– Sara no dejaba de parlotear, es un infierno andante– emiliano se quejó mientras masajeaba sus cien.
– Chicos, necesitamos un plan. A este paso nos volverá locos– Alexis suspiro pesadamente, Sebastián solo asintió.
Reí por mis adentros. Miré a Oliver con la esperanza de que pudiera sonreír aunque sea un poco. Después de aquella reñida confrontación con Jorge, de torno algo serio. Demasiado para ser él.
– No seguirás creyendo eso de irte a la aldea de duendes verdes, ¿Cierto?– dije con cierta diversión.
Parecía que Oliver trataba de sonreír, pero se notaba a kilómetros que resultaba algo falsa su sonrisa.
– ¿Sucedió algo Oliver?– pregunté colocando mi mano en su hombro.
El automáticamente bajo la cabeza.
– ¿Cometí un error? Me refiero a que, ¿Hubiera sido mejor no haberle dicho nada?– preguntó
– No es así Oliver, en realid...
– ¡Oh vamos hombre! ¡Estuviste fantástico! Fue súper audaz– Alexis interrumpió, dandole ánimos a Oliver.
– Creo que nadie defendería mejor a esta chica problemática que tú– Sebastian se unió al grupo de apoyo.
– Eres increíble– emiliano finalizó la idolatración.
Oliver tenía ahora nuestra absoluta atención, no se trataba de si había cometido algún error. En realidad, se trataba de cómo se sentía al respecto.
Esto resulta difícil para él, no es algo común que tenga que tratar este tipo de situaciones.
Oliver jamás fue un canino con miedos tan profundos, pero parece que al convertirse en un humano han brotado de la nada. Aunque aún no lo comprendo del todo, ¿Tiene miedo a fallar? No, no es eso.
Él tiene miedo de fallarme a mi.
Lo que aún no entiende, es que haga lo que haga, siempre lo haré con él. Así sea un error.
– He causado alboroto de esta forma, quiero adaptarme, lo intento. Pero me está costando demasiado trabajo, Cattleya. Estoy asustado– sus ojos parecían confundidos, perdidos. Lo ojos azules que adornaban el rostro de Oliver como un cielo en verano, ahora solo parecían nubes en el invierno. He estado ignorando el hecho de que Oliver podría no sentirse a gusto aquí. En este lugar.
– Lo se Oliver, lo sé. Creeme que haré hasta lo imposible para que vuelvas a la comodidad de siempre, así que ¿Podrías esperarme?– dije tomándolo del mentón, y moviendo mi mano para que esté se moviera conmigo.
Oliver soltó una pequeña risilla.
– No te preocupes Oliver, nosotros te ayudaremos. Estoy dispuesto a no jugarte bromas– interrumpió Sebastián– Bueno, bromas no tan pesadas.
Alexis y Emiliano negaron con diversión. Tendré que hablar con ellos, después.
Enseguida Oliver se incorporó y tomó su mochila. Abrió uno se sus cierres y saco una hoja.
– Según este papel, tengo que asistir al menos a la última clase del día, ¿Podrían llevarme?– preguntó Oliver, parecía emocionado.
Todos sonreímos orgullosos, sin saber que nos esperaría después.
– ¡¿Donde está Oliver?!– pregunté corriendo por el pasillo hacia la biblioteca.
– ¡Lo perdí en el aula de literatura inglesa!– Alexis contestó mientras corría a mi lado.
Pasos se escucharon detrás de nosotros.
Emiliano y Sebastián.
– ¡Alexis! ¿Cómo pudiste perderlo?– Sebastián se quejó alcanzandonos en unas cuantas zancadas, mientras que Emiliano corría detrás de él.
– Las chicas de segundo semestre me tomaron por sorpresa, salieron de nada, ¿Qué querían que hiciera? Están locas– en unos segundos nos encontrábamos cruzando la biblioteca para luego salir a la sala de computación.
El aula estaba vacía, pero Oliver no estaba.
¿Donde diablos está?
Jamás en mi vida, pensé que algo así sucedería. Y creer que esto solo podía pasar en alguna tonta película de romances juveniles.
– ¿Qué diablos ha pasado exactamente?– emiliano preguntaba intentando recuperar el aliento.
– Solo se, que esto es demasiado ¡En el contrato no venía nada de esto! Exijo una explicación– dijo Sebastián tomándose en estómago de forma que le fuera más fácil respirar.
– Todo es culpa de Oliver– respondí, en realidad no. Pero debí haberme explicado algo más– ¿Saben que significa salir con una chica?
Los tres me miraron confundidos.
– ¿En enserio?– preguntaron los tres al unisono.
Enarque una ceja.
– No bromeó– dije con seriedad.
– Se supone que se trata de tener una relación con una chica ¿Noviazgo? ¿Amor? ¿Jamás viste una película de romance Cattleya?– cuestionó emiliano.
Negué con la cabeza y me recargue en uno de las mesillas que se encontraban en el aula.
– Claro que se que significa salir con alguien, pero– hice una breve pausa y me talle los ojos de forma repetida– Oliver no lo sabe.
La confusión en ellos aumento drásticamente. Ladearon la cabeza sin comprender lo que trataba de decir.
– Chicos– los mire con seriedad– Oliver acepto salir con todas las chicas que se encontraron con él– espeté.
Sus bocas se abrieron rápidamente.
Y una pequeña sonrisa salto de sus rostros.
– ¡Vaya tipo! ¡Es increíble!– Sebastián empezó a reír.
– Me da un poco de envidia chicos– dijo emiliano meneando la cabeza con resignación.
Ay no puede ser.
– ¡NO SE TRATA DE ESO! ¡OLIVER ESTA METIDO EN PROBLEMAS!– alcé la voz molesta.
– Pues claro que está en problemas, tener a más de una chica ya es un problema– emiliano me miró divertido– Ahora imagínate a treinta– los tres empezaron a reír escandalosamente.
Me las van a pagar después.
Es una promesa.
– Da igual, Oliver jamás supo en realidad lo que estaba haciendo– dije asomandome por la puerta que me llevaría a la entrada del instituto– Para Oliver, salir. Es, salir a pasear. Como canino– dije y me abofete mentalmente.
Pobre Oliver.
– De acuerdo, se ha metido en un lío, ¿Qué hacemos ahora? Todas las chicas lo están persiguiendo, el pobre se cansará en algún momento. Necesitamos sacarlo de aquí– propuso Alexis dando un paso fuera del aula.