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Estamos ya en Canadá, nos íbamos a quedar en un hotel ya que a Ethan no le gusta quedarse en las mansiones de los Alphas. Lukas ya había reservado las habitaciones.
No he hablado con Ethan desde que nos subimos al avión y tengo que decir que se vuelve incómodo este silencio. Tengo pensado que hablemos sobre si quiere tener hijos en Rusia no aquí.
Aunque tengo que decir que le tengo un poco de envidia a Joana pero me alegra tanto que esté embarazada. Me dijo que a la hora de cenar se lo diría y que dejaría a Saúl con sus padres.
En estos momentos me encontraba alistandome para ir a la manada con ellos ya que como soy Luna tengo que estar presente en las reuniones aunque Ethan dijo que no en todas, solo en las importantes.
Me estaba poniendo un vestido blanco con flores me llega hasta las rodillas y la falta es de un corte de princesa. Me pongo unas zapatillas blancas y salgo del cuarto encontrándome con Ethan y Lukas.
-- Ya era hora -- dice Lukas y yo ruedo los ojos.
-- Ser bella cuesta -- le digo.
-- Pero si te ves igual.
-- Claro que no, se ve hermosa -- dice Ethan sacando me una pequeña sonrisa y Lukas rueda los ojos.
-- Que cursi son.
-- Ya te quiero ver con tu mate -- digo saliendo de la habitación.
Salimos del hotel y nos subimos a una camioneta, Lukas va de copiloto y Ethan y yo vamos en la parte de atrás. Nadie habla durante el camino.
No me sé el nombre de la manada y eso sólo aumenta más mis nervios como Luna me tengo que aprender los nombres de las manadas.
Veo como entramos al bosque y luego de unos veinte minutos llegamos a la manada. Es pequeña comparada con la de Ethan. Aunque la mansión se ve igual a la de él.
Ethan baja de la camioneta y la rodea para abrirme la puerta, me ofrece su mano y yo la acepto con gusto.
Al bajarme veo a un señor que me imagino que es el alpha de la manada, es alto y de cabello rojizo. A un lado de él se encuentra una chica, al principio no la reconozco hasta que el alpha de esa manada la presenta.
-- Buenas tardes Alpha Scott. -- dice el señor con una reverencia.
-- Buenas tardes señor Lincoln. Ella es mi mate Alexandra Allen. -- me presenta Ethan y extiendo mi mano en saludo.
-- Oh, lo lamento por no haber ido a su presentación Luna. -- dice.
-- No importa -- le digo con una sonrisa.
-- Ella es mi hija Kiara Lincoln. -- dice presentado a la chica y puedo ver cómo se le queda viendo a MI Ethan pero él solo la ignora. Más te vale lobito. -- Hay que ir adentro tenemos algunos asuntos que arreglar.
Ethan pone su mano en mi espalda baja y me guía hacia dentro de la mansión para poder hablar sobre los negocios que tiene que hacer.
Pasa el tiempo y Ethan va con el alpha Lincoln a firmar unos papeles, Lukas está a un lado ya que Ethan le dijo que se quedará.
-- Así que tú eres quien me quitó a mi Ethan -- oigo que dice la voz chillona de la chica y yo volteo a mirarla -- si nunca hubieras llegado él siguiera siendo mío -- dice con enojo. -- se supone que no llegarías.
-- Mira, si así fuera ni así estuvieras con él, ¿Desde cuándo te rechazaba? Ah si, siempre lo hacía verdad -- le respondo, esta chica ya me enojo.
-- Él no me rechazaba y te advierto que te alejes de él si no quieres tener problemas -- dice en modo amenazante.
Veo que Lukas va a decir algo pero lo detengo antes que lo haga.
-- Querido, tú no sabes nada de mí, así que te recomiendo que te alejes porque la única persona que tendrá problemas será tú si sigues diciendo que me aleje de él, yo soy su mate y Luna, tú no tienes nada con que amenazarme, solo era una chica cualquiera. -- le digo y regresó al sillón ya que no me di cuenta que me había acercado a la tipa esa, veo de reojo la sonrisa que tiene Lukas.
Ella ya no responde nada y escucho unos pasos para ver a los segundos a Ethan y él alpha Lincoln.
-- Ya es hora de retirarnos -- dice Ethan.
-- Fue un gusto hacer tratos alpha -- dice el señor Lincoln. -- Y gusto a verla conocida Luna.
-- El gusto fue mio alpha Lincoln.
Salimos de la mansión y entramos a la camioneta, en estos momentos me encuentro enojada.
¿Quién se cree esa tipa para decirme eso? Yo soy la mate de Ethan, él es mío y solo mío. Ella no tiene nada que decir ante él.
No la quiero cerca de él, si me vuelve a amenazar así juro que le doy un golpe de los que me enseñó Nicolás para que deje de hablar más de lo que debe o no, mejor de esos que te deja por una semana en el hospital a ver si así apriende.
-- ¡Alexandra! -- escucho el grito de Ethan causando que me sobresalte en mi asiento.
-- ¡Oye! ¿Por qué me gritas?
-- No me escuchabas de hace rato te estaba hablando y ¿Por qué estabas gruñendo? -- dice con el ceño fruncido.
¿Estaba gruñendo? Yo no gruño.
-- Lexie -- me vuelve a llamar Ethan -- ¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal?
-- No es nada.
-- Cariño, nada son muchas cosas.
-- Lo hablaremos en privado -- digo recargando mi cabeza en la ventanilla.
Él no dice nada y volvemos a un silencio aunque de mi parte no dejo de pensar qué hubiera pasado si Ethan no me hubiera encontrado ese día. ¿Hubiera aceptado a Kiara? No quiero que lo haga.
-- No te hagas ideas equivocadas, Ethan de ama Lexie -- me reprocha Nidia.
-- Lo se.
-- ¿Entonces por qué desconfías?
-- No se
-- Habla con él.
Llegamos al hotel y me bajo de la camioneta para entrar.
-- Lexie, iré a comprar algo de comida ¿Quieres algo en especial? -- me preguntó Lukas
-- Una hamburguesa estará bien.
-- Ok -- dice y se va, Ethan viene detrás de mí.
-- ¿Ahora sí me dirás qué te pasa? -- pregunta cuando llegamos a la habitación.
-- ¿Por qué no me dijistes que iríamos a la manada de ella? -- le pregunto sentándome en el sofá.