Después de eso como tres semanas después todo mi colegio lo supo, incluso hubieron algunos que se me acercaron para que les mostrara mis colmillos, lo único que pensaba era que estaban locos porque me decían que eran lindos mis colmillos, todo eso que estaba sucediendo llego a oídos de la directora, y como era de suponerse la directora me cito a su oficina, simplemente para decir que ella no sabía qué hacer pero que si llegaba a lastimar a alguien del colegio me expulsaría, yo solo la miraba y me sonreía, y le decía que no se preocupara que no pasaría nada, entonces me pregunto si participaría para los eventos de la semana aniversario, yo la mire como si estuviera loca, solo le respondí que yo no sabía hacer nada que lo único que podía hacer era hacer desastres y más nada, ya de un rato escuchándola me dijo que me podía retirar.
Salí de la oficina de la directora y camine así los arboles de una pequeña plazita que había dentro del colegio en donde uno podía ir a estudiar o a desestresarse un poco, yo solo iba porque era muy tranquilo y muy fresco, camine hasta uno de los bancos que estaban más entre los árboles y me senté hay, suspire un poco y cerré mis ojos por un momento cuando sentí que me estaban observando pero era la misma sensación de cuando estaba flotando para venir aquí hace tres semanas, abrí los ojos y comencé a mirar a todos los lados pero no vi a nadie. Aun podía sentir esa mirada tan fría y escalofriante, entonces comencé a sentir extraños latidos dentro de mí y me asusté mucho y tome mi teléfono y llame a mi madre pero no contestaba, me agarre del pecho, comenzó a doler mucho y volví a llamar a mi madre y comenzó a repicar y ella contesta y me dice:
- laulau que sucede para que me estas ¿llamando? - yo lo alcance a decirle
- ven por mí al colegio, me duele el pecho – y corte la llamada.
Después de un rato llego mi madre, yo estaba en la plazita retorciéndome del dolor, ella me comenzó a llamar y solo le dije mira para atrás, ella voltea y me ve y corre a donde estoy yo y me pregunta si estoy bien obviamente no le respondí no podía esas palpitaciones cada vez se hacían más intensas dentro de mí era como si hubiese corrido en una pista de correrás cinco veces seguidas y después que paras te da una presión en el pecho como si te fueras a morir o ahogar bueno así sentía yo y no podía respirar, mi madre alarmada me toma de un brazo y me lleva casi arrastrada al auto, en eso comencé a recordar cosas que no sabía que había vivido, ella me monto al auto y me sentó en el asiento del copiloto, me puso el cinturón, solo me estaba retorciendo del dolor, ella corrió y se subí y encendió el auto y condujo hasta que dio la vuelta y acelero hasta salir del colegio y condujo vía al hospital, solo se le ocurrió eso en ese momento no sabía que más hacer.
Hemos llegado al hospital por la parte de emergencias, en ese momento ya estaba teniendo visiones, ya que veía a mujeres con enormes vestidos y todas elegantes, a hombres en armadura y otros en trajes muy elegantes y con un acento en el habla que en estos tiempos no se ve, después vi un gran salón de baile donde todos danzaban con música clásica tocada en vivo desde una orquesta en lo que escuchaba la música oí como una mujer me decía:
- mira laulau como tocan – lo único que me paso por la meten fue quien es esa mujer, después oí la voz de un hombre que preguntaba si estaba bien y que como me estaba portando, no entendía nada de lo que estaba pasando luego vi, a un hombre mayor, tenía cabello rubio algo oscuro sus ojos eran azules muy brillantes y tenía una mirada fría y sombría, se acercó a estas personas y los saludo y después se acercó a mí y me miro y dijo:
- valla sí que es hermosa, es igual a ti Gabriela, excepto por sus ojos – ellos se quedaron en silencio por un rato entonces la mujer le respondió
- de seguro es por mi familia hay algunos que nacieron así no te preocupes puede que le cambien aun esta pequeña – pero en ese momento me abrazo fuerte contra su pecho y no sé el porqué, después el hombre a su lado le dice:
- Gabriela ven vamos a bailar – ella lo mira y le sonríe y le dice
- pero y laulau con quien ¿la dejaremos? – él le sonríe y responde
- no te preocupes déjala con uno de los guardias ellos cuidaran de ella sí, vamos mi bella esposa – ella sonríe y se sonroja un poco cuando él le dijo eso, ella me da un besito en la frente y me dice
- ya regreso bebita no vayas a llorar – y me entrega a los brazos de alguien más, esta persona era muy rígida y seria, me toma en sus brazos pero en ningún momento se relajó ni se sintió cómodo conmigo.
Ellos se fueron a bailar con los demás, el guardia me miraba debes en cuando como para saber si me había dormido o algo, luego de un rato me alza y me sienta en su brazo y me dice