Llegamos rápidamente al hospital, mi madre no reaccionaba para nada, mi marido se encargo que mi hija no viera nada de lo ocurrido, pues temía que pasara lo peor, dentro de mi había una voz que no dejaba de juzgarme, decía cosas como "Ahora me entiendes Katia?" Esto no debía de estar pasando, perdí simplemente el control y cuando volví a entrar en si vi a mi madre tirada en el suelo, peor aún fue cuando me moleste de nuevo y le di ese fuerte golpe que la tiene ahora en cama, las enfermeras se encargaron qué ella estuviera bien, le proporcionaron distintos medicamentos y le revisaron sus signos vitales, a mi marido y a mi nos dijeron que esperáramos en la sala de espera en lo que nos daban los resultados, era ya algo noche, pero aún así había un doctor disponible que se encargaría de la situación, mientras estábamos sentados mi marido y yo, comencé a llorar del dolor y sufrimiento, por querer saber la verdad ahora estoy aquí en esta posición tan difícil, la verdad duele pero ahora el saberla solo me trajo ira y odio a mi madre, mi esposo me tomó de la mano y me hablo al oído diciendo. – Descuida cariño, todo va a estar bien, solo es cuestión de que tengamos fe en que saldrá bien de aquí. Agache la cabeza y me intente contener pero no era posible, el solo recordar como actúe me trajo mucho dolor y sentimiento, el perder el control, el enojarme tan fácil, no es normal en mi, esa no soy yo, que esta pasando enrealidad?... Me levante y mirando a mi esposo le dije. – Quédate por favor, me voy a casa, cualquier noticia me llamas si? No me siento bien para estar aquí, tengo que descansar. El no la pensó y acepto mi decisión, salí al estacionamiento y me subí al carro, pero antes de encenderlo me quede viendo al volante un largo tiempo tratando de comprender lo que estaba pasando por mi cabeza, puse mi frente en el volante y me quede viendo solamente al tablero mientras me preguntaba "¿Qué es lo que hice para merecer esto? Donde estuvo mi suerte todos estos años? Pues ahora la necesito" cerré mis ojos y sin imaginarlo me quede dormida al volante, nisiquiera sentí el momento pero incluso resbale mi cabeza para quedar de lado a la ventana, simplemente me desvaneci por el cansancio, por mis pensamientos y por el deseo de que esto solo es un mal sueño, pero el sueño ya lo había tenido, este mismo me mostró la realidad de mi pasado y me hizo actuar hasta ahora en mi presente, años después peleando por algo que fue hace mucho tiempo, esto es de lo que me eh quejado, pues tantos años han pasado y hasta ahora quise hablarlo, era mejor dejarlo donde estaba y seguir con mi vida tranquilamente. Entre tanto dormir comencé a soñar nuevamente, esta vez no se ni como fue pero lo que se venía era algo horrible.
Al abrir los ojos vi que estaba en una ciudad llena de niebla, la luz de la luna iluminaba el camino, un par de postes de luz alumbraban parte de la calle pero no podía ver más allá por la niebla, hacia mucho frío, podía sentirlo, miraba a mi alrededor y solo veía obscuridad y un par de casas con sus luces encendidas, así que para evitar caer en una trampa seguí avanzando, camine un largo tramo hasta que vi a lo lejos una silueta que se acercaba lentamente, esto me estaba asustando, no sabía quien o que era esa silueta que estaba acercándose a lo lejos, no distinguía nada, di dos pasos hacia atrás y sin querer tropecé y caí, la silueta se acercó muy despacio hasta estar a un par de metros cerca de mi, no distinguía quien era pero lo que me asusto fue el ver sus ojos, dos brillantes ojos rojos qué parecían dos luces de bengala encendidas, rápidamente me levante y corrí lo más que podía, intentaba buscar ayuda pero no había nada a mi alrededor, hacia el intento por tocar las puertas de las casas pero no parecía que estas estuvieran habitadas por lo que solo corría asustada de este espectro. Me detuve justamente debajo de una lámpara que alumbraba una banca, me sentía cansada dentro de esta visión, no se lo que estoy viendo o estoy prediciendo, que es esto? Me senté en esta banca la cual me hacia recordar a la plaza donde platicamos Elena y yo, dentro de mi mente tenía el sentimiento de lo que había pasado con mi madre, por lo que no lo pensé más y comencé a llorar, fue en este momento donde escuche a alguien mas sentarse en la otra orilla de la banca, mire hacia ese lado y vi que era ella, la misma mujer que vi hace unas horas en aquel sueño, estaba vestida con una túnica roja y con líneas doradas, en una de sus manos tenía un libro, mientras que en su otra mano tenía una veladora encendida, con una voz seria y cortante me dijo. – Ves lo que te dije Katia? Acaso pusiste atención a lo que te había dicho?. Secando mis lagrimas le respondí. – Mis palabras lastimaron a personas que amaba, realmente me siento culpable de causar todo este conflicto. Vi que soltó una pequeña sonrisa y dijo.
– No Katia, mira, te contaré nuevamente el significado de la navaja... Si, en un principio te diste cuenta que la navaja no tenía filo, no podía cortar ni el papel por si sola, de lo contrario, tus palabras asesinaron a esas personas en las cuales te sentía segura o eran parte de tu felicidad, en estos momentos tu eres esa navaja, pues tiempo atrás esta tenia filo, las navajas tienen un filo muy potente que son muy peligrosas si no las sabes manejar, pero con el tiempo estas se van oxidando, se van quedando sin filo hasta ser solo un pedazo de lámina, Katia, fuiste esa navaja... Que tuviste el filo y no dudaste en usarlo... Pero!! Que pasa si usamos un afilador?.
Katia: Pues, vuelve a tener filo, no es asi?.
– Exacto! Hoy puedes estar sin filo, pero si... Si sacas filo, vuelves a tener una navaja cortante, la misma, pero regenerada, le das más tiempo de vida, entonces, quizás usaste el filo de tus palabras para dañar, pero... Si usas el afilador!!...
Katia: El afilador es... Hablarlo...