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Salvatore.
La Navidad es un error logístico.
Eso es lo primero que pienso mientras Faye me arrastra hasta el sofá con una manta roja que pica y una taza de algo dulce que huele a chocolate y exceso de azúcar. El living está en silencio, demasiado limpio, demasiado tranquilo. Un entorno vulnerable. Odio los entornos vulnerables.
—Es mi película favorita —dice, sentándose a mi lado—. El expreso polar.
El nombre ya es una amenaza.
En la pantalla aparece un tren que desafía leyes físicas básicas. Nieve perfecta. Niños con sonrisas intactas. Un conductor que confía demasiado en la humanidad.
—Esto está mal hecho —digo a los cinco minutos—. Los personajes prácticamente no tienen expresiones, y es claro que hay como cuatro o cinco personajes interpretados por el mismo actor. ¡Todos tienen el mismo rostro!
Faye no responde. No discute. No me contradice.
Y entonces la miro de reojo.
Tiene los ojos brillantes. No de lágrimas. De ilusión. Como si el mundo fuera un lugar que todavía puede sorprenderla.
Así que cierro la boca.
No porque la película haya mejorado.
Sino porque verla así me desarma más que cualquier argumento.
Después viene El Grinch. Un sujeto verde, resentido, antisocial. El único personaje coherente.
—Este al menos tiene motivos —comento—. Odia a las personas porque las personas son estúpidas. Al igual que la Navidad.
—No es eso —responde Faye—. Odia la Navidad porque está solo.
—La soledad es una ventaja estratégica —contesto.
Ella me mira como si yo fuera un proyecto perdido. Yo me encojo de hombros.
Luego sigue Mi pobre angelito. Un niño abandonado. Delincuentes incompetentes. Trampas que deberían haber causado muertes reales.
—Esta es una película de terror para ese niño... —murmuro.
—Salvatore…
—¡Pero es verdad! —rebato— ¿Qué clase de padres irresponsables se olvidan de su hijo? Si yo fuera Kevin, nunca los perdonaría.
Ella pone los ojos en blanco, y seguimos viendo la película.
—No tiene sentido —niego con la cabeza cuando uno de los ladrones vuelve a caer al suelo—. Esos tipos ya estarían muertos si la película fuera más realista...
Cuando termina la tercera película, tengo dolor de cabeza.
No por el volúmen.
Por la saturación.
Colores. Música. Risas forzadas. Expectativa. Promesas que no se cumplen.
—Estoy saturado de Navidad —declaro, poniéndome de pie—. Tanto, que hasta tengo ganas de ir al centro comercial de una vez para no seguir viendo películas.
Faye sonríe.
—¡Perfecto! —se levanta del sofá animadamente—. Eso significa que está funcionando.
No respondo, busco nuestros abrigos y le entrego el de ella, necesito salir ya de la mansión, mis sienes palpitan.
El centro comercial es un campo de batalla mal organizado.
Gente empujándose por juguetes inútiles. Estanterías vacías. Luces intermitentes que prometen felicidad a cambio de dinero. El peor tipo de mentira.
—Mira eso —digo, señalando un pasillo sin decoraciones—. Se quedaron sin espíritu navideño.
—No seas gruñón —responde Faye—. La gente compra todo antes. Es normal.
—Es patético.
Ella me ignora. Avanza. Observa. Toca telas. Se emociona con cosas pequeñas. Yo hago inventario de salidas, cámaras, puntos ciegos.
Solo por si acaso.
—Invité a mis padres a la cena —dice de pronto, con una tranquilidad que me sorprende.
Me detengo.
—¿Cómo?
—A la cena de Navidad —repite—. Vendrán.
Pienso en su madre observándome como si fuera una anomalía moral. En su padre midiéndome con silencios incómodos.
—Podríamos cenar solos —digo—. Tú y yo. Algo tranquilo. Seguro.
Ella niega con la cabeza, suave.
—Mi amor, ya sabes que me encanta cenar contigo. Pero las cenas navideñas son importantes —responde—. De eso se trata la Navidad...
—¡¿De cenar con mis suegros?! —la miro horrorizado.
—No, tonto —se ríe—. De la unión con la familia, del amor...
Amor. Otra palabra mal utilizada.
Porque si hay algo que no siento por nadie más que por ella... es amor.
Pero no digo nada. No vale la pena discutir. Ya acepté peores torturas por menos.
Seguimos caminando. No encontramos nada decente. Ni árboles. Ni luces. Ni adornos que no parezcan fabricados en masa por alguien que odia su trabajo.