Ella estaba recibiendo clases como un día más, estaba tan tranquilo que jamás podría pensar que un secuestro se estaba llevando a cabo.
No importaba que alguien resultaba herido, él solo quería estar con ella para siempre, más ella no pensaba lo mismo, sin importar nada, el asesino a quien se pusiera en su camino para llegar a ella.
Ella, quien estaba asustada, se escondió cerca de los cuerpos de sus compañeros fallecidos, pero, aun así, no logro escapar de él, quien creyó que había sido herida en el tiroteo y mato a quien empezó a disparar en el aula donde estaba ella, rápidamente se fue de ahí y la llevo a su casa donde recibió tratamiento a pesa de no haber sido herida por nada.
Los días pasaban y ella se negó a hablar con cualquier persona, en especial con él, solamente yacía encerrada en su habitación, a pesar de que él le daba todo lo que él sabía que le gustaba, nada más se la pasaba encerrada, de todo, lo único que hacía eran manualidades, era algo que la calmaba, y era lo que ocupaba en esa situación.
Él ya se estaba cansado de la indiferencia de su amada, por lo que a pesar de que estaba llorando, la obligo a hablarle, una vez su llanto se detuvo, reunió fuerza para hablar, lo primero que dijo fue su nombre, él se alegró y la abraso diciéndole que estaba feliz de que le hablara, ella no hacía nada, no sentía nada ya.
—Sabes, bueno, claro que sabes que adore leer varios géneros, pero ¿sabes cuáles eran?— se quedó en silencio y solo movió la cabeza negando. —de tantos géneros que leí, lo que conocen como el dark romance fue mi favorito, ver como un mafioso, asesino, psicópatas, delincuentes, hacía todo por el estar con ella, quien era lo contrario me alegraba y por mucho tiempo desee algo así— él no decía nada, se limitaba a mirarla en silencio. —si tú hubieses hecho las cosas bien, no estaríamos con esta conversación, yo te amaba, ¿sabes?, me hubiera alegrado estar contigo, pero saber que mataste a tanta gente y trayéndome en contra de mi voluntad, eso apago todo, todo lo que sentía por ti se desvaneció, la llama se apaga muy pronto, ya que mis sentimientos no son infinitos— podía ver un poco de enojo en él por mis palabra, pero eran verdad.
—Sé que no me dejaras irme de esta casa y no me resistiré, pero, no esperes afecto de mi parte, no tendré el síndrome de Estocolmo, es de las cosas que más odie leer, ver que a pesar de ser secuestradas y maltratadas, se enamoraban de eso, era horrible, así que no esperes que desarrolle eso— dicho eso se encerró rápidamente en su habitación y no salió, él no tuvo tiempo de decir o hacer algo.
Los días seguían pasando y él iba a visitarla menos cada vez, ella escuchaba de los sirvientes de que traía varías mujeres a la casa, ella se sentía herido, pues ella lo amó alguna vez, pero no decía ni mostraba nada.
Una de las pocas veces que él fue a su habitación a verla, encontró una espantosa escena, su amada estaba colgada de una soga, no sabía qué hacer, bajo su cuerpo y casi no tenía respiración, le empezó a pedir perdón por todo, lloraba gritaba, pedía ayuda y perdón, ella no se movía, al escuchar el alboroto, los sirvientes se asomaron a ver la causa y al ver la escena se asustaron, él estaba ebrio, había una soga en el techo, y ella estaba en los brazos de él, quien no soporto la situación y él se intentó disparar, pensando que así estaría para siempre con su amada, la gente gritaba conmocionada y asustaba, trataron de calmarlo, pero no pudieron, una bala perforo su corazón y su cuerpo se comenzó a helar.
Con el disparo, ella se despertó, estaba muy débil para moverse y ver la escena de un cadáver a su lado, la asusto y comenzó a gritar, que porque había hecho algo tan estúpido, con las horas llego la policía, quien había sido alertada por la amante.
Ella fue interrogada y contó todo lo que había pasado, no la culparon de nada, pues no fue su culpa, su cuerpo fue recogido y ella recibió tratamiento.
Al ver como la causa de su sufrimiento ya había muerto, se alegró, por fin podía ser feliz, ella sabía que al verla pensaría que estaría muerta y el alcohol ayudo más en eso, sabía que se dispararía pensando que estaría con ella y tendría que actuar lamentable, si sentía culpa, pues alguna vez amo a ese hombre, pero fue el quién la llevo a estas circunstancias.
Ella volvió con su familia, quienes estaban preocupados al ver las noticias, donde pudieron ver a su hija, pero, al verla frente a su casa, lloraron de felicidad y todo volvió a la normalidad.