Una modelo en apuros

19; Guiada por el corazón

Me muerdo el labio inferior. ¿Qué siento realmente por Ethan? ¿Qué siento cuando me mira, y cuando está cerca de mí?

-Ethan, yo... -idiota.

Sus ojos intentan ver a través de mi fachada de chica perfecta, pero no lo consiguen.

-Ya -murmura, levantándose-. Lo siento, no debería haber formulado esa estúpida pregunta ahora. Comprendo que no estás pasando por un buen momento, y espero que sea esa la razón por la que no tienes las cosas claras. Perdón, Lily -dice antes de levantarse y salir por la puerta.

Me llevo las manos a la cara, y suspiro, dejando que el aire abandone mis pulmones lentamente.

Lo peor de todo es que tiene razón, no tengo nada claro. No soy una persona decidida, es más, siempre he dudado con respecto a cualquier decisión que he tenido que tomar. Me como el coco demasiado, intento buscar problemas donde no los hay, y mi cabecita siempre me juega malas pasadas.

A veces me gustaría ser como esas personas que viven a lo loco, por eso en ocasiones me dejo llevar por el momento, pero siempre acabo mal.

Justo ahora me siento de pena.

La imagen de la portada de SummerStyle cruza mi cabeza como un rayo, y rasco mi cuello con nerviosismo.

Cuando estoy con Dylan me siento viva, sin embargo, cuando estoy con Ethan, la tranquilidad y la seguridad me inundan. Son sentimientos totalmente diferentes, pero lo que sé es que con los dos me siento yo misma. La picardía y la chispa del rubio son los aspectos que más destaco de él, mientras que de Ethan, su sensibilidad y empatía son los que más me llenan.

Estoy tan confusa...

Aún así, creo (y solo creo) que lo que siento por Dylan es más fuerte, que mis sentimientos hacia él se despertaron antes, y es por eso que necesito decírselo. Necesito saber si él siente lo mismo.

Le mando un mensaje diciéndole que venga a mi habitación, y en varios minutos el rubio aparece por la puerta.

-¿Qué pasa? -pregunta, alarmado.

-No es nada, solo... quería hablar contigo sobre algo...

-¿Va todo bien, Lily? -cuestiona, sentándose a mi lado.

Entonces veo cómo se da cuenta de que he estado llorando, y me acaricia la mejilla con uno de sus dedos. El corazón comienza a latirme muy deprisa.

-Creo... que... -empiezo, pero las palabras no abandonan mis labios.

-Sh -me abraza.

Levanto la cabeza y sus ojos verdes se encuentran con los míos. Empiezo a acercarme lentamente, hasta que nuestros labios se rozan. Pero, en vez de seguirme el beso, Dylan se separa de mí. Lo miro confusa, e inmediatamente me siento rechazada y completamente patética.

-Lily... -murmura, pero agacho la cabeza avergonzada.

-Lo siento -digo con un hilo de voz.

-Escúchame, no soy bueno para ti. Te mereces a alguien mejor que yo.

-No entiendo... -susurro.

-Lily, estás mal. Seguro que no estás pensando con claridad en estos momentos.

-Estoy pensando perfectamente.

-No puedes sentir nada por mí, Lily, yo no soy de esos...

-¿De esos, Dylan? ¿Qué quieres decir?

-Quiero decir que yo no me enamoro, ni digo cosas bonitas, ni siquiera me preocupo por nadie que no sea yo mismo. Soy un maldito capullo, sí, supongo que lo estás pensando, pero siempre he sido así, y no sé ser de otra manera.

-Eso no es cierto...

-¿El qué? ¿Que no me preocupo por nadie que no sea yo? Mírame, Lily, diciéndote esto. Sabes que desde que te vi ha habido algo entre nosotros, la chispa siempre ha estado ahí, solo que para mí es solo eso, una chispa. Nada más. Yo me lío con chicas, siempre tengo alguna con la que pasar el rato, lo sabes. También sabes que yo no soy de nada serio, Lily, no me gustan los compromisos -dice mirándome a los ojos.

-Dylan, ¿me estás diciendo que nunca has sentido nada más fuerte por mí? ¿Solo... una puta chispa? ¿Me estás diciendo que, cuando me besaste, yo solo era una más de la lista? -pregunto notando como mi voz comienza a quebrarse y mis ojos se cristalizan.

El rubio aprieta la mandíbula y, tras unos segundos en silencio, me mira a los ojos.

-Vale... puedes irte -murmuro.

Dylan se levanta, me da una última mirada y se marcha por la puerta con la cabeza gacha.

Muerdo un cojín con fuerza y me echo a llorar desconsoladamente. La he cagado, joder. Ahora estoy aún más confusa. En el fondo sabía que Dylan era un caso perdido, pero aún así me he empeñado en tener algo con él. Él es el típico chico que tontea con todas, solo para luego no quedarse con ninguna. Él juega, no ama.

Soy tan idiota. Siempre lo supe, pero pensé que conmigo quizás pudiera ser distinto. Me equivoqué, y garrafalmente. Ahora no puedo ir detrás de Ethan, quedaría como lo que odiaría que me llamaran: una zorra.

Supongo que al final me quedaré sola, por tonta. Por caprichosa. Por indecisa. Por guiarme por el corazón en vez de por la cabeza.

 



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En el texto hay: novela juvenil, verano, modelos

Editado: 12.11.2018

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