Una mañana me senté a pensar

Según Kant pague libertad por libertad

Amo mi libertad,

Y me encontrado con una cosa;

Que así como amo mi libertad

He de amar la libertad de otro.

 

Nada que decir, aunque mucho

Que pensar, he de guardar silencio 

¿Pero cómo dejar de hablar si ni siquiera muevo mi boca!

Sino más bien muevo el recuerdo en mi pensamiento. 

 

Tú me regalaste un libro 

Y yo no acepte tu libertad 

Y te la  devuelvo

Aunque no quieras...

 

Aún cabiendo la posibilidad

Que en algún mañana 

Yo tampoco quiera...

Y a la Sigma de los recuerdos le sumará aceptación.

 

 




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