Abnegado el cielo que de llover no para,
Abnegado el sol que es medio día; y tras nubes anda...
Abnegado el mar pacífico que en sus aguas ¡no cualquiera anda!
Abnegada el alma que por herida no habla.
Abnegados los demonios que a pecar no llaman:
Abnegado el cuerpo a seguir donde no le aman.
Quieto el corazón cuando por abnegado le fallan...
¡Maldito el tiempo! cuando se sufre que esté no pasa; alcohol es la lluvia en las almas quebradas... frío el sol cuando; cuando la razón se le es negada.
Triste es ver como el electrocardiograma: que de seno a tangente cambia. Asombrosa la noche... que misericordia tiene: del que todo calla, piadosos son lo fantasmas: a la que sufres, de noche te guardan.