Una nerd con doble vida

Capítulo 3

P.V.O Kaylyn.

Luego de ir al parque y hablar con ese chico tan extraño.

Extraño por acercarse a una desconocida y hablarle como si nada.

Hablamos de cosas triviales, luego empezó atardecer y tuve que irme.
Por desgracia no acabe mi libro así que tendré que ir de nuevo al parque a leer.

Llegó a al depa y subo directamente a mi habitación, me quitó la ropa y me ducho.

Salgo del baño y entro a mi armario.
Escojo mi pijama y me la coloco.

Salgo de mi habitación y voy a la cocina.

Tomo mi celu, y pido pizza para cenar.

En 10 minutos llega la pizza, le pagó al chico, cierro la puerta y voy a la cocina, me sirvo unos trozos en mi plato, y guardo la pizza de los chicos en el microondas.

En este momento deben estar en las famosas fiestas de Marissa, sobretodo Víctor, ya que ella es su queridísima "NOVIA".

Me voy a mi habitación, enciendo la tele, y voy comiendo, en este momento sólo quiero pensar que mañana será un nuevo día, mañana todo pasará......Pero a quien engaño, me dolió horrible que defendiera a la perra de Marissa, el nunca me había tratado así, de esa manera tan dura me refiero, el sabe que Marissa es una zorra, no entiendo porqué dijo eso.

Creo que es así, desde el día en que se enteró que el me gustaba, eso fue hace 3 meses, pero que quede claro el ya no me gusta, eso se lo dejé muy claro.

No soy una chica de estar diciendo mentiras, de hecho soy muy sincera.

A la mañana siguiente.

Me despierto por la alarma, me levanto y me ducho.

Entro a mi armario, me coloco una licra negra, una sudadera verde oscuro, unas tallas más grandes que la mía.

Mis botas blancas, y mis lentes negros, tengo muchos lentes-claro que no los necesito, pero los tengo que usar-tomo mi dinero, alistó mi mochila y me voy a la escuela.

Llegó al instituto, entro y faltan poco minutos para que suene la alarma, así que entro al salón de clases, me siento al frente como hago habitualmente.

La hora de clases pasa rápido, la verdad, el profe de matemática, dió algo que ya sabía, soy muy inteligente, lo sé.

Yo solo quiero que llegue el fin de semana, lo he dicho muchas veces ya, lo se.

Suena la campana y me voy a la cafetería.

Me siento en una mesa de la cafetería-que está vacía-con mi comida, digamos que algo bueno de la cafetería del instituto, es que la comida es súper buena, mi comida es fruta, pastel de chocolate y jugo de manzana.

Mientras como espero a Ángela, mi mejor amiga, como ya dije, ¿lo dije?.

Es que de tantas cosas que hay en mi cabeza, se me olvida.

Siento el ruido de unos tacones retumbar en la cafetería, se perfectamente quién es.

—huy, miren a quien tenemos aquí—escucho la voz chillona de Marissa.

La verdad que es muy chillona, mejor decido ignorarla.

—te estoy hablando bicho—dice furiosa.

—y yo te estoy ignorando por si no te das cuenta—la miro—y te estas hablando ti misma, así que la única que se está ignorando eres tu—digo sonriendo, algunos que escucharon se ríen, Marissa, bueno ella sólo me mira furiosa.

—¿quien te creés, para hablarme así?—dice furiosa.

—me creo, quien yo quiera créeme, ¿sabes marissa?, ve a joderle la vida a alguien más, porque si sigues aquí, la única que va a salir jodida eres tú—digo tranquila y le doy un mordisco a mi manzana.

—no me hagas reír, rata de laboratorio—dice Marissa riendo a carcajadas, y sus amigas la siguen, de verdad esas risas son más falsas que las mías cuando mi padre cuenta un chiste malo.

—ni que estuviera contando un chiste—río—me da risa lo mucho que te crees y lo poco que eres—digo y todos ríen, menos ella y Víctor que viene detrás de ella.

—¿que pasa aquí?—le pregunta a Marissa y yo sigo comiendo tranquilamente.

—Bomboncito, mira ella me está molestando—uff, que inmadura, no se como Víctor la aguanta.

—en realidad, la única que está molestando aquí eres tú, por si no te das cuenta, estas frente a mi mesa—digo con voz dura y fría.

—pues yo no veo tu nombre en esa mesa—dice Marissa, intentando hacer voz de inocente.

—yo tampoco veo los nombre, en las mesa que dicen ser de los populares, y no digo que no sean suyas.

—¿tu no sabes cómo quedarte callada rata?—dice Marissa, queriendo tirarse encima de mi, pero Víctor, la agarra de los brazos.

—no querida, no se como quedarme callada, y como sigas hablando, yo seguiré contestando—digo ya furiosa.

—vámonos ya, Marissa, no quieres hacer un numérico en la cafetería compórtate—le dice Víctor, y se la lleva a rastra de mi mesa.

Llega Ángela y se sienta a mi lado.

—valla, así nunca conseguirás seguir estando en las sombras-—dice Ángela divertida.

—sabes que tengo poca paciencia, y cuando se trata de ella se me agota en cuestión de segundos—digo terminando mi desayuno.

Ángela suspira.

—no entiendo, para que quieres seguir estando en las sombras-—dice confundida.

—no quiero crear rumores, tampoco quiero que hablen mal de mí, sabes que pasó en el último instituto cuando una chica habló, demasiado mal de mí, he intento golpearme—digo seria.

—okey, entendí—dice.

—no quiero tener que dejar a Marissa igual, por más que tenga ganas, tengo que controlarme—digo.

—tienes razón—dice.

Suena la campana y tenemos que volver al salón.

Lastima que Ángela y yo, solo estamos en 2 clases juntas.

Historia y biología.

Las materias más fáciles del mundo, y aun no entiendo como Alex y Víctor tiene un 6 o 7 en ellas.

Llegó al salón y me siento en la segunda fila, en una esquina al lado de la ventana, y sola, ya que los asientos son de parejas, en la materia de química.

—hola alumnos, buenos días—dice el profesor a lo que algunos respondemos.

"Buenos días"

—tenemos un chico nuevo en el instituto, el es el joven Ryan Ferrari—dice y entra...

Oh valla, es el mismo chico del parque.




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