Una Nodriza por contrato en New York

Definiendo nuevo año

pasando el tiempo cuando Liam estaba por cumplir el año y Clara llevaba mas de 10 meses en la mansión al lado de Liam y Mark ya sentía una familiaridad Clara inicio a manejar un blog donde hablaba sobre crecimiento infantil y tips para niñeras

CAMBIOS EN MARK

Con los días que siguieron, algo había cambiado.

Mark ya no era simplemente el jefe distante que se encerraba en su despacho hasta altas horas de la noche. Empezó a aparecer más a menudo durante los momentos cotidianos: se detenía en la cocina mientras Clara preparaba la papilla de Liam, se sentaba en silencio durante las meriendas, incluso llegó a quedarse en la sala después de acostar al bebé, solo para conversar.

Clara no podía evitar notarlo. Tampoco podía ignorar cómo su corazón reaccionaba, traicionero, ante esos pequeños gestos. Una mirada sostenida un poco más de la cuenta. Un "¿cómo estás?" que sonaba distinto. El tono más suave en su voz. La forma en que la escuchaba, como si de pronto, ella fuera más que una presencia funcional en su casa.

Una tarde, mientras Liam dormía y la casa parecía contener la respiración, Clara se encontraba revisando apuntes en la biblioteca cuando Mark entró con dos tazas de café.

Sé que estás en modo estudio, pero pensé que esto te vendría bien —dijo, dejándola sobre la mesa.

Ella lo miró sorprendida. Era la primera vez que tenía un gesto así.

Gracias… —respondió, un poco descolocada—. ¿No tienes una reunión?

—Cancelé —dijo simplemente, sentándose en el sillón frente a ella—. Me pareció más interesante ver cómo sobrevives a los teóricos de educación infantil.

Clara rió, bajando la vista, algo nerviosa. No estaba acostumbrada a esa versión de Mark: relajado, incluso bromista.

—No sabía que tenías sentido del humor.

—Tampoco sabía que tú hablabas dormida —replicó él con una media sonrisa.

Ella alzó la vista, en shock.

—¿Qué? ¿Cuándo…?

—Esa noche en que te quedaste dormida en el sofá con Liam encima. Dijiste algo sobre "no olvidarte de ti misma". Me dejó pensando.

Clara se quedó en silencio. No recordaba haber dicho eso, pero le sonaba tremendamente real.

—Supongo que a veces me cuesta no perderme en todo esto —murmuró—. En ser útil, necesaria. No molestar. No sentir demasiado.

Mark la observó fijamente. La seriedad había vuelto a su rostro, pero sus ojos decían otra cosa.

—A veces desearía que sintieras más —dijo con voz baja—. Al menos conmigo.

Clara sintió el pulso acelerarse. No sabía si había entendido bien, pero el silencio entre ellos se cargó de electricidad. No era el momento, no era el lugar, y sin embargo… allí estaban, en medio de una pausa inesperada que decía más que cualquier contrato o promesa.

Pero justo en ese instante, el monitor del bebé emitió un leve sonido. Liam se movía en la cuna. Clara se levantó de inmediato, como si necesitara un escape físico de lo que acababa de pasar.Tengo que ver si se vuelve a dormir dijo rápidamente, esquivando la intensidad del momento.

Mark solo asintió, aunque su mirada seguía hablando por él.

Y mientras Clara subía las escaleras, con el corazón latiendo desbocado, supo que ya no podía seguir fingiendo que lo que sentía era simple afecto profesional. Algo había empezado a crecer. Algo que ni el trabajo, ni el curso, ni el miedo podían detener por mucho más tiempo.



#6470 en Novela romántica
#1669 en Chick lit
#3023 en Otros
#796 en Relatos cortos

En el texto hay: amor filial, amor fuerte amor sumiso

Editado: 14.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.