Una mejor oportunidad

Capítulo XXV

Iba hacia el despacho de mi lobito dando pequeños saltitos, hace unos minutos habíamos llegado a la mansión y yo me fui a dejar mis cosas a la habitación para bajar a ver a mi persona favorita. 

Abrí la puerta sin tocar con una gran sonrisa y lo encontré sentado en su silla detrás del escritorio y al frente había una chica, ambos se voltearon a verme cuando entre. 

Y mi sonrisa desapareció cuando mire el rostro de esa perr… persona, si, eso persona. Era nadie más que Kiara Lincoln. 

¿Por qué estaba a solas con ella? Le dije que no se acercara a ella.

A ella también le fuí clara que dejará a Ethan.

Ethan a ver mi rostro, que a decir verdad creo que debo de tener una mueca pero la intento disimular.

-- Cariño -- dice suavemente él. 

No digo nada y camino así él para darle un beso largo, a ver si así entiende.

-- ¿Para que me necesitas, cariño? -- pregunto. Aunque tengo que admitir que lo estoy matando con la mirada.

-- Disculpa pero estamos ocupados -- oigo la voz de esa personita y volteo a mírala.

-- Disculpa estoy hablando con él no con víboras. -- le digo con una sonrisa y ella hace una mueca ofendida. Puf… con lo que se ofende.

-- Alexandra -- escucho el regañó de Ethan y volteo a míralo rápido.

Él nunca me llama por mi nombre. Doy unos pasos atrás.

-- Si, creo que estás muuy ocupado con ella ¿No? Ethan. -- le digo y veo cómo cierro los ojos. -- Mejor me voy. -- salgo de su despacho dando un puertaso.

¿Por qué me llama así? Él nunca lo ha hecho, siempre me llama Lexie o cariño.

Camino fuera de la mansión enojada. Al abrir la puerta choco contra alguien. Al levantar la mirada me encontré con Lukas.

-- ¿Que pasa? -- dice.

-- Nada -- digo y le pasó a un lado.

-- Oye -- dice y me agarra el brazo para enfrentarlo. -- ¿Qué te pasa?

-- ¿Por qué?

-- Lexie, tienes una mueca de enfado y eres educada así que me hubieras pedido perdón por chocar conmigo. -- dice y se cruza de brazos.

-- Es Ethan.

-- ¿Qué pasa con él? -- dice aún confundido.

-- Está con la víbora.

-- ¿Víbora? -- dice con una sonrisa -- y a eso te refieres a Kiara ¿No? -- asiento con la cabeza. -- No soy bueno con respecto a ese tema.

-- Lukas, Jacqueline nos cuenta los que haces cuántos está celoso. 

-- Ya pues. ¿Quieres venir conmigo? Así te distraes de la víbora.

-- ¿Dónde? 

-- Tengo que ir a entrenar a unos chicos y ver si todos están en sus puestos. 

-- Bueno, no tengo nada mejor que hacer, así que si.

-- Ok, ven -- dice y comienza a caminar mientras yo lo sigo.

-- ¿Ya te llevas mejor con Jack? -- le pregunto.

-- No. 

-- ¿Por qué?

-- Preguntas mucho Lexie.

-- No me gusta el silencio -- dije encogiéndome de hombros.

-- Se nota, bueno, responderé tu pregunta. No sé cómo llevarme con él.

-- Compra juguetes o llévalo a comer.

-- Lo llevé a comer pizza el día de ayer. Y no salió nada bien.

-- ¿Que hicieron? 

-- Nos terminamos tirando la comida -- ríe -- nos echaron del lugar.

Llegamos al lugar donde entrenará a los chicos.

-- ¡Niños levántese! -- les grita Lukas y me sobresalto en mi lugar por el grito. Ellos se apuraron a levantarse y ordenarse en una fila. -- El día de hoy nos acompaña nuestra Luna. Así que ponga todo su desempeño. 

Ellos asiente como respuesta y Lukas sigue hablando.

-- Hoy veremos cuando resisten, correrán medio kilómetro, ahí encontrarán unos baldes con agua, los traerán y regresarán a sus puesto, al estar aquí reflexionarán sus rodillas y levantarás los baldes con los brazos hacia el frente. Ahora a ¡Correr!.

Ellos corren de inmediato a dónde les señalan Lukas.

-- ¿En serio aguantas? -- preguntó.

-- No todos.

-- ¿Y tú si?

-- Dure el día entero una vez junto a Ethan. Si quieres siéntate esto llevará mucho tiempo.

-- ¿Y tú no te sentará?

-- No. Tengo que ver quién reíste más.

-- Bueno, yo si me sentaré, ni un minuto duraría yo en eso. -- oigo como rie.

Busco un banco cerca y lo encuentro cerca de un árbol, me siento ahí.

Veo como los chicos regresan y se pone en sus puestos como los ordenó Lukas.

-- Hola ¿Te importa si me siento contigo?. -- oigo que dice una voz y volteo a ver quién es.

Es un chico alto, de piel blanca, tiene el cabello pelirojo y peinado a un lado, sus ojos son de color miel.s

-- Hola, claro que no, sientate. -- le digo con una sonrisa y él lo hace -- ¿Eres de aquí? 

-- No, vengo a visitar a mi hermana.

Comenzamos a hablar de muchas cosas y rei por sus anécdotas de pequeño.

-- Te lo juro, salí rodando, fueron comos trece metros y al llegar al final la chica que me gustaba corrió a mí. Solo esa fue la parte buena.

No paro de reír.

-- Y yo pensando que soy la persona más torpe del mundo.

-- ¡Lexie! -- escucho el grito de Ethan y con solo eso se que se encuentra enfadado, muy enfadado para ser claros.

Me levanto del banco y me doy la vuelta y  mis sospechas son ciertas, está enojado, tiene el ceño fruncido.

-- Creo que mejor me voy. -- dice mi amigo Santiago.

-- ¿Crees? -- le dice Ethan y se comienza a cerca a él, puedo ver claro que lo quiere matar.

-- Ethan, déjalo en paz -- le digo y me dirigí a mi amigo -- Santiago fue un gusto conocerte pero tienes que irte.

-- Si, el gusto también fue mío y adiós -- dice y sale corriendo. No lo culpo.

-- ¿Por qué mierdas estabas con él? ¡Te estuve como loco buscándote por toda la mansión!. -- me dice enojado.

-- ¿Que importa que esté con él? Solo estábamos hablando. -- le digo y comienzo a cambiara a la mansión.

-- Importa mucho por qué eres mía. 

-- Solo estábamos hablando ¿Que tiene eso de malo? -- le digo dándome la vuelta para enfrentarlo.

-- No quiero que te acercará a NINGÚN hombre.

-- Pero tu si puedes acércate a mujeres ¿No?




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