Estaba viajando en tiempo en tiempo, parecía que estaba metida en una película, esa película que fue famosa en el tiempo de mis padres, donde un viejo decrepito demente tenía una máquina del tiempo y un chico con hormonas alborotadas le acompañaba, pero en este caso, teníamos una pluma mágica de ángel que nos llevaba a los lugares que queríamos. Bueno, tenía que sumar de nuevo a la lista de cosas ficticias que me pasaba en mi amarga vida.
Aparecimos ante una chica de cabello negro azabache ondulado, sus ojos mieles claros nos miraban sorprendida, debajo de ella estaba un demonio agonizando, en su mano tenía una guadaña que estaba en el cuello del demonio, juzgando al demonio, era de nivel medio, tenía cortado las extremidades de su caja torácica, oh, mi otra yo, era despiadada, al verla ya me cayó bien.
─Judith.─ musitó mi prometido al lado mío. Sentí como sus sentimientos salían a flote, era extraño, ya que con las demás ex novias no se había comportado de esa manera. Sus sentimientos eran muy claros, él había sentido sentimientos fuerte hacia ella, más que las demás, y yo me preguntaba ¿Por qué ella era diferente a las demás chicas?
Judith estaba ensangrentada completamente, el demonio debajo de ella se movía, ella le dirigió su mirada mientras con la guadaña le cortaba la cabeza, dejando un fango de mosca y una pestilencia. Se levantó y nos miró detenidamente.
─Ángel caído y un humano.─ dijo, mirándonos fijamente. Aún tenía la guadaña en su mano. Ahora sabía de donde había conseguido mi guadaña, era de ella, de mi anterior reencarnación. Miró por detrás de nosotros y maldijo. Giré mi rostro y observé como demonios de nivel bajo aparecían alrededor de nosotros, formando un circulo.
─Bien, lo que faltaba, siempre tengo que matar demonios, ni en este tiempo, me salvo.─ me quejé, mientras en mi mano aparecía una espada.─ quédate detrás de mí, Ángel.─ ordené, pero Adrien estaba estático, mirando a su ex.─ bien, eso lo tomaré como un “Sí”.
Y fui hacia ellos, cortándolos en pedazos, hace días no había tenido acción, así que esto era como jugar con juguetes. Claro, mi pasatiempo favorito, el pasatiempo que más amaba de todos, mi maldición. Las dos terminamos de acabar con todos los demonios, me sorprendí al ver los movimientos sigilosos de Judith, ella era más fuerte que yo, tenía habilidades de combates sorprendentes, podía maniobrar de maravilla la guadaña, se había llevado mi respeto enseguida.
Quedamos calladas, mientras desaparecíamos la herramienta de batalla. Ella ladeó el rostro hasta mí y me miró fijamente, aunque no podía ver mi rostro por el albornoz.
─Esencia de ángel.─ musitó. Oh de nuevo esa frase, ya me estaba cansado demasiado que siempre me decían eso.
─Bien, ahora me dirás que eres un demonio disfrazado de humano, y que quieres meterte en mi cuerpo para devorar mi alma y esas cosas.─ hice una gesticulación con la mano.
Ella me miró algo confundida, pero luego comenzó a reírse. La miré fijamente, estaba entendiendo porque Adrien se enamoró de ella con intensidad, era similar a él. Sonreí tenue, yo no era similar a él, había perdido enseguida con ella si estuviera con vida.
─Judith.─ musitó Adrien, mirándola embelesado. Caminó hacia nosotras y se detuvo enfrente de su ex novia.
Ella lo miró fijamente para luego sonreír tiernamente, eso hizo que me confundiera, su sonrisa podía ablandar a un corazón de hielo.
─Adrien.─ dijo Judith, acercándose a él, sus manos hicieron que el albornoz cayera. Oh sí, me estaba dando un par cardiaco en ese momento, no sabía qué hacer, si correr con mi prometido o golpearla hasta que quedara inconsciente. El albornoz resbaló por su cabeza mostrando su hermoso rostro.
Mi lindo prometido la miraba maravillado, sus ojos azules celestinos brillaban como dos estrellas, estaba presenciando un encuentro de amantes.
─ ¿Qué haces aquí con esa chica?, ¿No me digas que me estás engañando?─ preguntó en broma Judith. Adrien le sonrió tenue.
─Nunca te engañaría, mi linda niña.─ contestó, mientras la jalaba a sus brazos y la abrazaba como si pudiera desaparecer. Mi corazón se estrujo, ver a mi prometido con su ex, hizo que sintiera un dolor profundo. Giré el rostro para no ver la escena que dolía, pero al hacerlo, me encontré con un par de ojos grisáceos azules pardos, me miraban con sorna, en su boca tenía una sonrisa torcida.
─ ¿Te sientes mal porque tu prometido tiene a su anterior amante en sus brazos, mi hermosa Alyssia?─ preguntó, mientras se dirigía hacia mí. Hice aparecer mi guadaña en mi mano.─ ¿Por qué no vienes conmigo?, nunca te faltará cariño.