Mi cabeza estaba echa una sola, tenía que pensar en tantas cosas, y una de esas cosas era la amenaza que había recibido en la mañana, sus palabras era muy claras y precisas, y sabía que estaba hablando en serio, ¿Pero quién?, todos los que me rodeaban era muy especiales para mí, desde mi familia hasta mis amigos, pero no podía definir quién era “La persona especial”, y esa incertidumbre me estaba matando, además estaba el comportamiento de Adrien quien vino en la mañana y estaba arrodillado frente a mí con un rostro preocupado, y Gael que vino a sacarlo diciéndole algo que no entendí, todo eso me estaba volviendo completamente demente como esas personas que estaban en el psiquiatra, o de esas personas que decían : “¡Yo lo vi, yo lo vi, me tienen que creer!”, ahora comprendía a esas personas desde el fondo de mi alma.
─ ¿Dónde está Julie?─ pregunté, masticando mi emparedado.
─Se fue a comprar un refresco.─ contestó Terry quien estaba entretenido en su celular.
─ ¿Y bien? Ustedes también sintieron eso, ¿verdad?
─No quiero hablar de eso en este lugar, Alyssia.─ dijo Demetri, tomando un vaso de jugo de naranja.
─Tienes razón, pero tengo que decir algo que me pasó.─ dije. Terry dejó de escribir y se centró en mí como Demetri quien me miraba preocupado.─ me dejó un mensaje de amenaza en mi cuaderno, su nota decía que dentro de poco desaparecía a alguien especial para mí.
─ ¿Cuándo sucedió eso?─ preguntó Demetri con el rostro adusto.
─Cuando vino Marc Anthony y el amante de Jennifer.─ dije, recordando a los dos primos. Terry soltó una carcajada.
─Esto es serio, no sé porque siempre lo tomas tan despreocupadamente.─ me miró adusto Demetri.
─Bien.─ cerró los ojos y los volvió a abrirlos.─ tenemos que estar en guardia, cualquiera de las personas que te rodean pueden salir lastimada, y es cuestión de tiempo.
─ ¿Quién era el ángel que le cortó un brazo a ese demonio? Porque déjame decirte que no hizo un buen trabajo, aún sigo con vida y peor, me tiene en la mira.
─ ¿Acaso importa quién era? Solo debes agradecer por salvar a tu lindo trasero que tienes.─ sonrió de medio lado. Lo miré con el ceño fruncido.
─Deja mi lindo trasero en paz y dime quien fue, no decías que los “ángeles blancos” no se llevaban bien con los “ángeles negros”.
─No le pongas de esa manera, pareciera que los “ángeles blancos” fueran racistas por el color.─ sonrió Terry. Dibuje una sonrisa en mis labios por su punto de vista.
─Tienes razón, pero eso no quiere decir que nos odien a muerte, o que nos quieran ver muertos.─ dijo Demetri quien miraba su vaso de jugo. Alzó la mirada hacia mí.─ son ángeles, ellos no pueden odiar, tienen un corazón tan gentil que veces me dan náuseas.
─Amigo, no creo que den náuseas como los monstruos de dos cuernos de siempre término descuartizando.─ dije, abriendo una botella de agua.
─Bueno, cada uno tiene su punto de vista.─ encogió los hombros.
─Aún no has contestado a mi pregunta.─ lo miré fijamente.─ ¿Ese ángel nos conoce?
Quedó callado y miró hacia donde estaba el puesto de comida.
─No creo que sea necesario decírtelo.─ habló Terry, estaba concentrado de nuevo en su celular.
─ ¿Por qué no?
─Muy pronto sabrás quién es.─ dijo. Quedé con la mirada hacia él, queriendo preguntarle más, ese tema de “ángeles blancos” y “ángeles negros” me estaba llevando al tope de mi paciencia.
─Entonces, no me lo van a decir.
─Alyssia, ¿No crees que es mejor ahora ocuparse sobre el demonio?─ preguntó Demetri, mirándome fijamente.
Tenía razón, tenía que estar pensando en cómo deshacerme de ese demonio.
─Las cosas se están volviendo muy turbias, y odio cuando se vuelven así.─ recosté mi cabeza en la mesa.
─Debemos volver a clases, terminó el receso.─ sonrió Terry. Tan lindo el chico despreocupado.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia el salón, poco después vino el profesor de física dando clases como siempre, más número, más formulas, la vida de un estudiante siempre seguirá siendo aburrida.