Se llega una nueva semana... Un nuevo día de trabajo, donde solo espero mi hora de entrada y mi hora de salida, solo para hacer lo mismo una y otra vez, aunque hay días en los que si quisiera dejar esto atrás, comenzar una nueva vida en otro lugar, en otro empleo donde vea más por mi familia que por mis pendientes laborales, siempre volteo a ver hacia la ventana del transporte y eso es lo que me eh preguntado durante casi dos años, esta vez entre en el turno matutino, el día comenzó con mucha lluvia, lleve un paraguas y una sudadera para no mojarme mucho, subí al camión y lo primero que hice fue mirar hacia la ventana mientras este tomaba rumbo hacia el trabajo, un par de asientos más atrás estaba una de mis compañeras de trabajo, sentí su mirada pero no quise tomarle importancia ya que no me sentía de buenas, como es de todas las veces que entro a trabajar temprano, siempre mi transporte de ida y de vuelta se gasta en ver a la ventana, esta vez vi como las gotas de lluvia caían en el cristal, algo me hizo encariñarme de esto, escuchaba su ruido, ese duro golpe que dan las gotas cuando caen exactamente en una superficie, sonreí a la ventana mientras veía mi reflejo, escuchaba como los demás pasajeros y compañeros hablaban de sus días, yo no tenía porque hacer eso, solo me preguntaba de algo, ¿Será que esto se debe a que lo tengo todo? Me despedí de mi esposo, mi hija, mi madre, me despedí de todos aquellos que amo, lo tengo todo y no se porque aun así siento este vacío en mi interior, como si algo me hiciera falta, ¿Qué es? Mire hacia afuera y vi el cielo gris, di un suspiro y puse mi mano en el cristal mientras me decía a mi misma "¿Qué es lo que te hace falta?" Porque hay días en los que soy feliz y luego se vienen días en los que solo deseo dormir para siempre? Volteando a ver a mi compañera esta me hizo un gesto en señal que revisara mi celular, al abrir los mensajes vi que era ella diciéndome. — Oye, todo esta bien? Te veo algo nerviosa. Mire hacia atrás y ella me seguía viendo, no quise responder en ese momento, cerré mi celular y recargue mi cabeza en el frío del cristal, no se porque siempre hay días en los que actuó así, me odio a mi misma, solo quisiera poder por lo menos un día ser feliz, poder sonreír al llegar a casa, a mi trabajo, con mis amigas, a donde fuera, cuando menos un día poder dejar de sentir esta emoción dentro de mi pecho, como si estuviese vacía. Luego de un buen viaje por la ciudad, llegamos al trabajo y bajándome de inmediato mi amiga me tomó por detrás y me abrazo mientras decía. – KATIA!! Hola! Oye como te encuentras? Te veo algo deprimida. Agache mi cabeza y seguí caminando atravesando cualquier charco que estuviese en mi camino, hasta que tuve la dicha de hablarle. — Oh, hola Evelyn, perdón por actuar así pero, no me siento bien del todo, es muy, extraño... Tengo una sensación de temor pero a la vez un sentimiento de tranquilidad, mi mente pide cambios, mi corazón pide paz, mi alma pide... Que es lo que pide?. Evelyn se preocupo un poco al grado que no me dejó estar en el área de atención al cliente por lo menos el día de hoy, no se que tan mal me veo que no me permitió estar en atención a cliente... Me senté en los asientos de atrás de la oficina, ella me comprendió y me dejo ahí sin decir nada pero no se porque últimamente me eh sentido así, quizás sea por las cosas tan buenas y tan malas que eh tenido en estos días recientes, solo quiero mostrar una buena imagen y que esto no afecte mi rendimiento laboral, creo que ya eh pasado por muchas victorias y tragedias como para estar así un día. El día de hoy empezó de una manera muy alterada, pues desde las oficinas nos llamaron y nos pidieron que revisáramos bien nuestro trabajo ya que hubo un reclamo reciente por una factura mal hecha, al revisar la bitácora me di cuenta que era mía, según yo había trabajado bien y estaba dando lo mejor de mi, pero no se que fue lo que paso ahí, intente olvidar todos mis problemas por lo menos en las primeras horas del día pero me era imposible, llegaron nuestros jefes y de inmediato mi supervisor me llamó para hablar respecto al error que tuve tan temprano el día de hoy, solo le dije que había tenido un mal sueño y que todo ya iba a pasar, solo que me diera el tiempo para poder solucionarlo, mi supervisor no dijo nada más y solo me pidió que no mezclara los problemas laborales con los personales, pues esto me iba a llevar a múltiples llamadas de atención, llegaron mis otras dos compañeras y mi gran amiga del alma, una familiar muy querida, Samantha, con su típica voz autoritaria "Buenos dias" la salude y le pedí de su ayuda antes que se fuera a sentar a su área de la oficina. – Samantha, oye quiero que por favor me ayudes en algo que estoy pasando. Le dije de una forma algo silenciosa para evitar malos entendidos con las demás compañeras, ella se acercó a mí y ambas nos hablamos al oído. – ¿Que es lo que esta pasando Katia? Acaso son tus ataques de pánico? Comiste bien antes de venir?. Yo agache la cabeza y con un tono más bajo le susurre. – Solo comí una manzana y un yogurt, no estoy en condiciones para hacer esto Samantha, me siento mal por haber cometido un error tan temprano, iniciando semana, no se que es lo que me esta pasando, últimamente me eh visto tan... Desganada? Sin fuerzas? Deseando saber el porqué de todo esto? Habrá alguna solución a esto que estoy sintiendo?. Volteo a ver alrededor de la oficina y me llevó de inmediato a su área, un lugar despejado de los demás y donde solo está ella y la supervisora general.
