Una Navidad Malditamente Roja

La vida.

Una Navidad Malditamente ROJA.

La vida.

      Venezuela, estado Miranda, municipio tomas Lander, ciudad Ocumare del Tuy

   El 13 de julio del 2015 a las 11:00 am, estoy recibiendo mi diploma de bachiller. Me acompaña mi madre, mi hermana la malhumorada y los pocos que puedo considerar compañeros en este liceo repleto de malandrines… pero no estás tú, claro que no estás… porque hace no más de tres meses enterramos tu cuerpo.

Sin querer estoy aquí, sin ti, recordándote con melancolía en unos de los días más felices de mi vida (o el que al menos pretende ser). Recuerdo que llegaste al hospital y no te atendieron, porque no tenía insumos para poder tratarte. Te dejaron en una camilla sucia sin tratarte solo para esperar una ambulancia destartalada que siquiera tenía oxigeno. Llegaste a caracas muerto, el doctor que te reviso se  enojo con la enfermera que te trato en la ambulancia.

— ¿Me puede explicar porque no le dio primeros auxilios? ¡Lo único que tenía que hacer era perforar su espalda con una manguera para sacarle la sangre de los pulmones! —

— Pero es que yo no sé hacer eso doctor —

O al menos eso es lo que me dijo mi madre que paso… pero le creo, porque a mi lado se gradúan inútiles, que con dificultad se saben la tabla de multiplicar. Los gradúan solo para hacer publicidad socialista, llenando hospitales, ministerios, organizaciones y más, de inútiles con el único merito de ser útiles al gobierno socialista para mantenerse en el poder.

Es difícil pensarlo pero hay hospitales sin medicina, sin doctores y a veces hospitales con mas personas muertas que salvadas.

Ya me gradué… salgo de mi liceo con la esperanza de nunca volver a ver a estas personas, porque la mayoría me caen fatal. Llego a mi casa y mi madre me sirve un gran plato de comida, aun se puede conseguir comida, aunque se dice que pronto no será posible.

 

El 24 de diciembre del 2015 a las 11:00 pm estoy acostado en mi cama, hoy se supone que es un día de alegría, pero definitivamente no es así. Estoy acostado en mi cama sin nada que hacer ni decir, hoy normalmente estoy bromeando con amigos y familiares pero no es así, tu muerte nos quito las ganas de festejar y la economía va de mal en peor. Con dificultada compramos un pan de jamón solo para mantener la tradición, aunque aún hay niños corriendo en la calle y divirtiéndose.

Me pare de mi cama y encendí el televisor y allí estaba el… el presidente hablando y payaseando en cámara. Hablando de estupideces y de felicidad… ¿cual felicidad? En este momento solo tengo un sentimiento indescriptible, uno que quema mi pecho, uno que se supone no debería de sentir.

Allí me di cuenta de algo… me di cuenta de la mentira, de las promesas incompletas, de cómo utilizan la necesidad para sacar provecho de la pobreza y sobre todo me di cuenta de mi realidad.

El 24 de diciembre del 2016 a las 11:00 pm estoy nuevamente acostado en mi cama… empecé a trabajar en un Arturo’s, es un restaurante de comida rápida, recuerdo que te encantaba comer allí… aunque muy poco lo hiciste.

Estoy en la computadora y me da por encender la televisión… el está allí, haciendo lo mismo, disfrutando con licor caro, comida cara y sobre todo… gordo como un maldito cerdo. Habla de amor y compartir pero él es el único que se divierte. Este año siquiera hay niños en la calle, los vecinos ruidosos son cada vez menos y el único sonido esporádico es el de algunas balas… las balas de aquellos que te mataron y que siguen libres.

Los capturaron hace unos días… pero salieron libres en poco tiempo, al parecer pagaron a la policía para que los dejaran ir. Pero el señor de la televisión sigue hablando de una supuesta paz y justicia socialista… ¿paz? ¿Justicia?... patrañas sin sentido.

También me doy cuenta de algo… el sentimiento en mi interior, el cual me quema, el cual me desagrada y molesta, el cual nunca he sentido, al fin lo logro entender. El sentimiento que está en mi se llama odio… odio por esta navidad malditamente ROJA.



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En el texto hay: asecinatos, corrupcion, deprecion

Editado: 22.11.2018

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