Una Navidad Con El Duque Amargado

Inocente

─Quiero que mandes a averiguar algo muy importante para mi Josehp y quiero tener la respuesta lo más pronto posible ─ dijo Franco.

─Usted dirá duque ─

─Es sobre un tal Timoteo, no se su apellido, pero de alguna forma tiene mucho que beber con Abigail y su familia ─ le dijo él.

─Hare las averiguaciones enseguida Duque ─ dijo él para después salir del estudio y dejarlo solo.

Está vez él duque si se pudo a trabajar y no salio hasta la hora de la cena, aunque en realidad no era mucho lo que tenía que hacer, él siempre estaba trabajando, era lo único que hacía, por lo que no tenía trabajo atrasado y tranquilamente podía disponer de tiempo libre, pero no quería tiempo libre en ese momento porque no quería estar en la sala con Lady Given, Delancy y sus hijas mientras le hablaban de temas que no le interesaban, antes solo los toleraba porque al menos miraba a Abigail.

¿En qué estaba pensando?

Porque no podía dejar de pensar en ella y su belleza, porque en cada cosa que hacía en los últimos días solo lo hacía pensando en ella, se estaba volviendo loco.

─Duque─ escuchó que lo llamaban de detrás de la puerta, era Tania.

─Adelante ─ indicó él ─¿tienes noticias de Abigail?, ¿cómo está? ─ le preguntó mientras se decía que todas esas preguntas que le hacía eran completamente justificadas, Abigail era su invitada y estaba enferma, lo adecuado es que él estuviera preocupado por su bienestar nada más.

─Su fiebre no ha bajado, se ha mantenido igual ─ le contó. 

─¿Y ella cómo se siente? ─ 

─Como si nada, pero la fiebre es notoria, al igual que su falta de apetito ─ comentó Tania ─ antes de venir para acá deje a su madre insistiendo le para que comiera algo ─ le contó.

─Si mañana ella aún presenta fiebre manden por él médico, ¿Joseph mandó a investigar lo que le pedí? ─ preguntó con interés.

─Él mismo salió a averiguar para una respuesta más rápida ─ le informo.

─Mejor, así no voy a tener dudas de que será una información confiable ─ dijo Franco ─ ¿todo está listo para la cena? ─ preguntó.

─Lo está ─

Franco bajo a cenar con sus demás invitadas, sería muy descortés de su parte si lo hiciera, aunque en cuanto llego al comedor se arrepentido enseguida, ambas jóvenes habían por completo la decencia y sus madres también al permitirles que sus hijas vistan de esa manera con escotes tan pronunciados, esas eran justo las cosas que odiaba en todo él mundo que lo intenten provocar sus intentos, él era un caballero jamas se dejaría llevar por actos tan descarados e impropios.

******

─Escuche a las asistentes decir que él duque se la pasó con una amarga expresión durante la noche ─ les contó Susana cuánto regresó de llevar la vajilla.

─Cualquier persona respetada estaría igual en una situación tan bochornosa ─ dijo Esmeralda.

─No entiendo que otra reacción esperaban provocar en él duque además de esa al exhibirse de esta manera ─ comentó Abigail.

─Pues claro que él duque tenga sexo con ellas ─ contestó Susana.

─Susana ─ le reprendió su madre pellizcandole el brazos.

─Aaaauuu─ se quejo

─¿Que tenga que? ─ preguntó Abigail confundida.

Ella podía ser una joven de lenguaje fluido, pero su conocimiento en cuanto a temas íntimos ella los desconocía por completo ya que su madre no le había tenido esa conversación con ella, conversación que en todo caso se tenía antes momentos antes de casarse. 

Así que era completamente inocente

Pensó Franco detrás de la pared, en cuanto pudo huir de la cena se encerró en su estudio y minutos después estaba en las paredes para saber de primera mano  cómo estaba la doncella de cabello de fuego.

─Es un tema de conversación de la que aún no puedes tener ─ le dijo su madre.

─¿Por que no? ─ preguntó ella confundida.

─Porque no te has casado ─

─Susana no se ha casado y sabe ─ le recordó.

─Son condiciones diferentes Lady ─ intervino Amelia ─ dada nuestra posición es tener esa conversación un poco antes, así nuestras niñas no terminan engañadas por rufianes ─ le explico ella.

─Pues si termino y dado que he enfermado y quién sabe cuando mejore dudo que haya una posibilidad de que termine siendo su esposa, tendré que saberlo también porque vamos a terminar en los mismos niveles sociales ─ dijo Abigail con tranquilidad lo que llamó mucho la atención del duque.

─Yo aun no pierdo las esperanzas hija y espero que para mañana ya te sientas mejor ─ le dijo Esmeralda ─ más si él destino no nos favorece en él camino a nuestra nueva vida te lo explicare todo ─ le aseguró su madre.

─Pero yo le quiero explicar y mostrar todo ─ dijo Franco para un segundo después sorprenderse de sus propias palabras.

¿Por qué había dicho eso?

Se alejó de la pared y regresó a su estudio de inmediato, no debía de tener pensamientos así, debía pensar con su cabeza, la de arriba, no la de abajo, aunque también la de abajo no reaccionaba con todas, solo con una es la que reacciona.

No, no debía dejarse llevar solo por él deseo, debía pesar las cosas con calma y serenidad lo que decidiera en esos días sería una decisión que lo acompañaría él resto de su vida y también en la de alguna de ellas.

Tenía que ser la buena.

*****

Giro en la cama sintiendo un tibio cuerpo a su lado y un suave olor a flores silvestres que provenía de ese cuerpo.

─Duque ─ escuchó  en somnoliento susurro y cuando levanto la mirada se encontró con los intensos ojos verdes de Abigail.

Despero de golpe lleno de sudor, respirando agitado y una dura erecion entre sus piernas.

─Esto tiene que ser un chiste de mal gusto ─ se quejo de su propio cuerpo.

Él ya no disfrutaba de los placeres carnales como antes, lo aceptaba, pero tampoco se había vuelto célibe y mucho menos, pero nisiquiera en sus primeros años conociendo tales places había pasado por un momento así de exitarse con un simple sueño con una doncella. 




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