Una Novia Para Mi Papá

Capítulo 11: “ERES MÍA”

Tras la cena, Ricardo agarró la mano de Sara y la llevó hacia la pista de baile. Con un abrazo tierno en su delgada cintura, se dejaron llevar por el ritmo de la suave balada.
Sus labios se unieron en un primer beso suave que pronto se volvió más ardiente.
Bajo la hermosa vista que brindaba la luna nocturna que acompañaba está cena.
Ricardo, permitió que sus deseos lo condujeran y llevó a Sara al cuarto.
Al ingresar, cerró la puerta detrás de ellos y la colocó con cuidado en la cama. Se observaron, con el entorno cargado de una mezcla tangible de anhelo y anticipación. Con una dulce sonrisa.
Ricardo, retiró un hilo de cabello de la cara de Sara, un gesto que provocó un estremecimiento en su espalda y la llevó a murmurar suavemente. Con sutileza, Ricardo, manifestó su afecto por ella, realizando una danza de descubrimiento en sus labios.
Con el aumento de la intensidad, los besos se tornaban apasionados, cada roce sugiriendo algo más profundo.
Al desabrochar el cierre del vestido rosa, Ricardo, quedó impresionado por la hermosura de su figura, mientras Sara no pudo contener las lágrimas que rodeaba sus mejillas.
Dado que los recuerdos de su historia regresaron, para no dejarla tranquila.
—Eres mía, gordita, me perteneces—dijo Marcus con una sonrisa torcida.
Sara, quedó aturdida, su corazón latía con fuerza, las lágrimas no paraban de fluir. levantó rápidamente el vestido otra vez,
Ricardo quedó asombrado al observar a Sara en llanto. No comprendía por qué estaba en lágrimas. Prefiero no forzarla, cuando esté preparada. Encontraría el instante perfecto para estar a su lado. La envolvió en un abrazo cariñoso. Un abrazo que aliviara ese instante que estaba viviendo.
Aun teniendo el anhelo de estar a su lado, también le preocupaba su salud.
Busco un pañuelo, secó las lágrimas de Sara.
—Perdona si te hice sentir incómoda. No pretendía incomodarte, mi reina—le dijo Ricardo, exhibiendo su remordimiento.
Sara permaneció en silencio por un instante y luego habló.
—No pidas perdón. Agradezco la noche tan hermosa que me ofreciste. Me divertí mucho, tengo que irme. Buenas noches—dijo Sara. Besándole en los labios
Ricardo correspondió aquel beso con más profundidad, unos segundos después, Sara salió de la habitación de Ricardo, fue para su cuarto.
Al entrar, Sara cerró las puertas y se tumbó en la cama mientras las lágrimas brotaban de su rostro.
**
Los amigos de Ricardo arribaron a la mansión de Iñaki en su moderna camioneta negra.
Para alcanzar la visión que le encomendó su superior Ricardo.
Llevaron una capucha, para que nadie lo identificara.
Al descender de la camioneta, accedieron por la entrada trasera sin causar ruido.
Se aprovecharon de que las luces de la enorme mansión blanca y negra estaban apagadas. Partieron hacia la biblioteca.
Al ingresar, dejaron todos los documentos revueltos, en el suelo recogieron todos los recibos de los pagos que Iñaki debía desde hacía bastante tiempo.
Dejaron una nota breve escrita en el escritorio.
Ten presente que necesitas saldar tus deudas.
Dispone hasta el final de este mes para realizar el pago.
Al abandonar la biblioteca. Los amigos de Ricardo, abandonaron la mansión.
Subieron a la camioneta, se marcharon.
Mariano, el investigador privado de Ricardo, comenzó a buscar la información para enviársela a su superior.
Lo que descubrió lo dejó asombrado.
Lo envío inmediatamente.
Busco la computadora portátil, comparto los datos que había estado investigando. La mandó desde su pendrive.
Con una mínima información.
La joven que usted envió a investigar ha atravesado por numerosas situaciones.
***
Ricardo, al examinar los datos, en relación a su labor. Recibió en su correo los datos del detective Mariano y abrió la carpeta que contenía la información.
Para su asombro, lo que halló no fue placentero para él. Se molestó, le causó furia; ahora entendía por qué su novia Sara estaba en lágrimas.
Intentó manejar su ira, para evitar estallar. Pero fue en vano, tomó su teléfono y marcó el número de Adrián, su amigo.
—Necesito que indagues sobre Marcus Samuel Beltrán Velasque—exclamó enojado Ricardo.
—jefe, ya contamos con los baucher que solicitó de Iñaki. Iniciará la investigación—contestó Adrian.
—Muy bien, está correcto. Espero recibir los vouchers pronto—comentó Ricardo antes de finalizar la llamada.
En la empresa González, Chantal reflexionaba sobre conquistar a su superior, Ricardo, para poder resolver los inconvenientes que enfrentaba, dado que el salario no le alcanzaba.
Tenía que abonar diversas cosas para asistir a su padre.
Empleará sus habilidades de deducción para conquistarle, tomar el control de la compañía de su superior y despedir a Sara.
En el resort, Ricardo conservó la información que había hallado sobre Sara.
Después se ocuparía de encontrar al responsable y hacer pagar todo, el daño que le había causado.
Luego, agarró la maleta y metió las cosas para el viaje de vuelta.
Por otro lado, Sara secó sus lágrimas con un pañuelo. Optó por iniciar su venganza y conseguir las pruebas requeridas para mandarlo directamente a prisión por todo el perjuicio.
Solo Dios sabía todo lo que había padecido debido a aquel hombre desgraciado.
Todas las lágrimas que había soltado por su responsabilidad.
A continuación , Sara tomó una ducha que contribuiría a disminuir todo su estrés, incluyendo su aflicción por los recuerdos.
Después se vistió con ropa diferente, se puso su pijama, antes de dormir..
Dejó la maleta lista para el regreso.
Luego de preparar la maleta, cogió su teléfono y le mandó un mensaje a su madre, Isabel.
"Mami, deseo que estés bien." Mañana vuelvo a casa, tengo muchas cosas que decirte, no son agradables. Envió el mensaje.
Al irse a dormir, su teléfono sonó; pensaba que había sido su mamá quien respondió el mensaje.
Al leer el mensaje en su teléfono, se sintió aturdida, su corazón latió más rápido y empezó a quedarse sin aliento.
"Un hombre que no ha cesado de quererte." Recuerda que eres mía, chiquita, me perteneces. "Atte, Marcus."
Sara intentó tranquilizarse, vertió un poco de agua en un vaso y lo bebió.
Al sentirse más serena, pensó: "Te prometo que por Dios y por mi familia sufrirás por todo el maldito daño que me has causado."
Dejó el móvil conectado y se fue a dormir.



#1018 en Novela romántica

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Editado: 25.07.2025

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