Como si nuestras mentes estuvieran conectadas, Travis hace exactamente lo que deseo, me toma en sus brazos levantándome de aquella barra y camina conmigo en dirección a las escaleras.
Los besos no cesan en ningún momento, cada escalón que sube es una agonía. Deseo tenerlo completamente desnudo para mí y disfrutar de cada centímetro de su piel, quiero marcar su cuerpo con cada uno de mis besos, hacerle sentir solo un poco lo mismo que la causa en mí cada vez que me toca.
Finalmente llegamos a mi habitación y el cierra la puerta con su pie, coloca el seguro, para luego depositarme con delicadeza sobre mi cama, sus ojos y los míos no dejan de mirarse.
Sus preciosos ojos brillan más de lo habitual, se quita la camisilla sin dejar de mirarme, yo lo observo y muerdo mi labio inferior al ver su pecho desnudo.
Sus pectorales están bien definidos y su abdomen está completamente marcado, sus grandes tatuajes solo lo hacen lucir más caliente que el infierno, Travis es todo un adonis. Su belleza hace un complemento perfecto entre chico malo y hermoso, es el sueño de cualquier chica y hoy esta aquí en mi habitación a punto de hacerme el amor.
Se acerca lentamente a mí y me ayuda a quitar la parte de arriba de mi pijama, quedo solo en sujetador y él muerde su labio al bajar su mirada a mis pechos. Une sus labios a los míos y luego deja un camino de besos desde mi boca hasta el nacimiento de mis pechos. Yo enredo mis dedos en su cabello y echo mi cabeza hacia atrás.
Cada caricia, cada beso, es guardado en mi memoria, deseo recordar cada segundo de este momento, como el mejor recuerdo de mi vida. No pienso en el mañana, no sé si sus sentimientos por mi sean realmente sinceros, lo único que sé, es que deseo entregarme a Travis Ford.
Nuestros rostros son iluminados por la luz de la luna, en la habitación solo se escucha el ruido de nuestras respiraciones agitadas y pequeñas gotas de sudor se asoman en nuestras frentes, lentamente Travis baja la parte inferior de mi pijama dejando pequeños besos en mi cuello, quedo solo en mi ropa interior sus ojos recorren mi cuerpo de arriba abajo
-joder eres tan ... perfecta
Dice en un suave susurro, que hace que mi piel se erice por completo.
Se aleja un poco para quitar su pantalón quedando solo en su bóxer, luego se acerca a mí, extiende su mano para que me levante de la cama y así lo hago. Tomo su mano quedando de rodillas frente a él, quien se encuentra en la misma posición que yo.
Su mirada detalla cada parte de mi rostro, parece que quisiera alargar este momento tanto como lo deseo yo.
Nuestros labios se unen una vez más. pero esta vez, el beso es más agresivo. Me pega a su cuerpo, sus manos bajan a mis glúteos y presiona mi centro contra el suyo, inevitablemente un gemido sale de mí, Travis rompe el beso y une nuestras frentes, cierra sus ojos y toma mis mejillas.
- ¿Estas segura de esto...? ¿quieres entregarte a mí?
Abre sus ojos y me observa detenidamente
-Hazme el amor Travis.
Nuestros labios se funden en un profundo beso, sus manos viajan a mi espalda y desabrocha mi sujetador. Mis pechos quedan libres, expuestos ante su atenta mirada, baja su boca hasta uno de ellos y succiona con mucha delicadeza.
Me recuesta sobre la cama, baja sus manos hasta mis bragas y tira de ellas lentamente, mi intimidad queda desnuda y Travis relame sus labios al observarla, baja su ropa interior dejando su miembro desnudo ante mis ojos. Se posiciona sobre mi separando mis piernas.
Mi corazón se acelera aún más al sentir su miembro desnudo sobre mi centro, nuestros labios no dejan de tocarse y sus manos recorren mi cuerpo, subo mis manos hasta su pecho duro y lo acaricio con la yema de mis dedos.
Baja una de sus manos hasta mi intimidad tocando mi entrada.
-Luciana ... estas lista para mi ¡joder!
Acomoda su miembro en mi entrada y empieza a besarme con delicadeza, poco a poco siento como va adentrándose en mí y empiezo a sentir un poco de dolor.
Entierro las yemas de mis dedos en su espalda y muerdo mi labio inferior.
-Tranquila, todo estará bien
Susurra dulcemente en mi oído.
Finalmente me penetra completamente y una mezcla de dolor y placer crece dentro de mí.
Sus movimientos son delicados y lentos. El dolor va disminuyendo a medida que mi cuerpo se acomoda a su tamaño, un gemido sale de mis adentros y Travis parece excitarse aún más.
El placer que siento simplemente es indescriptible, esta noche Travis ha hecho que toque el cielo con las manos.
Observo su rostro y veo como cierra sus ojos cada vez que me penetra suavemente, sus ojos se conectan con los míos y dice
-No dejes de mirarme Luciana por favor ...
Los movimientos van ganando un poco de velocidad y el placer crece más y más, sin poder evitarlo su nombre sale de mis labios en un suave gemido.
-Travis...
Mis ojos no dejan los suyos en ningún momento, coloca sus fuertes brazos a cada lado de mi cabeza y comienza a moverse con más fuerza sobre mí, hacia adelante y hacía atrás. Sus embestidas son profundas y deliciosas.
Me siento extasiada, pierdo la noción del tiempo, mi cuerpo explota en placer y cada parte de él tiembla. Arqueo mi espalda y un gemido acompañado de su nombre sale de mí.
Quedo rendida sobre mi cama y Travis sigue moviéndose dentro de mí. Luego de varias embestidas más, un gemido gutural sale de él y siento algo caliente recorren mi interior, allí noto que también ha llegado a la cima del placer.
Espera varios segundos para normalizar un poco su respiración y se acuesta a mi lado. Me acerca a su pecho y me envuelve entre sus brazos.
Gira un poco mi rostro para que lo mire, sonríe y me dice
-Es la mejor noche de mi puta vida ¡joder!
Me da un beso en la frente y me pega más a su cuerpo, yo tomo una sábana cubro nuestros cuerpos, enredamos nuestras piernas y me acomodo más en su perfecto torso desnudo.