Ella camina por el pasillo tratando de no llamar la atención pero eso es algo imposible ya que es la única morena o bueno la única extranjera en su colegio. Caminaba apresurada ya que iba a llegar tarde a su clase.
Entro a su clase dirigiéndose a su pupitre de siempre, pero se encontró con la sorpresa de que estaba lleno de basura. No había forma en la que ella podía sentarse en ese lugar.
Las risas se desataron, como si presenciaran el mejor chiste de todos. Mara estaba tan acostumbrada a esto que le dio igual y solo se dispuso a buscar algo con lo que limpiarlo. El profesor al ver esto decidió intervenir, justo como hacia todos los días.
—¡Silencio! — Todos guardaron silencio pero las miradas burlonas no se hicieron esperar— Elisabeth sédele tu asiento a Mara.
Elizabeth al escuchar aquello dejo de reírse y miro al profesor confundida. Hasta Mara estaba sorprendida ya que nadie en el colegio se atrevía a involucrarse en juegos de niños como ellos lo llamaban.
—¿Disculpa? Creo que escuche mal profesor.
—Escucho perfectamente y se que como eres tan valiente de haber rociado el sesto de basura del salón en el pupitre de tu compañera tú serás tan amable de cederle tu lugar.
El profesor Johnson era el profesor mas joven y el único que se involucraba con los jóvenes. A el nunca le ha gustado la forma en la que tratan a la pobre Mar, ha hablado son sus compañeros de trabajo sobre este tema pero ninguno se ha interesado genuinamente.
— ¿Dónde me sentare entonces? no hay otro asiento.
—Ve donde Sarah para que te de utensilios para limpiar el pupitre.
Mara se queda estática en su lugar sin moverse en espera de que Elisabeth salga hecha una furia. Cuando el asiento esta desocupado ella se acerca y se sienta.
Después de este incidente nada nuevo sucede, solo las miradas rencorosas de los demás ya que por culpa de Mara, Elisabeth tuvo que sentarse en un pupitre sucio. Mara agradecía que el profesor la defendiera pero el sin darse cuenta hizo que su situación empeorara. Todos la odiaban aún más.
Cuando sonó el timbre para ir a recreo ella salió disparada de su asiento y corrió al único lugar donde se sentía segura. La enfermería. En su primer año ella paso mucho más tiempo en enfermería que cualquier otro estudiante; al final termino haciéndose amiga de la enfermera.
Dobla la esquina y abre la puerta. Abigail es una mujer de treinta años, es rubia y tiene los ojos mas hermosos que ella había visto en su vida. Es un azul oscuro que te hacen recordar al cielo oscuro lleno de estrellas. Abigail al verla suspira sonoramente.
—Otra vez por aquí Mara—Niega con la cabeza— deberías de conseguir amigos de tu edad.
—Sabes que ninguna persona de mi edad me comprende.
Se sienta en la camilla y abre su lonch sacando un emparedado y su jugo de manzana. Abigail se le queda mirando, preguntándose como una chica tan maravillosa como ella puede estar tan sola. No le es indiferente la forma en la que todos la tratan. Ella admira mucho a Mara por lo valiente que es al aguantar todo eso y seguir siendo la misma chica de siempre.
Ellas entablan una conversación como todos los días. Abigail le habla de su sobrino y que mañana será transferido al colegio donde ellas están. Mara le habla de como el profesor la defendió y el como ella se sintió al respecto.
—No me sorprende, a John nunca le ha gustado como te tratan.
—Si me he dado cuenta, él es el único que trata de defenderme.
—Si, pero esa niña, Elisabeth es muy insoportable
—Ni que lo digas, pero me dio mucha satisfacción al ver que el profesor la hubiera puesto en su lugar.
Abigail le da toda la razón. Pasan lo que resta del recreo hablando hasta que tocan el timbre para regresar a clases.
Todo el día Mara la paso sin sufrir ningún incidente hasta que tocaron para la salida y un grupo de estudiantes la insertaron e hicieron una ronda en la que dejaron a Elisabeth en el medio.
—Te crees muy afortunada por tener al profesor de tu lado.
—Te equivocas, nadie esta de mi lado.
—A si debería de ser. Pero para que te quedes más claro tendré que darte un recordatorio.
Madison saca una basura que escondía por detrás y se la tiro. Como si de una señal se tratara todos le tiraron basura, la mas nauseabunda y olorosa de todas. Mara trataba de correr de todos pero la agarraron. Cuando terminaron la escupieron y salieron corriendo.
Mara con una profunda tristeza y con los ojos llorosos por el trato de sus compañeros se levanta y se va a su casa.
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Editado: 03.08.2021