Brenan
—¿Qué tal salió la operación?
—Se complicó en el último momento, pero logramos remediarlo. La paciente ya está en su habitación.
—Eres un gran médico Brenan, sabía que eras el indicado para este caso.
—Gracias Carmín. Pero ahora tedré que tomar mi auto como vehículo de la fórmula uno, voy retrasado con el compromiso con mi familia.
Hoy tenía una cena familiar, una muy peculiar con la familia Harris. Tenía ya seis meses desde que regresé a casa, lo hice solo porque mi madre está enferma y quería estar a lado de ella.
Pero mi padre Joaquín, reconocido como el mejor abogado de la ciudad y mi hermana mayor Mía Harris, tenían una insistencia en quererme casar con una mujer que no soportaba. Así que esta noche les presentaré a mi novia.
Una que no tengo, en realidad había contratado a una actriz de último momento. Ni siquiera le había dicho a la chica de qué trataba su trabajo, pero era actriz y tenía que saber improvisar.
—Estoy segura que todo saldrá bien —mencionó Carmín. Ella era una de las enfermeras del hospital, tenía una hermosa familia y me agradaba hablar con ella. Era una mujer de unos cuarenta años y según me había contado casi la mitad de su vida la había dedicado a este hospital. —, aunque sigo pensando que tu plan es una mala idea.
Le había contado sobre lo que iba hacer esta noche, no quería que mi familia me impusiera a mujeres desagradables, yo iba a casarme con quisiera, pero al menos los tendría entretenidos por un par de meses con esta actriz.
—Llevo semana planificando esto, nada puede salir mal.
—¿Sabes? Hay muchas enfermeras en este lugar que les encantaría ser tu novia de verdad.
—Pero yo no necesito una novia de verdad, me basta con ser solo amigo de todas.
Prefería ser el pañuelo de lágrimas para unas, amigo incondicional para otras, pero no ser su novio. La chica indicada no había llegado a mi vida.
—Algún día llegará la mujer que te haga cambiar de opinión, solo espero que ella no te envíe a la frienzone.
—Nadie podrá resistirse a mis encantos, ni siquiera tú haz podido. —me burlé. Bese la frente de Carmín y fui directo a cambiarme.
Me quité el traje que utilicé en la cirugía y me coloqué mi ropa casual. Salí de prisa del hospital ya que llevaba varios minutos de retraso y aún me faltaba pasar por la chica que se haría pasar por mi novia.
Arranqué mi auto y manejé lo más rápido posible. Mientras conducía mi móvil empezó a sonar. Miré en la pantalla se trataba de mi hermana.
—¡Aló!
—¡Brenan por Dios! ¿En dónde estás? Tenemos más de media hora esperando en el restaurante.
—Tranquila hermana ya voy para allá.
—No puedo tranquilizarme, estamos como tontos en la mesa, ni siquiera hemos pedido la comida por estar esperándote.
—Mia, deja el mal humor.
—Lo peor de todo es que Judit me ha dicho que traes a tu novia, ¿porque no dijiste nada?, mi cuñada está aquí con la ilusión de verte.
Lo sabía, la cuñada de mi hermana estaría en esa reunión, ella y su hermano; quien era el esposo de Mía, eran unos parásitos.
Alejandro se aprovechó del apellido de mi familia para ser reconocido como abogado, pero nunca hacía nada por el bufete, sus casos eran los más fáciles ya que ni mi hermana le tenía la suficiente confianza para darle los mejores casos. La hermana de mi cuñado era de aquellas mujeres elegantes, preocupadas por su aspecto físico, siempre presentables, pero que solo buscaban un buen esposo para complacer sus caprichos.
—Pues no tengo idea de por qué la invitaste, esta es una reunión familiar, así que ella está de sobra.
—No hables así, mejor apresúrate.
—Si solo pasaré por mi …—Mis palabras quedaron en el aire, ya que frente a mí apareció una sombra. Empujé el freno hasta el fondo pero aún así sentí que me topé con algo. —¡Rayos! ¿qué hice?
Apagué el auto y bajé de inmediato. Corrí hacia el frente y vi a una mujer inconsciente en el suelo. Me agaché de inmediato y tomé su pulso, su corazón aún latía. Hice a un lado su cabello y ví que tenía un corte en la frente. Su móvil estaba a un lado y su pantalla marcaba una llamada. Ahora entendía porque no había visto a los lados al cruzar la carretera.
Esto no podía estarme pasando, no en este momento. Por unos segundos me pasó la idea en dejarla en suelo y continuar con mis planes, pero ese pensamiento se desvaneció a los pocos momentos, no podía dejarla ahí tirada.
Miré a los lados las personas empezaban a reunirse en el lugar del accidente.
Corté la llamada y tomé su móvil. Pasé uno de mis brazos bajo sus piernas y la otra bajo su cuello, la levanté con cuidado del suelo y la subí a mi auto. Seguía inconsciente y eso me preocupaba.
Di la vuelta y regresé al hospital. La saqué del auto de la misma manera en que la había tomado del suelo.
—¡Por Dios Brenan! ¿qué pasó? —cuestionó Carmín.
—Necesito una camilla Carmín y algún médico que la atienda.
Me moví entre los pasillos hasta llevar a la chica a una camilla. La coloqué con cuidado y esperé que alguno de los compañeros médicos llegara a revisarla.
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Carmín.
—Se me atravesó en la carretera…
—¡Brenan!
—No fue mi culpa lo juro, apareció de la nada.
A los pocos minutos uno de mis amigos llegó y se encargó de ella. De pronto sentí como mi teléfono vibraba. Se trataba de mi hermana. No quería responderle, pero si no lo hacía no iba a dejarme en paz.
—Brenan, ¿en dónde estás?
—Hermana no podré ir a la cena.
—¡¿Qué?! ¿Cómo que no vendrás? Brenan no estamos para juegos.
—No son juegos Mia es que… mi novia sufrió un accidente.
—¡No me mientas Brenan!
—No te estoy mintiendo, puedes llamarle a Carmín o a cualquiera en el hospital y preguntarles si no entre con una mujer en los brazos —La línea quedó en silencio, estaba seguro que mi hermana en estos momento no sabía si creerme o no. —Disculpame con mis padres, los veré mañana en la casa ya que hoy pasaré la noche en el hospital para asegurarme que ella está bien.