─¿Cómo estuvo la mañana con él duque hija? ─ le preguntó Esmeralda mientras estaban en la habitación de ellas, Abigail y él duque regresaron después del almuerzo, dejándola en manos de su madre, para después ir a su estudio, y seguir por los pasadizos hasta estar en la habitación de ella donde las estaba escuchando, él también tenía mucho interés en saber cómo ella se había sentido con ese tiempo que pasaron juntos.
─Fue muy bueno, al menos a mi, me lo pareció, no se que pensara él duque ─ contestó Abigail.
Para mi también fue bueno, pensó él duque con la oreja bien pegada a la pared para poder escuchar mejor.
─El duque es un hombre muy agradable, educado, inteligente y muy divertido, hablamos de muchos temas interesantes, no me tuve que preocupar por opinar abiertamente de lo que pienso ─ le contó a Abigail con emoción.
─Así que él duque te gusta ─ comentó su madre.
─Es muy pronto madre, apenas pasamos un poco de tiempo juntos ─ contestó Abigail.
Su respuesta entristeció y alegró al mismo tiempo porque parecía que ella no había sentido tan intensamente esa conexión que él sintió con ella en él tiempo que pasaron juntos, pero también le encantaba eso en ella, que sea una mujer centrada y que no se deja envolver demasiado por sus emociones y las que podrían ser intenciones falsas que solo tienen la intención de aprovecharse ella.
Le fascinaba, ella era una mujer, hermosa, astuta y al mismo tiempo muy inocente.
─Pero, con él tiempo, ¿podría llegar a amarlo? ─ le preguntó su madre con interés, Franco pegó su oreja aún más a la pared de ser posible, pero no escucho nada, la razón, Abigail había asentido tímidamente a la pregunta de su madre, así que él no había escuchado su respuesta.
Después de eso ellos cambiaron de tema y Esmeralda le empezó a preguntar cómo se había sentido en relación a su bienestar, había pasado mucho tiempo afuera en un clima bastante frío y quería asegurarse se que ella no enfermara de nuevo.
Así que Franco regresó a su estudio donde Joseph lo estaba esperando, además que no comento nada cuando lo vio salir por detrás de un librero.
─Supongo que todo salió bien señor ─ comentó él.
─Lo hizo y quiero que preparen un carruaje para mañana, saldré con Lady Abigail a dar un paseo ─ le dijo.
─Si señor, solo le recuerdo que si apartar de ahora solo pretende pasar tiempo con Lady Abigail hay dos doncellas más en la mansión ─ le recordó él.
─Cierto, lo había olvidado ─ comente Franco ─¿que me puedes recomendar? ─
─También debe pasar tiempo con ellas, aunque sea poco, pero debe pasar tiempo con ellas también ─ le aconsejo ─ sería muy mal visto de su parte─
─Lo que tengo hacer por ser educado ─ dijo melancólico.
─Faltan aún cinco días para la fiesta de navidad duque, espere hasta ese día para tomar una decisión y no es por nada en especial, a mi también me agrada mucho Lady Abigail para usted, pero es precipitado tomar está decisión, siga pasando él tiempo, con todas ─ le específico.
─No hay más remedio de todas formas, así que en ese caso cancela él carruaje ─ le indico.
─Por supuesto duque ─ dijo él antes de despedirse y dejarlo solo en su estudio.
Durante la cena Lady Delancy y Lady Given estuvieron muchos más descaradas con en la cena por llamar su atención, pero nada era suficiente para evitar las coquetas miradas que intercambiaban él y Lady Abigail que las molestaban cada vez más. Habían cantado victoria demasiado pronto, la química entre ambos era innegable, además de que no la disimulaban en lo más mínimo.
─Parece que él destino le está sonriendo mi Lady ─ le dijo Amelia mientras se estaban preparando para dormir.
─Parece que sí, pero no estaré del todo tranquila hasta que vea a mi hija feliz y sin ningún tipo de preocupación por su futuro ─ dijo ella.
Si, la ponía muy feliz que su hija se sintiera atraída hacia él duque y que él se sintiera de la misma manera, además de que él parecía un buen hombre que la trataba bien, la entendía y le gustaba su forma de ser, ese le aliviaba mucho, pero aún faltaban varios días y cualquier cosa podria pasar, Lady Given, y Lady Delancy eran mujeres sin escrúpulos y sus hijas también lo eran y no dudaba que ellas hicieran algun juego sucio para comprometer lo con algún tipo de obligación.
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Al día siguiente por consejo de Joseph, paso tiempo de nuevo con Lady Given, no mucho, apenas si salieron por una hora y después dio una excusa de que tenía asuntos que atender para poder evitar más tiempo con ella, quería pasar más tiempo con su Lady Abigail, ella era la única con la quería pasar algo de tiempo.
─Veo que si aceptaste usar mi biblioteca ─ comentó Franco desde la puerta de está. Él había salido de su estudio para salir al jardín y tomar un poco de aire fresco, pero al salir noto la puerta de la biblioteca abierta así que hecho una mirada para saber quién era la persona que estaba ahí y para su grata sorpresa era ella.
Se sentia un completo idiota, por sentirse tan atraido hacia esa hermosa, inteligente, sensible e inicente doncella que lo estaba volviendo completamente loco de deseo por ella, por sentirla cerca, por abrazarla, por poder tocarla, aunque sea un poco.
─Como no podía aceptar semejante oportunidad de leer uno de estos maravillosos libros, en especial en los pocos días que me quedan aquí ─ contestó ella, levantándose de su lugar, ella estaba sola ahí, porque Susana había ido a la cocina por un poco de té para ambas.
─Pero no sería mucho mejor que pudiera tener aún más tiempo para leer todas estas historias ─ le comentó él entrando en la habitación. Estaba haciendo algo muy peligroso, era consciente de ello, pero no lo podía evitarlo, él deseo por sentirla más cerca era demasiado grande y no lo podía resistir.
─Claro que me gustaría, más eso es imposible, yo no me puedo quedar, más tiempo después de la fiesta de navidad ─ le recordó ella, volviendo a poner él libro en su lugar, debía irse de la biblioteca, no debía de estar sola ahí con él, pero cuando se giró, se encontró al duque muy cerca de ella y acercándose a ella cada vez más, dejando la entre él librero y él.