Una navidad contigo

01

La navidad se acercaba, trayendo consigo alegría y felicidad a los chiquillos, pero para gran parte de los elfos eran las fechas más estresantes y agobiadoras que podían haber.

Philip era uno de ellos, le estresaba el simple hecho de pensar que la navidad estaba a la vuelta de la esquina y con esta el fin de otro año más.

¿Qué he hecho este año? ¡Nada! No he hecho absolutamente nada… — se reprendía constantemente — Me propuse un montón de cosas… ¿Cómo desperdicié el año así? — decía desanimado

– ¿Philip, estas bien? – preguntaba un elfa de cabellos castaños y ojos verdes

– Estoy bien, Ivi – respondía sin muchos ánimos

En su mente seguía reprendiéndose por ser tan lento y confiado, había soñado con decir su amor en la víspera de navidad, pero, ¿a quién le iba a declarar su amor, si no había nadie? Otra vez solo.

El trabajo no paraba en el taller de Santa, y los pensamientos deprimentes de Philip no paraban de preocupar a la dulce Ivi, preocupada por la lamentable expresión de su compañero, intento hablar con él para suavizar un poco el ambiente, pero el elfo no estaba muy dispuesto a conversar.

 

El esperado descanso había llegado. Es mi oportunidad, pensó, pero al ver como Philip tomaba su almuerzo y se alejaba de los demás, sus ilusiones se apagaron un poco.

 

La nieve cubría cada vez más el suelo y los fríos vientos del día no eran de ayuda para alejar aquel pensamiento.

Pasaría otra navidad alejado de su familia y amigos. Si hubiera tomado unas vacaciones antes de que iniciara la temporada navideña, podría estar en casa de mamá, tomando un delicioso chocolate caliente en compañía de sus hermanos.

– ¡Hola!

– Hola, Ivi – la castaña elfa empezaba a parecerle un poco molesta, desde el inicio del día no dejaba de hablarle y mirarlo a cada momento

– Te he notado raro, ¿estás bien? – sus ojos denotaban una preocupación muy grande, pero esto el elfo no le presto atención y giro su rostro al lado contrario de ella

Pero que pesada está siendo — pensó Philip

– Sí, estoy bien Ivi – repetía el, cansado de la insistencia de la chica; en el taller, durante el descanso ¿Qué más faltaba? ¿lo iba a seguir hasta su choza acaso?

Pero la elfa no lo veía de esa manera, ella estaba realmente preocupada por él, lo único que habitaba sus pensamientos era la mirada melancólica de Philip, ¿Qué hay en tus pensamientos?

                              

                




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