Leila
Mire el castillo encantada.
Sin duda alguna es mejor de como me lo imaginaba.
—Señorita. -la voz de Jeff me hizo salir de la ensoñación.
—¿Si, Jeff?
—Espero que lo logré. Por que usted merece ser feliz señorita.
—¿Como lo sabes Jeff?
El jefe de seguridad sonrió.
—Tengo mis métodos de saberlo Leila.
Antes de que pudiera volver hablar la puerta fue abierta.
Mis ojos observaron la figura de Craston y este extendió su mano para ayudarme a salir del auto.
Antes de tomar la mano que él me ofrecía solté un pequeño suspiro.
—Yo puedo. -dije para mí misma y posteriormente tome la mano de Craston.
Luego de salir del auto alce mi cabeza para ver a las personas que esperaban por mi. Entre ellos se encontraban la reina, Aileen, Héctor y Xander.
Los nervios invadieron mi cuerpo logrando que las palabras que había preparado para decirles se borrarán de mi mente.
Me quedé sin decir absolutamente nada. Y fue Xander quien emitió la primera palabra.
—Es un honor tenerla aquí princesa. -Xander hizo una reverencia ante mi.
Y yo obligué a mi cuerpo hacer lo mismo.
—Para mi es un honor haber recibido la invitación de conocer este magnífico lugar.
Luego de estas palabras dichas por mi Xander extendió una de sus manos hacia mí.
Y yo lo tomé.
Mire a Xander a los ojos luego de aceptar su mano. Sentí una especie de corriente recorrer mi cuerpo por completo.
—No quiero hacerla avergonzar princesa pero, tengo que decirlo. -Xander dijo sin apartar sus ojos de los míos. —Es usted muy hermosa. La más hermosa que mis ojos han visto.
Escuchar estás palabras lograron que mi corazón empezará a latir desengrasante.
Xander me considera la más hermosa que sus ojos han podido ver.
Eso hay que celebrarlo.
—Gracias principe por esas palabras. -sonreí tras decir esas palabras.
Escuché detrás de nosotros un Atos claramente falsa. Y esta acción me hizo sonrojar.
Xander y yo nos habíamos olvidado de que existía otras personas.
—Xander -la voz de la reina me hizo sonrojar. —¿Me permitiras conocer a la princesa?
—Claro madre. Es toda tuya.
Xander soltó mi mano y yo sentí la ausencia de esta.
—Ire a preparar mi regalo de cumpleaños para la princesa.
¿Qué?
Mis ojos se colocaron en Aileen.
La vi guiñarme uno de sus ojos.
La voy a matar.
—Si que estás bien informado hijo. La princesa debe interesarte mucho para que supieras ese dato de ella, Xander.
—Me interesa mucho, madre.
—Quizas muy pronto tendremos una boda la cual preparar.
La reina inquirió estás palabras y Xander asintió.
Él está dispuesto a casarse.
¡Por Dios...!
—¡Qué noticia! El príncipe Xander dispuesto a casarse. Qué sorpresa...
—Aileen.
—¿Qué? Es la verdad.
—Princesa disculpe a mi hija -inquirió la reina y yo sonríe. —A ella se le olvida los modales. Espero que la entienda.
Aileen enarcó una ceja ante estas palabras dichas por su madre.
—Aveces es bueno que se crucen los cables. Lo entiendo a la perfección reina.
La madre de Aileen entrecerró los ojos.
—Vamos dentro princesa. -la reina me invitó a entrar en el palacio y yo asentí.
No se porque presentía que iba a tener una larga conversación con la reina.
Empecé a caminar detrás de la reina pero, Xander me hizo detener.
—Tengo una sorpresa preparada para usted princesa.
—Se lo agradezco principe. Pero no era necesario.
—Claro que es necesario princesa. Eso no entra en discusión. -Xander acaricio mi mano —En treinta minutos la espero en el establo.
Xander se llevó mis manos a los labios y en el dorso de esta dejo un beso.
Juro que si él sigue haciendo ese tipo de cosas me moriré.
—Nos vemos en un momento princesa.
Luego de verbalizar estás palabras Xander volvió a hacer la reverencia ante mi y posteriormente se marchó con una gran sonrisa en los labios.
—No pensé que mi hermano estuviera decidido a casarse.
—¿Por qué dijiste que es mi cumpleaños?
—Lo hice para ver lo que mi hermano te prepararía para tí Leila.
Achique los ojos ante estas palabras.
—Eres...
—Soy bella, inteligente y tú mejor amiga Leila.
—Y te faltó el sexo, futura esposa.
Negué con la cabeza.
No existía remedio para estos dos.
—Una pregunta, ¿están trabajando en hacer la niña?
—¿Qué? No.
—Estoy poniendo todo mi empeño en hacerle tres niñas.
—Suerte con ello. Porque la vas a necesitar Héctor Cuevas.
Aileen negó con la cabeza.
—Sin boda no hay bebé.
—Casemonos hoy.
—El rey te decapitara si escucha estás palabras, Héctor Cuevas.
—No creo que el quiera dejar a su hija viuda y con cinco hijos.
—¿Cinco hijos?
—Cinco de los diez que quiero tener contigo.
Solté una escándalosa carcajada al ver la cara de Aileen.
—No te dejaré tocarme Héctor, ya lo sabes.
—Claro que lo harás.
—Vera que no...
Aileen después de verbalizar estás palabras camino hacia la entrada del palacio y Héctor la siguió, mientras trataba de convencerla.
Estos días seran bastante largos. Sin duda alguna.
Tal y como Xander había dicho, treinta minutos después me encontraba con él en las cabellirizas.
—Lo felicito príncipe, tiene muy buenos ejemplares.
—Si gusta puede montar. Yo la puedo acompañar.
—Lo tendré en cuenta. -inquirí mientras acariciaba una hermosa yegua blanca. —Aunque es mejor que no lo haga porque con lo despistada que soy puedo caerme.
—Si gusta yo la puedo acompañar en el caballo.
Mis iris lo miraron fijamente.
—Le tomaré la palabra principe, porque con usted me sentiré segura.
—Estando conmigo nada malo le sucederá, de esto estoy seguro princesa.
—Principe, aquí tiene a Troyano.
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Editado: 31.12.2023