Me despierto por unos toques en la puerta.
-- Lexie -- lo escuchó decir. No quiero hablar con él. -- abreme, por favor.
No le hago caso y me levanto del suelo, como si con un simple por favor lo dejaré entrar. Mis piernas se durmieron causando un cosquilleo en cada una. Intento caminar al baño, necesito una ducha y urgente.
Al llegar cierro la puerta y me miro al espejo. Tengo los ojos hinchados de estar llorando y mi cabello está en todas las direcciones posibles. Estoy hecha un desastre.
Me doy una ducha y voy al closet para buscar algo cómodo. Me pongo un pantalón chándal gris y una camisa manga larga negra.
-- Lexie -- escucho de nuevo a Ethan -- ¿no saldrás al menos baje a comer? -- pregunta y se nota la desesperación en su voz.
Al decir verdad tengo mucha hambre y no estaría mal comer algo.
-- Tu siempre tienes hambre. -- dice Nidia.
-- Es un don ¿Ok? Y no cualquiera lo puede poseer.
Ella no dice nada, así que me decido salir de la habitación para buscar algo de comer, doy un largo suspiro y me dirijo a la puerta para abrirla.
Al abrirla veo a Ethan con la cabeza recargada a un lado de la pared, tiene puesta todavía la ropa de ayer y también él necesita un baño, urgente. Levanta su mirada y se endereza rápidamente al notarme.
-- Lexie, enserio no quise decir eso -- se apresura a decir.
No le hago caso y solo paso a un lado de él para poder bajar las escaleras.
-- Espera, escúchame -- me agarra del brazo para detenerme.
-- Ethan, creo que ya dijiste demasiado ayer ¿No lo crees? -- le digo y me suelto de su agarre.
Solo bajaré a buscar algo para comer y luego volveré a la habitación. Él se merece unos días con la ley de hielo por su bocota.
-- No dudaras ni un día -- me reprocha Nidia.
-- Claro que lo haré.
Me sigue hasta la cocina.
-- Lexie, por favor perdóname. Se...se que me pase pero estaba muy enojado y…
-- Buenos días Martha -- le digo a la señora del servicio y así interrumpiendo a Ethan, quien se pasa una mano en el pelo desordenadolo. Está desesperado.
-- Buenos días Lexie, ¿Deseas algo de comer?.
-- Si por favor.
Ella comienza a servirle comida en un plato.
-- Tengo que salir a hacer una cosas -- dice Ethan -- ¿por favor, por favor podríamos hablar cuando vuelva?. -- pone sus manos jusntas hacia adelante en modo de suplica.
-- Solo para decirme lo que soy, una débil Omega.
-- Aquí tienes, niña, -- dice Martha y me entrega una bandeja donde está la comida.
-- Gracias Martha -- le digo para salir de la cocina.
-- Ok, si, me pase de la línea.
Decido enfrentarlo.
-- Tu más que nadie sabe cuándo me molesta que me traten así o que lo digan.
-- Si, lo sé pero yo estaba enojad…
-- Tu solo estabas enojado por qué un chico se me acercó y ¿qué pasa si yo también estoy enojada contigo por qué se te acercará una chica que quiere casarse contigo? Y luego solo me dices que soy una tonta y débil Omega. ¿Cómo crees que me siento ahora, Ethan? ¿De maravilla? Te pedí que te alejarlas de ella y no hiciste. Pero si la cosa fuera arevez fueran muy diferente.
Él no dice nada, solo desvía su mirada de la mía. Decido irme mejor, esta vez no me sigue. Él sabe que tengo que razón.
Al llegar a la habitación vuelvo a cerrar la puerta con llave, voy a la cama para poder desayunar y ver algo en la televisión.
Ya he visto dos películas y ya me aburrió estar en la habitación, quiero salir un rato.
-- Sal entonces, él dijo que tenía que salir a hacer una cosas.
-- Tienes razón.
Me levanté de la cama y la ordené, cuando abrí la puerta me encontré con Joana, quien tenía las manos en su panza y estaba bien concentrada en ello.
La miró por un momento confundida. -- Joana -- le llamo y le nuevo el hombro.
-- Se está moviendo -- dice en susurró, -- siente -- toma mi mano y la pone en su panza.
Al ser contacto siento como me recibe con una patadita. Me quedo sorprendida.
-- ¿A qué no es lindo? -- me dice ella con una sonrisa.
-- Es más que eso.
-- Iker quiere llamarla Florida para que se aleje de ella por un nombre feo. -- me dice mientras rueda los ojos y yo río.
-- ¿Florida? -- entró a la habitación seguida de ella y nos sentamos en la cama.
-- Si, y yo ya le dije que no, ella tiene que tener un hermoso nombre por qué la también lo será. Bueno, venía a ver cómo te fue en tu cita de ayer con Ethan, ¿Algo que contarme? -- dice subiendo y bajando las cejas.
-- No fuimos.
-- ¿Que?¿Por qué?
-- Discutimos.
-- ¿Durante la cita?
-- Antes. Cuando vinimos de la plaza yo fui al despacho de él y estaba con la víbora.
-- ¿Vipora? -- dice con una sonrisa.
¿Por qué se ríe? Yo no tengo la culpa de que sea así.
-- Kiara, sabes también Lukas se rió cuando se lo dije.
-- Es que ni yo les digo así a las chicas que se le acercan a Iker -- dice aún riendo.
-- Ella es una vipora, hay que aceptarlo, pero bueno, tuvimos una pequeña discusión y yo salí del despacho enojada, iba a ir a caminar un rato pero a abrirla me encontré con Lukas y le conté, él me llevo a ver cómo entrena a los guerreros que por cierto es una tortura lo que le puso hacer, yo me fui a sentar y un chico se me acercó hablamos mucho y no paraba de reír en eso apareció Ethan volvimos a discutir por su celos al estar cerca del chico hasta que llegamos a la mansión y me dijo que si no fuera por él… estaría muerta en el bosque por qué soy una débil Omega -- digo lo último ya con lágrimas.
Ella me abrazó de inmediato -- Ethan es un idiota. ¿Cómo se le ocurre decir eso?. Te juro que ese idiota me va escuchar y tú, tú sabes que no eres así, eres valiente y fuerte. Pudiste sobrevivir tres años afuera, yo ni un día hubiera podido. -- rio por lo último.