Una Melodía Para Dos

Capitulo 10

Elian

Justo cuando creía que por fin ella daría un paso tenían que interrumpirnos.

-¡Eso fue hermoso!- Mía estaba más que alegre, tanto así que no podía estar quieta-¿Me enseñaran alguna vez a cantar como ustedes?

Nosotros sonreímos por lo tierna que se veía.

-Claro que si preciosa- dijo Ayla sonriente- Pero deberás prometernos estudiar mucho.

-Claro que si mami- dijo dando pequeños saltos.

-¿Acaso ella es tu hija?- dijo la chica asombrada.

-Sí, ella es Mía, nuestra hija- su cara de asombro era sin igual

-Valla, sí que no perdieron el tiempo- su comentario hizo que Ayla se sonrojara al igual que yo- Bueno a lo que iba, su tonos son bueno pero debemos ensayar mucho contigo Ayla, tienes unos fallos un poco desastrosos.

¿Es enserio? ¿A caso no escucho bien? Ayla canta como los dioses.

-Oh, no hay problema- Ayla estaba más que incomoda y se le notaba.

-Bueno, sino tenemos nada más que decir las clases empiezan el lunes y los ensayos para las presentaciones son después de clases y duran dos horas aproximadamente, así que no vemos- dicho esto se dio la vuelta no sin antes dar una mirada un poco rara hacia donde estaba Ayla y Mía.

-Esa chica está loca- dije sin pensar nada más salir- O esta sorda.

-No lo creo, puede que tenga razón y después de todo no soy tan buena como pensábamos- dijo muy desanimada- Además es la encargada del grupo, por algo lo dirá.

Dicho esto se dirigió a la salida dejándonos a Mía y a mí un poco preocupado.

-Esa Ashley le tiene envidia a mi mami

-¿Por qué lo dices?

-Porque mientras que ustedes cantaban miraba a mami de manera extraña, parecía que le tenía hasta odio.

Eso me dio mucho que pensar, ya que si es verdad lo que dice Mía, temo que le haga quedar mal a Ayla con los demás o simplemente le haga la vida imposible.

-Bueno eso todavía no lo sabemos, así que no saquemos conclusiones tan rápido- dicho esto la tome de la mano y salimos del salón.

Cuando llegamos a la salida pude ver una Ayla hablando con un chico, el cual se le estaba acercando demasiado para mi gusto.

Mía parece que sintió las ganas que tenia de partirle la cara a ese chico, ya que se soltó de mi mano y salió corriendo hacia donde Ayla.

-¡Mami!- dijo mientras le saltaba encima- ¿Sabes que papi estaba muy preocupado por ti? Casi le da un ataque.

El chico solo miro con asombro se incomodidad a Mía, por lo cual se despidió de Ayla y salió corriendo.

-¿Qué fue todo eso?- Mía solo se encogió de hombros y soltó una sonrisa.

Ayla solo negó sonriendo mientras nos montábamos en un taxi y nos dirigíamos a casa.

Me declaro fan de Mía.

Levana (Ayla)

Hoy fue un día demasiado confuso eh inquietante. Primero lo del colegio de Mía, cosa que aún no supero y luego lo de la universidad, mi vida se está volviendo demasiada complicada para mi gusto.

Justo ahora estoy en mi habitación mientras intento despejar mi mente, pero por más que lo intentaba no podía sacar de mi cabeza el casi beso que tenía con Elian.

-¿Qué demonios me pasa?- grite mientras caminaba por la habitación intentado tranquilizarme- ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?

Todo se repetía en mi cabeza, desde el apoyo antes de empezar, lo bien que me sentía al cantar a su lado y por último el momento que no me dejaba tranquila, nuestro rostro a solo milímetros el uno del otro.

-Como desearías que estés aquí nana- dije tirándome a la cama mientras tomaba una almohada y la abrazaba- Te extraño demasiado, a ti, a papá, hasta al idiota de Saúl. Quisiera que todo sea una horrible pesadilla y nada de esto haya pasado.

Todo era demasiado para mí, quisiera despertar y encontrar a mi nana regañándome por quedarme dormida, a mi padre evitando que otra vez me metiera en problemas, extraño tomar las clases de música y ver a mamá y papá besándose y comportándose como niños, extraño todo eso.

En ese momento me sentí como si ya no podía aguantar más presión y llore, llore como nunca pensaba hacerlo, llore por mi nana, mi papa, mi vida, llore porque no aguantaba más, porque ya no podía seguir, llore hasta que me quede dormida.

Me despiertan unos toques en la puerta y alguien llamándome.

Me levanto adormilada y con un dolor inmenso de cabeza, al igual que una sensación de pesadez y como si tuviera la piel seca, cada paso que daba me hacía sentir peor, era como si solo por caminar mi vida se fuera en cada paso.Final del formulario

AL abrir la puerta pude ver a Elian con el brazo levantado, como si iba a volver a tocar.

-¿Estas bien?- Fue lo primero que dijo nada más verme- No te ves muy bien, además no bajaste a cenar y nos preocupamos.

-Me quede dormida- cada momento era peor, me sentía muy mal- Creo que no he dormido lo suficiente, me siento muy cansada.

Mi cabeza dolía demasiado, hasta el punto que todo me daba vueltas.

-No creo que estés bien- dijo mientras entraba a la habitación, me recostaba en la cama y ponía su mano en mi frente- ¡Por Zeus! ¡Estar ardiendo en fiebre!




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