Mi madre me dijo que mi poder era para hacer el bien, nadie tenía que saber que era una reencarnación de un ángel caído, sinceramente me gustaba tener súper poderes, como el de volar y ver cosas que los humanos normales no veían, pero a veces eso ya cansaba, como matar demonios por la noche, ver monstruos como en las películas, era cosa seria, eran horribles y daban asco, la primera vez que vi un demonio casi muero de un infarto, ¿Y quién no? Si tan solo tenía trece años, desde ese momento, mi madre me contó lo que era, no fue fácil entenderlo al principio, pero después de ver cosas y sentir cosas, pude entender perfectamente, pude entender que no era normal, que casi todas las noches tenía que transformarme, dos alas negras aparecían en mi espalda, era una especie de un ángel de la muerte, o esas cosas que se veían en la televisión y se leía en los libros, la verdad calaba mis huesos. Yo Annie Beck, era una reencarnación de un ángel caído, y mi misión era acabar con los demonios que aparecían en la noche, ¿Cuál era mi poder? Pues podía aparecer una arma en mis manos, volar, y pelear extraordinariamente, y este momento, estaba peleando con un demonio, era de clase media, tenía el cuerpo de café oscuro, tres cuernos, ojos grandes, y tenían extremidades en su caja torácica, pero tenía unos buenos movimientos, no era fácil derrotarlo, no para mí, aun me faltaba fuerza para derribarlo rápidamente.
─Maldición.─ mascullé, cuando el demonio se me tiró encima. Comenzó a olfatearme.
─Hueles a miedo, un aperitivo delicioso.─ lamió mi mejilla. Fuertes arcadas vinieron a mí como dinamitas potentes, mi bilis se me quería salir de mi boca, tuve que esforzarme a calmar en no vomitarme encima. Antes de que pudiera golpearlo, algo se introdujo a un costado de mi cuerpo, el demonio me había apuñalado a un lado de mi cuerpo. Grité por el dolor.─ dolor, miedo, quiero comerte.─ abrió la boca, mostrando sus colmillos. Sentí como sangre rodeaba el lado de la herida, el dolo era horrible, pero no tanto como una herida en mis alas.
─ ¡Alto ahí!─ exclamó la voz de una chica. El demonio se alejó de mí y gruñó. Una chica saltó de un árbol, aterrizando como un gato. Alzó la cabeza y sonrió de medio lado, tenía el cabello largo de color negro azabache, sus ojos eran azules celestinos, no aparentaba más de dieciséis años. Ella me miró y miró al demonio. Ladeó la cabeza y lo escudriñó detenidamente.─ oh Marcie, eres tú, mi pequeño Marcie, ¿Dónde te habías metido?─ caminó hacia el demonio, pero el retrocedió gruñendo.─ oh no, no.─ negó con la cabeza.─ ¿No me digas que no me extrañaste? Yo te he extrañado mucho, no sabes cuánto, te he buscado día, tarde y noche. Bueno, si les puedes llamar a la madrugada día, pues si, te estaba buscando como loca, pero… ¿No has visto a tus demás hermanos? Fransua ,Charlotte, Magnolio, Federico, Joane, Durna, Dina, Susa….
─Bien, hermana, deberías ya acabar con tu monologo bromista.─ dijo la voz de un chico saliendo de los arbusto, era alto, su cabello era dorado como el sol, y sus ojos eran igual de su hermana, él era menor, no aparentaba más de catorce, pero era muy apuesto. Me miró a mí y frunció el ceño.─ ¿No deberías estar ayudándola en vez de estar jugando con un demonio?─ preguntó.
─Ella se puede curar sola, no es una invalida.─ apareció de su mano una espada gris y apunto al demonio.─ bien Marcie, quieres a ir al más allá, ¿No?, entonces qué tal si yo, tu mejor amiga de años ¿Te manda al más allá?─ sonrió de medio lado. El demonio retrocedió.─ ¿Oh? ¿No quieres? Qué pena, porque tendrás que ir como de lugar, tómalo como regalo de navidad, y cumpleaños, así que “Feliz Navidad” Y “Feliz cumpleaños”─ y lo cortó por la mitad, dejando un fango de moscas y una pestilencia horrible.
─ ¿Estás bien?─ preguntó el chico de cabello dorados, me miró la herida, pero luego sonrió, oh Dios, sonrió como un ángel.─ me alegro que te hayas curado.
─Por favor, no quiero verte como flirteas con ella, te gustan las chicas mayores.─ frunció el ceño. Me miró fijamente.─ chica….
─Hermana, déjala de asustarla.─ dijo el chico, me dio la mano para que me levantara. La acepté ya que me dolía el trasero de estar sentada.─ ella es algo bromista e irónica, pero es una buena chica.
Los miré confundida, eran un par de hermanos extraños.
─Gracias.─ dije con timidez.─ no soy buena peleando, y….
─Me llamo Derek Matthew.─ se apersonó con una sonrisa de ángel.
─Ángel.─ musité, me tapé la boca rápidamente, dándome cuenta de mi lengua suelta. La chica soltó una risa, Derek me miraba sonriente.