La fiesta de cumpleaños de Marco se celebraba en el salón principal de su casa, todos sus familiares y amigos cercanos estuvieron ahí, había gente muy importante, desde los hijos de los socios de sus padres, hasta sus compañeros de la universidad.
—Felicidades Marco —hablo Gabriel, su amigo de la universidad, hijo del ministro de economía, tenia el cabello rojizo como Marco, y unos espectaculares ojos azules.
—Gracias por tu visita —le tendió la mano—, se que eres un hombre ocupado.
—Si lo soy, pero quería distraerme y ver caras nuevas, fue una gran idea venir —Gabriel miro a la gente nueva que iba llegando y se sorprendió de ver a una hermosa mujer cabello rubio—. Pero mira que belleza.
Marco siguió con la mirada lo que tenia tan distraído a su amigo y sintió unos celos cuando vio a Damiana de la mano de su abuelo.
—¿Quién es la mujer que acaba de entrar? —pregunto a su amigo y Marco respondió con chulería.
—Mi prometida.
Su amigo lo miro con cara de asombro, jamás le había dicho que tenia una prometida o que simplemente salía con alguien.
—Lo siento amigo —contesto Gabriel apenado—, jamás mencionaste que tenías una prometida y mucho menos la presentaste en tu circulo social.
—Claro que la presente, mis amigos la conocen, nos vieron juntos desde que éramos unos niños. Si me disculpas debo recibir a mi prometida —se arreglo el saco y camino hasta Damiana.
—Bienvenidos —escucho a su madre hablar—, Damaris, esta bellísima con ese vestido. El verde encaja perfecto con tus ojos.
—Muchas gracias señora Campbell —respondió sonrojándose.
—La única persona que puede deslumbrar a todos los invitados con su presencia, es esta hermosa mujer que tengo la dicha de tener a mi lado —hablo Marco mientras se ponía al lado de Damaris y la sujetaba de la cintura.
—Jamás imagine escuchar a mi hijo, hablar así de una mujer —agrego la madre de Marco—, sin duda alguna eres como el mayor de sus trofeos.
—Es mi mayor trofeo madre —contesto con una sonrisa en los labios y deposito un beso en la frente de su prometida.
—Veo que mi hijo, esta perdidamente enamorado de tu nieta McGregor —soltó su padre.
—Son muy felices los dos —añadió el abuelo con una sonrisa.
—Creo que todas las personas importantes en mi vida están presentes —soltó Marco sujetando la mano de Damiana—, si me disculpan debo hacer un anuncio importante.
—Claro que si hijo —soltó su madre entusiasmada.
Marco camino hasta el lugar indicado, sus invitados lo veían y le abrían camino hasta el escenario principal. Elevando la voz y se dispuso a hablar.
—Buenas noches a todos mis invitados que me acompañan en este día tan especial, les agradezco de todo corazón a mis padres, a mi nana, al personal que trabaja en mi casa, a mis amigos, conocidos, socios de mis padres. A todos ellos les agradezco brindarme un poco de su tiempo y acompañarme esta noche. Esta noche es muy importante, no solo para mí, sino para una persona que me complementa, es por ello que aquí, frente a ustedes quisiera agradecerle señor McGregor a usted y a su encantadora esposa por acompañarme este día. Como usted bien sabe, su nieta —se llevó la mano de su novia a los labios y deposito un delicado beso—, y yo llevamos un largo tiempo compartiendo una hermosa etapa. Hemos aprendido a conocernos, hemos superado dificultades y nuestro amor se ha ido haciendo cada vez más intenso hasta que nos ha llevado a tomar la decisión de formar nuestra propia familia. Señor, puede estar seguro de que Damiana encontrará, en mí, su apoyo incondicional y se desarrollará como persona, como una gran mujer y como una futura madre. Mis esfuerzos estarán puestos a que ella logre su felicidad plena. Su nieta ha despertado en mí, las ganas de mejorar como hombre y como persona, es un complemento perfecto para todo lo que soy y sé que juntos podremos ser mucho más fuertes y salir adelante en esta vida. Hoy hemos decidido convocar a nuestras familias para que nos acompañen en el inicio de una nueva etapa. Sé que contamos con su apoyo y sé que siempre estarán para nosotros. Queremos que sean ustedes los principales testigos del amor que nos tenemos. Vemos un futuro prometedor y con mucho esfuerzo podremos construir nuestra familia cómo ustedes nos han enseñado. Tendremos sumo cuidado para educar a quienes vendrán después de nosotros y que serán la razón de nuestra unión. Es por eso que, señor McGregor, le pido la autorización y su permiso para pedir la mano de su nieta y que pueda ser mi compañera en esta vida.
Los aplausos no tardaron en llegar, Damiana sentía que se le escapaban las lágrimas, jamás imagino que Marco preparara un hermoso discurso para pedirle permiso a su abuelo su mano.
Marco estaba atento mirando al señor McGregor y antes de que se diera cuenta su padre estaba al lado de la pareja.
—¡Tengan una hermosa noche a todos los presentes! Soy el padre del novio y estoy muy contento, como pueden ver —abrazo a su hijo ante la atenta mirada de todos—. Me siento muy afortunado de compartir este momento con mi hijo y con su futura esposa y ante toda su familia y amigos. Les agradezco, recibirnos y acogernos en su hogar señor McGregor. Mi familia y yo hemos sido testigos de cómo inició esta hermosa historia de amor y hoy nos complace ver sus sueños cristalizados. Conocemos su historia desde hace mucho tiempo, como, seguramente, la conocen ustedes. Tengo la certeza de que ambos eligieron muy bien. Y que esta relación durará toda la vida. Damiana, estamos felices de conocerte y saber que su amor es especial. Hoy ustedes nos hacen un gran regalo: la decisión de unir sus vidas. Ahora, los miro con mucho orgullo y con mucha esperanza —miro al señor McGregor y sonriendo continuo—. Ahora dirigiéndome a usted, señor McGregor le presento formalmente esta petición: Permita que mi hijo pueda ser formalmente el novio de su nieta para que puedan casarse con su bendición. Estoy seguro de que mis enseñanzas y ejemplos, harán que mi hijo valore como se debe a su nieta.
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Editado: 04.02.2024