La muerte.

Una Navidad Malditamente ROJA.

      Venezuela, estado Miranda, municipio tomas Lander, ciudad Ocumare del Tuy

   El 3 de abril del 2015 a las 09:00 pm estaba acostado en mi cama, era viernes  y como era de esperar tú estabas de fiesta con la familia, ya que a diferencia de mi, tu eres alegre y divertido. Recuerdo muy bien las bromas y los chistes… las carcajadas que me sacaste y sobre todo lo mucho que me apreciabas. Esa noche era fría y se sentía extraña… cuando me dijiste que saldrías al bar de mi madrina comente –Ten cuidado, la vaina esta peligrosa—pero no me tomaste en serio y te fuiste con mi madre y algunos de tus amigos… realmente te gustaba tomar con mama, disfrutabas estar con ella… eso lo sé muy bien.

Mientras que pensaba en todo esto, me acosté a dormir, aguantando el ruido de los vecinos ruidosos, los cuales disfrutan de sus algarabías ignorando toda responsabilidad ciudadana y viviendo de la anarquía de la cual tanto se quejan.

Mi hermana mayor, la malhumorada, está durmiendo ya… como siempre se siente un poco molesto intentar socializar con ella. La noche está más fría y la siento más rara, estoy preocupado, no sé porque, pero estoy preocupado… pero lo ignorare, seguro es mi imaginación y lo ignorare…dormiré y mañana estaré mejor.

Me perdí en mis sueños, no sé muy bien que estoy soñando… pero se siente placido y agradable, extremadamente silencioso, incluso el ruido de mis vecinos anarquistas desapareció… era un silencio tan hermoso… que duro extremadamente poco.

Hay un ruido molesto… lo conozco, lo conozco extremadamente bien por desgracia… es una bala, un disparo de pistola. Pero esta cerca ¿en la esquina?, en ese momento me acorde de ti, de mi madre y de tus amigos… intente ignorarlo y caí de nuevo en el silencio. El cual fue interrumpido nuevamente, esa voz molesta, esa voz malhumorada esta extraña ¿está preocupada?

—Sixto, Sixto… párate— mi hermana me está susurrando

— ¿Qué pasa?— respondo medio-dormido

— ¿escuchaste los disparos?--

—claro que los escuche, no soy sordo—

— Asómate—

—Hazlo tu si tan interesada estas—

—Me da miedo—

— Pues a mi igual sabes—

— ¡Sixto! —

—Coño, ok—

Baje las escaleras y me acerque cuidadosamente a la ventada de la puerta, vi a dos personas salir con pistolas en la mano, decían algo que puede entender afinando mucho mis oídos,

— ¡No es el! ¡No es el! ¡Vámonos locos!

— ¡Dale corre, corre!

¿No es quien?... ¿mataron a alguien equivocado? Es algo que ocurre mucho, esperaba que no sea nadie conocido.

— ¿Qué paso?— mi hermana me susurra curiosa.

— Mataron a alguien por error, creo—

— ¡¿A quién?! —

— Que se yo —

Me quede un rato hasta que los maleantes se fueron, aunque no los vi claramente, se quienes eran, era la banda que está bajando por las escaleras, ellos trabajan en la reconstrucción de la escuela. Un proyecto de reparación que se suponía duraría solo 6 meses, pero tiene 6 años. La corrupción del gobierno se lo trago y los maleantes la convirtieron en su hogar rápidamente, incluso el mismo director de la institución trabaja junto a los malandrines para sacar insumos del comedor, para luego revenderlo.

 Es realmente triste, pero es la realidad. Mientras pensaba eso me interrumpió una voz molesta nuevamente.

— ¿Qué paso? —

Pero no respondí, porque escuche algo… no se que era, pero no me gustaba para nada, puedo decir que lo odiaba incluso.

 — ¡¿Qué paso?! —

— ¡Shhhh! cállate —

— ¡A mí no calles animal! —

— Escucho algo, calla —

— ¿He? —

Al fin mi hermana cerro la boca, e intente escuchar mas… y si, allí esta ese sonido, es un gemido,  de alguien sufriendo, la voz es conocida… enseguida pensé en ti, sabía que eras tú, estabas allí, sufriendo, abaleado injustamente, pidiendo ayuda. Pero lo negué, lo negué incansablemente, casi de la misma forma que niego la existencia de dios y proclamo mi ateísmo. No eres tu… ese que está allí muriendo, no eres tú.