitos ese día. 

Cuando llegó su esposo se sentía con bastante malestar, él decidió llevarla a que el médico la revisara e hiciera algunos exámenes. 

Sylvia le dijo al doctor lo que sentía y éste le sugirió que la viera un ginecólogo, tenía cierta sospecha y con ese especialista lo iba a corroborar, el doctor de inmediato le sugirió hacerle un examen transvaginal. 

Allí pudo ver que estaba esperando un bebé; Sylvia y Hafid serían padres, porque ella estaba embarazada. 

La alegría era inmensa para ambos, rieron de felicidad ante aquella maravillosa noticia, no podían esperar para comunicarlo a la familia. 

Los niños saltaban de alegría, tendrían un nuevo hermanito, gritaban de pura felicidad, pensaban en nombres y sugerían a sus padres cuál era el mejor. 

También la madre y hermana de Hafid saltaron de felicidad por la maravillosa noticia, Sylvia se sentía maravillosa, no podía creer tanta felicidad. 



#701 en Novela romántica

En el texto hay: romance +18

Editado: 02.04.2023

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