Una novia en alquiler

CAPÍTULO 3

April 

—¡Váyanse de aquí! 

—Solo queremos conocerla. 

—Será en otro momento

Escuchaba voces a mi alrededor, era como si varias personas discutieran cerca de mi oído. Abrí mis ojos de manera lenta. Una luz blanca dio directo a mis ojos. 

—Está despertando.  

Froté mis ojos y me encontré con varias caras mirándome. ¿Qué estaba pasando aquí? Miré a mi alrededor y noté que estaba en un hospital. Traté de recordar lo último antes de terminar aquí, todo se reprodujo en mi mente como una película en cámara rápida. El cerdo, mi despido, las luces, si, eso fue lo último.

—Hola, mucho gusto soy Mia Harris la hermana mayor de Brenan tu novio. —extendió su mano. 

¿Novio? ¿de qué rayos hablaba esta mujer? 

—Mia, ella aún está confundida con lo del accidente. —Un hombre que estaba a mi lado se interpuso entre la mujer y yo. 

Por el otro lado de la camilla se acercó otro hombre —Mucho gusto, soy Alejandro el esposo de Mia y… 

—¿Novio? me están confundiendo con alguien más, no tengo novio ni siquiera conozco al tal Brenan. —espeté

Todos me vieron sorprendidos. 

—El golpe en su cabeza fue demasiado fuerte y a April se le olvidaron algunas cosas. —habló el hombre a mi lado. 

—Brenan eso no suena bien. 

¡Brenan!, así que él era el tal Brenan.

—Es mejor que se vayan, la están confundiendo, además está prohibido que muchas personas estén en un mismo sitio.

El tal Brenan, sacó a todos casi a empujones. Una última chica se detuvo, me miró y sonrió hacia el tipo que decía que era su novia. 

—Tú novia es muy bonita hermano. —besó su mejilla y salió. Me levanté de la camilla para escapar de este lugar. 

—¡No! ¿Qué haces? tienes que permanecer aquí. 

—Claro que no. Se equivocaron y me llevaron a un manicomio en lugar de a un hospital. No tengo idea de quién sea usted ni su familia, pero de lo que estoy segura es que no soy su novia.

—Si lo sé. Espere, solo fue una equivocación, por favor regresa a la camilla. 

—No mientras usted esté cerca de mi. ¿Cómo es que sabe mi nombre? Además estoy bien señor y me iré a casa en este momento. 

Sentía un dolor de cabeza, pero era algo que una pastilla podía arreglar.

—Déjeme llevarla a su casa, me siento responsable de su salud.

—¿Fue usted quien me golpeó con su auto? —cuestioné.

—Bueno podría decir que fue usted quien tuvo la culpa, ya que cruzó la carretera sin siquiera mirar a los lados.

Podía golpear a este tipo en ese instante, pero tenía razón. Recordé que ni siquiera tenía dinero para un taxi, quería matarlo, pero tampoco podía, había demasiados testigos. Así que tomaría su propuesta. No le tenía miedo, sabía muy bien cómo defenderme. No obstante, aún me parecía muy extraño que la familia de este tipo pensara que era su novia.

Caminé hacia la salida, pero antes de llegar a la puerta una mujer se atravesó en mi camino.

—¿Pasa algo doctor? —Inquirió.

—No Carmín, todo está bien. Llevaré a April a su casa. —Respondió Brenan. <<Así que era doctor>>

—Pero creo que hacen falta algunos exámenes para realizarle. 

—Ya escuchaste Carmín, el doctor Brenan me llevará a mi casa. —Respondí. Pasé por su lado y me dirigí a la puerta de salida hasta llegar al estacionamiento. A los pocos segundos Brenan me alcanzó y me llevó hacia su auto. Que por cierto era uno muy bonito, color negro. Se notaba que es uno de los últimos modelos del año. Nunca había estado en un auto tan lujoso.

Le di mi dirección a Brenan y él se puso a conducir. Lo miré un par de veces mientras él manejaba. El tipo era muy guapo, ya me lo imaginaba con su ropa de médico, era todo un galán. 

—¿Por qué su familia piensa que soy su novia? — pregunté.

— Bueno es una historia un poco larga y confusa, pero tranquila yo arreglaré ese malentendido.

No sé por qué pero no creía en sus palabras. Llegamos a mi casa en poco tiempo. Y como todo un caballero corrió abrirme la puerta o tal vez solo estaba tratando de ser amable para que no lo demandará.

Me acompañó hasta la puerta de mi casa. —¿No quiere pasar a mi habitación? — propuse. El tipo me vio con cara de sorpresa —Soy sarcástica por si no lo ha notado, usted es peor que una garrapata que no quiere separarse de mi. 

—Solo me estoy asegurando que llegué con bien a su casa, no se preocupe por la cuenta del hospital yo me encargo de pagarla.

—Pues es lo mínimo que puede hacer por mi. Después de todo fue su culpa. ¡Ah! Y no se preocupe que no pondré ninguna demanda en su contra. 

—Eso no me preocupa, pero si usted. Si se siente mal puede ir al hospital o llamarme. —Extendió una tarjeta y me la entregó. 

Ni loca pensaba llamarlo. De mi parte no tenía pensado verlo nunca más en mi vida. 

Agradecí con una sonrisa y entré a mi casa. Esto sí que había sido extraño. Por un momento pensé que si había perdido la memoria y no recordaba a mi novio guapo. Ja, ja, ja. Nunca tendría un novio como él: médico, educado, sexi y de familia adinerada. ¡Qué locura! 

—¡April, por Dios! Estaba preocupada por ti, me dejaste hablando sola en el teléfono. —Ivonnne mi amiga estaba en la casa con mi hermano Nain y mi padre. 

—¿Qué fue lo que te pasó? —preguntó mi padre, quien se acercó y tocó mi herida en la frente. 

—Solo fue un pequeño accidente, pero ya estoy bien. 

—¿Quién fue el idiota? —inquirió Nain. Mi hermano era el más violento de los tres, todo para él era siempre arreglarlo con golpes. 

—Ya me arreglé con él, además tuve la culpa porque crucé la carretera sin mirar. 

—No importa, nadie hiere a mi familia y sale con vida. 

—Ivonne, ¿puedes calmar al violento de tu novio? —indiqué a mi amiga—. Mejor iré a mi habitación. 

—Que bueno que estas bien hija. —habló mi padre—. Vé a descansar.



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En el texto hay: romance, drama, novela romatica

Editado: 12.12.2021

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