Una no historia feliz

CAPITULO 3

Por los pasillos de la escuela solo se habla de una sola cosa. El baile de invierno que se hará en dos semanas. Mara decidió tomar el consejo de jordán y levantar la mirada. Ese chico fue el primero que mostro fascinación por la cicatriz de ella, no como los demás que la veían con horror y otros con lastima.

Ella caminaba con su característica forma de andar, apresurada como si el mundo se fuera a acabar. Se sintió aliviada al ver que su asiento no estaba sucio. Se sentó felizmente en su asiento favorito; se sentaba en una esquina donde no molestaba a nadie y nadie la molestaba a ella, pasaba desapercibida justo como le gusta.

Sus compañeros la miraban con rencor y un poco de curiosidad al ver que después de lo que le hicieron ayer ella hoy vino mas feliz que nunca. Ella ni se acordaba de lo ocurrido con ellos, su mente solo procesaba el rostro de jordán y su linda sonrisa.

—Buenos días clases—

Todos respondieron al unísono diciéndole lo mismo. Mara se sorprendió al ver que Jordán se encontraba al lado del profesor con una mirada inocente. El miro a todos sus compañeros pero su cara se contrajo en sorpresa al divisar a Mara pero esa mirada no tardo mucho porque después sonrió genuinamente como si compartieran algún tipo de secreto.

—El es su nuevo compañero—se giro hacia jordán y le pregunto—¿Puedes presentarte a la clase jovencito?

—Me llamo Jordán Fisher, tengo 16 años y me gustan las cosas exóticas.

—Muy bien, busca un asiento libre.

Solo había dos asientos libre, uno era al lado de Elizabeth ya que su amiga había faltado a clases y el otro al lado de Mara. Ella se sentía nerviosa no sabia si el se iba a sentar con ella ya que apenas y se conocen y si se sienta con ella será como arruinar su reputación.

—Hey chico nuevo, te recomiendo que te sientes conmigo para que no se te pegue el mal olor a basura.

Todos rieron de la broma de Elizabeth, todos menos Jordán y Mara quien al escuchar eso se entristeció y agacho la mirada.

—No gracias, prefiero sentarme con ella que con alguien tan podrido como tú.

Y sin mas el se sienta al lado de Mara, sintiendo la mirada sorprendida de todos. Elisabeth era como la abeja reina, nadie se atrevía a rechazarla y todos la adoraban. Ella era muy guapa, rubia, alta y con unos hermosos ojos verdes.

Elisabeth lo miro furiosa y decidió ignorarlos.

—¿Estas bien, mar?

—Si, ya estoy acostumbrada a esos tipos de comentarios, descuida.

—No deberías de estar acostumbrada, deberías de defenderte para ponerlos en su lugar.

—Yo me defiendo pero es imposible cuando eres una contra un montón.

—No digas eso, ya no estas sola—le sonríe— ahora somos dos contra un montón.

Ella le sonrió. Después de un minuto ambos se voltean y le prestan atención a la clase. Mara se encargo de explicarle de que se trataba la clase en la que estaban y de cómo funcionaba el liceo.

Y así paso una semana. Ellos conociéndose, entablaron una linda amistad en tan poco tiempo.

Cuando toco la hora de recreo ellos salieron juntos y Mara se sentía emocionada, ella por fin tenia un amigo y quería que Abigail lo conociera, al fin y al cabo ella es su amiga también y sabe que se sentiría muy feliz al descubrir que por fin tiene una amistad de su misma edad.

—Quiero presentarte a alguien.

—¿A quién? — la mira con curiosidad.

—Vamos, solo tienes que seguirme.

Ella comienza a caminar al ala de enfermería sin siquiera mirar atrás. Ella le cogió mucha confianza en tan poco días a ese chico y es que su aura y su forma tan genuina de ser con ella le da esa sensación. Sabe de alguna forma que puede confiar fielmente en él.

—¿Cuándo llegaremos? Siento que he caminado una eternidad y tengo mucha hambre.

—No te quejes tanto—rueda los ojos — ya llegamos.

Cuando ella abre la puerta sucede lo más extraño, sus ojos se vuelven borrosa, trata de agarrarse de algo ya que se marea. No puede escuchar nada, sabe que alguien le esta hablando pero tiene la sensación de que tiene los oídos tapados. Se lleva la mano a nariz cuando siente que algo le sale de ella. Mira su mano que esta llena de sangre.

Mira a Jordán quien la mira con horror puro, ella le iba a decir algo pero de un momento a otro se desmaya. Todo a su alrededor se vuelve oscuro y solo escucha la vos de Jordán llamándola por su nombre.




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