Una noche perversa

Capitulo 3

Ha lo lejos, se oía el canto de los pájaros y el suave susurro del viento entre los árboles. Apreté los dientes, tratando de dejar atrás lo que había sucedido, pero la sensación de miedo seguía en mi cuerpo, arraigada, como si no quisiera irse.

Me dirigí al baño sin pensarlo demasiado. La ducha estaba lista para darme un respiro. Dejé que el agua caliente me envolviera, al principio sólo sintiendo el calor, intentando desconectar mi mente. El agua me cubrió, arrastrando un poco del miedo que se había apoderado de mí durante la noche. La presión de la ducha sobre mi piel, ese momento de quietud en el que sólo existía el sonido del agua cayendo, me permitió relajarme.

Después de unos minutos, me sequé rápidamente, poniéndome ropa cómoda para estar en casa. No quería pensar en nada de lo que había ocurrido. Ni en los mensajes, ni en la sensación de estar constantemente observada. Miré a Niebla, que dormía plácidamente en mi cama, su pequeño cuerpo acurrucado en la esquina.

Salí de la habitación, dejando la puerta entreabierta para que Niebla pudiera moverse libremente. Bajé al primer piso y me dirigí a la cocina, el olor a café me despertó por completo. Era la rutina habitual de las mañanas: preparar el desayuno. Pero hoy, todo se sentía diferente, como si una sombra me acechara, esperando a que bajara la guardia.

Mientras preparaba las tostadas y el café, mi mente seguía dando vueltas. ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué me estaba enviando esos mensajes? Y lo más perturbador de todo, ¿por qué se sentía tan real, como si pudiera estar en la misma habitación conmigo?

Después de desayunar, me sentí un poco más relajada, aunque esa sensación extraña seguía en el aire, como una niebla que no se disipaba. Decidí revisar la sala. El aire en la casa estaba frío, y la luz del sol, que antes había sido reconfortante, ahora parecía más distante. Cuando pasé por la sala, algo me hizo detenerme.

Miré en dirección a la ventana, y vi que el lugar donde había estado el pajarito muerto la noche anterior estaba vacío. El pajarito, con la sangre, ya no estaba allí. Solo quedaba la tranquilidad de la habitación, como si nunca hubiera sucedido. Me acerqué, recorriendo con la mirada el espacio. Nada parecía fuera de lugar, pero la sensación de inquietud seguía ahí, en lo más profundo de mi pecho.

Mi celular vibró sobre la mesa, sacándome de mis pensamientos. Era Luis. Sus llamadas siempre traían algo de calma, pero esta vez, su voz sonaba diferente, cargada de preocupación.

-Lydia, ¿cómo estás? -preguntó directamente, sin rodeos.

-Estoy bien, Luis. ¿Por qué me llamas tan temprano? -intenté sonar casual, aunque sabía que algo malo venía.

-Es sobre Bairon... Ayer en la noche lo encontraron en un callejón.

Sentí que mi pecho se comprimía. Aunque Bairon y yo no éramos nada ahora, no podía evitar preocuparme. No era alguien que mereciera lástima, pero tampoco deseaba que le pasara algo tan grave.

-¿Qué le pasó? -pregunté, mi voz casi en un susurro.

Luis tomó aire antes de responder, como si incluso para él fuese difícil decirlo.

-Lo encontraron todo golpeado, lleno de sangre. Aparentemente, alguien le clavó un destornillador en la pierna. -Hizo una pausa, y su tono se volvió más bajo, como si dudara de contarme lo siguiente-. Lo más extraño es que dejaron un pájaro muerto junto a él, justo en el lugar donde lo encontraron.

Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar eso. Mi mente comenzó a conectar los puntos, aunque no quería admitir lo que estaba pensando. Con esfuerzo, volví a hablar.

-¿Está vivo? -La pregunta salió más rápido de lo que pensaba, con un toque de ansiedad.

-Sí, Lydia. Está en el hospital ahora. Pero no entiendo quién podría ser tan perverso para hacer algo así.

Sentí que mis manos temblaban ligeramente al sostener el teléfono. El recuerdo del pajarito muerto en mi sala la noche anterior volvió como un golpe. Intenté calmarme, respirando profundamente.

-Espero que se recupere -dije, con un hilo de voz. Mis pensamientos eran un caos-. ¿Quién podría ser tan...?

No terminé la frase, porque ni siquiera quería darle forma en palabras. Luis, sin embargo, siguió hablando.

-No lo sé, Lydia. Pero me preocupas tú, que estás sola en ese lugar.

-No te preocupes, Luis. Estoy bien. -Mentí. Mi voz intentaba sonar tranquila, pero había algo en mi interior que no podía controlar-. Este lugar es bonito y tranquilo. Nada de qué preocuparse.

-Eso espero, Lydi. No quiero imaginar que un loco pueda hacerte algo. Por favor, si algo está mal, prométeme que me llamarás de inmediato.

-Lo prometo, Luis. Tranquilo. Bueno, hablamos más tarde, ¿sí? Me voy a ocupar. Te quiero, Luis. Saluda a Amelia de mi parte.

-Te quiero también, Lydi. Cuídate mucho.

Corté la llamada y me quedé mirando el teléfono, inmóvil. Un escalofrío recorrió mi piel, como si algo invisible me acariciara. ¿Un pájaro muerto? No podía ser el mismo hombre, no podía. Pero las coincidencias eran demasiadas para ignorarlas.

Sacudí la cabeza, intentando apartar esos pensamientos. No, no tengo que tener miedo. Yo puedo cuidarme sola, me dije a mí misma. Pero la certeza en mis palabras no era suficiente para apagar la sensación de que algo oscuro me estaba rodeando.

El clima era perfecto. El cielo estaba despejado, y los rayos del sol atravesaban las ramas de los altos pinos, iluminando pequeñas motas de polvo que flotaban en el aire. Decidí aprovechar la calma y salir. El paisaje, lleno de verdes vibrantes, parecía sacado de un cuento. Me llevé unas zanahorias para Niebla, pero, curiosamente, no mostró interés en ellas. En cambio, se quedó junto a mí, como si quisiera ser mi sombra. Tal vez Niebla solo quería compañía... o tal vez sentía algo que yo no podía percibir.

Comenzamos a caminar hacia el lago. Los árboles a nuestro alrededor se alzaban como gigantes silenciosos, y el crujir de las hojas bajo mis pies era el único sonido que interrumpía el tranquilo murmullo del bosque. Al llegar al lago, el agua reflejaba el cielo con tanta claridad que era como un espejo. Todo estaba tan sereno que por un momento olvidé cualquier sensación de inquietud.




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