Una novia para papá

Capítulo 1: Rocco.

Capítulo 1

Rocco

—…y vamos a llegar tarde porque tú no quieres levantarte. Mamá dijo que tenía que estar en casa antes de las nueve, y son las siete. Si no te levantas ahora no nos dará tiempo de hacer el desayuno y no quiero volver a casa con el estómago vacío. —Me pongo una almohada en la cabeza para amortiguar la voz de Nina—. ¡Papá, me estás ignorando adrede!

—Cinco minutos —gruño, aunque las palabras casi no se entienden.

Por supuesto, Nina es más inteligente de lo que debería y lo entiende perfectamente, pero eso solo la lleva a perder la cabeza.

—¡No tienes cinco minutos! —chilla, quitando la almohada de mi cabeza—. Mamá se va a enojar con ambos si no llegamos a tiempo.

Me doy vuelta y abro los ojos, frunciendo el ceño cuando la claridad me golpea en la cara. Tiene razón, su madre se va a enojar, pero hace mucho tiempo que los enojos de Leslie dejaron de importarme. Consecuencias del divorcio, supongo.

Sin embargo, y porque no quiero pelear con nadie el día de hoy, me siento en la cama. Quiero seguir durmiendo, y no porque sea un flojo o una persona alérgica a levantarse temprano, pero cuando eres policía y también un padre, tu tiempo de sueño parece empequeñecer con facilidad.

Sí, acabo de tener un par de días libres, pero cuidar a Nina es un trabajo de tiempo completo. Un trabajo que hago gustoso y que no cambiaría por nada, pero eso no significa que no me canse. Y eso que mi hija es tranquila en comparación con otros niños de su edad (8 años), cosa por la que estoy agradecido. No sé cómo sería mi vida si fuera una chica inquieta.

—Pensé que querías ir a desayunar en la cafetería de Laurie.

Sus ojos se iluminan de inmediato.

—¡Claro que quiero, papá! —chilla antes de tirarse sobre mí y rodear mi cuello con sus brazos—. Me encanta ver a la tía Laurie, pero me encanta aún más comer su comida.

Estoy de acuerdo con ella en eso. Mi hermana Laurie es una gran chica y me gusta pasar el rato con ella, pero su comida es celestial. Por eso no me extraña que le vaya tan bien a su cafetería.

—Anda a darte un baño y lavarte los dientes para que podamos irnos.

Salta de la cama y corre hacia el baño del pasillo.

—¡Dame cinco minutos!

Vuelvo a recostarme y cierro los ojos por unos minutos hasta que la escucho salir del cuarto de baño y preguntarme a gritos si puede pedir una malteada de chocolate con su desayuno. Su madre va a matarme si se entera, pero no tiene por qué hacerlo, ¿verdad?

Luego de darme un incentivo mental, me levanto y me meto en la ducha. No puedo estar allí mucho tiempo porque Nina tiene razón (casi siempre la tiene, es muy inteligente) y vamos a llegar tarde a casa de su madre. Es un día importante para Leslie, volverá a casarse esta tarde con el tipo más perfecto que ha conocido, sus palabras textuales, y Dios no quiera que algo vaya mal en este día tan importante para ella.

Ni siquiera se lo puedo reprochar, el día que nos casamos fue un desastre. Llovió durante la recepción, que fue en el pequeño patio de su madre, y acabamos empapados para el momento en el que pudimos meter todo bajo techo. Además de que no fue ni la mitad de grande de lo que es su boda el día de hoy.

Que le aproveche, yo no vuelvo a pasar por ese infierno.

Mi matrimonio con ella no fue el mejor, pero supongo que es el resultado de casarte por embarazar a tu amiga con derechos y luego querer enmendar el asunto para no enojar a sus padres ni a los tuyos.

Lo único bueno de todo ello fue Nina, sin dudas, y volvería a pasar por todo si eso significa que la tendré en mi vida.

Aunque podría haberme evitado las mil y una peleas que tuve con su madre en los escasos dos años que estuvimos casados si hubiese dicho que iba a apoyarla en todo, pero sin unir nuestras vidas más allá de la niña.

Ya no hay tiempo para arrepentimientos, lo pasado está en el pasado y ahora las cosas son mucho mejor para ambos y para Nina, que es lo importante.

Bajo los pies de la cama antes de quedarme dormido nuevamente y bostezo. Nina camina por el pasillo, cantando alguna canción de Taylor Swift antes de que la puerta del baño se cierre de un golpe. Segundos después, se abre la ducha.

Es una chica autosuficiente, ha aprendido a hacer las cosas por su cuenta mientras está conmigo porque soy muy malo en ayudarla con sus cosas de chicas. Su madre siempre se queja de ello, pero es peor si intervengo. Cada vez que me ofrezco a ayudarla las cosas acaban peor que al principio.

Luego de lavarme los dientes y ponerme decente, bajo a la cocina a prepararme un café. Para cuando me estoy sirviendo una taza ya Nina ha salido del baño y se ha metido en su habitación.

Le doy un sorbo a la taza y hago una mueca cuando me quemo la lengua. Sabes que un día va a ser estresante cuando te quemas con el café. Este debería ser un momento para tomar fuerzas antes enfrentar el día, no para accidentarte.

Nina baja a la cocina, llevando un vestido lila con margaritas pequeñitas. Es su favorito, se lo pone cada dos por tres, y aunque su madre siempre le dice que se ponga otra cosa, yo le permito vestirse con lo que quiera, algo más que agregar a la lista de cosas que su madre odia cuando Nina está conmigo.




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