Ya estando las dos aquí solas me tomó de las manos y me dijo con una voz preocupada. – ¿Qué tienes Katia? Que es lo que te está pasando? Cuéntame. Intente contener mi dolor pero ya estando solo ella y yo no me logre contener y empecé a llorar por lo que realmente sentía. – Tengo miedo a fallar en todo Samantha... A que algún día el destino me cobre factura de todos esos errores que cometí en mi pasado, tengo miedo a que todo se vaya por en medio de mis dedos, como agua fría, dañando mi piel y desvaneciendose, tu sabes parte se mi pasado y no quiero que todos esos errores se repitan nuevamente, anoche... Mientras dormía tuve un sueño, sueño el cual me veía otra vez cometiendo esos malditos errores y es tan, escalofriante vivir con esa memoria en mi cabeza... Necesito ayuda Samantha, ayúdame por favor. Samantha agacho la cabeza y puso sus brazos sobre el escritorio, tomó algo de aire y dio un fuerte suspiro, movió un poco su cabeza y volteando a verme me dijo. – Katia, te conozco desde hace más de 5 años, más de 8 años tienes con esa pesadez, pues cuando te conocí ya tenias años trayendo ese dolor en tu cabeza y en tu mente, lo habías olvidado... ¿Qué es lo que te hizo volver a caer en ello?. Me seque mis lagrimas y me intente calmar para poder responderle pero no podía, solo me acerque a ella y la abrace muy fuerte mientras le decía al oído. – Es ella Samantha, mi madre está muy enferma, cada día esta peor y no se como solucionar esto, también tengo a mi hija enferma de tos y gripe pero almenos puedo o bueno, intento hacerla salir adelante... Pero aun así me siento culpable del estado de salud de mi mamá, nada hubiera pasado si no hubiera hecho lo que hice ya hace casi 13 años, era una niña de casi 12 años, no puedo creer que en esa época había perdido mi infancia y tuve que ver la vida adulta... Tan cruel ah sido la vida conmigo y se que todo esto lo merezco. Samantha se levanto de su asiento y me tomó de las manos diciendo. – No Katia, no digas eso! Nada de eso es tu culpa, tu no hiciste esas cosas por voluntad propia, te obligaron a hacerlo y esta bien que me cuentes esto, intento ayudarte pero creo que estos temas tan crudos y malos no están a mi alcance, puedo apoyarte en buscarte ayuda psicológica, pero esta también en ti el cambiar de pensamiento, dejar de lado todos esos sentimientos de culpa y avanzar a una nueva vida. Me separe de ella y le dije que iría al baño y de ahí continuaría mi trabajo ya que no quería dejar solas a mis compañeras, salí y atravesé el área donde estaba mi supervisor, algo preocupado me dijo si todo estaba bien a lo que solo le hice una seña y me salí al baño, baje por las escaleras y me dirigí a el. Estando ya adentro abrí la llave del agua y me enjuague mis manos y me eche agua en el rostro para cambiar esta postura la cual estaba preocupando a los demás y fue aquí donde estuve frente a frente... Me vi en el espejo y dije "¿Qué es lo que te paso Katia Giselle? Has cambiado en estos últimos siete meses, ¿Porqué? Solo, mírate, tu maquillaje se ah caído, tus labios están secos, tu cabello sin forma y despeinado, dime, ¿Acaso esto es vivir? DIME MALDITA SEA ! ! !". Solté lagrimas nuevamente, quedándome en silencio y viendo mi reflejo en el espejo, tenía esta gran duda, ¿Merezco ser feliz? Oh solo seguir con mi vida hasta un día ser llamada a morir?. Tome algo de papel y me limpie mi maquillaje que ya se veía muy mal, mis ojos estaban manchados del negro del delineador, mis mejillas por mis lágrimas se comenzaron a ver muy mal, tomé mucho papel y me limpie hasta quedar nuevamente como lo soy siempre... Una chica cualquiera con una vida tan equis... Subí nuevamente a las oficinas y me fui a sentar de nuevo a mi lugar, a seguir trabajando.