Una novia por 15,000 dólares

Capítulo 7 Amelia

      El camino a casa fue igual que los demás días, continué leyendo el libro hasta que 45 minutos después llegamos a casa. Tal vez vivir tan lejos del instituto le parezca extraño a muchos. Pero otorga una paz increíble que los del instituto no puedan verme saliendo de casa y esas cosas.

      Cuando entramos fuimos todos directo a la cocina y mamá no se hizo mucho de rogar.

      -Entonces, Amelia, quién… no quiero parecer entrometida, pero quien era…

      -¿El chico con el que hablaba? Mi novio.

      Mamá y papá me miraron estupefactos y yo tranquilamente tomaba un trago de zumo de naranja.

      -No se angustien, fue la primera vez que Hernesto usó la palabra clave, al parecer quiere protegerlo de su ex tóxica o algo así. Entonces será simplemente fingir por un tiempo, aunque claro, saben que no les mentiría con nada, así que ya están enterados y los mantendré al tanto.

      -Sinceramente cariño, creo que es una buena idea. Relacionarte con más personas de tu edad puede ser sano. La mayor parte del tiempo estás con adultos y eso no es bueno.

       -No te alteres mamá, tampoco es como que vayan a haber muchos cambios, excepto una cena con sus padres en unos días.

     Les di la espalda a mis padres y fui a mi pequeña oficina en la planta baja, no trabajaría mucho hoy. No me gustaba llamarla oficina ya que solo era un pequeño salón con un escritorio, dos computadores, cinco archiveros y toda una pared llena de libros, claro que solo eran de trabajo, mi biblioteca personal estaba en el segundo piso.

      Me puse a revisar los informes financieros y los actuales inversionistas, también los proyectos de marketing para supervisar como iba la captación de clientes. Todo me parecía muy bueno, pero al parecer para Julián no lo era tanto, y eso me estresaba.

      Pasadas tal vez unas dos horas mi madre entró a la “oficina” y me miró con gesto crítico.

     -¿No piensas salir?

      Me preguntó. Y yo bajé los documentos que en ese momento estaba estudiando. Algo que realmente me irritaba era que me interrumpieran mientras trabajaba y ella lo sabía, pero tal vez tenía un buen motivo así que decidí no demostrar mi alteración.

      -Mamá, solo tengo unas dos horas aquí no debes preocuparte.

      -Querida, son las 10 de la noche. Llevas aquí más de 6 horas.

      -¡Ay por Dios! Ni siquiera me había dado cuenta. Gracias mamá, cerraré los últimos proyectos e iré a cenar.

      -No quería interrumpirte. Como no te veía salir pensaba que te estaba yendo muy bien y parece que acerté, pero no podía dejarte más tiempo, mañana hay escuela y han estado llamando varias veces al celular.

      -Gracias, eres increíble.

      Cuando salió de la oficina terminé las últimas líneas del informe, todo estaba perfecto… excepto uno donde encontré algunas incoherencias pero luego lo revisaría con más detenimiento. Tenía mucha hambre y estaba segura de que quien llamaba era Hernesto. De haber sido asuntos de trabajo habrían llamado a mis secretarias y ellas me habrían enviado emails con todas las informaciones.

      Salí y todo estaba a oscuras, al parecer ya se habían acostado mis padres. Encendí la luz, me metí en la cocina y encontré mi cena en el microondas para que no se enfriara. Antes de servírmela subí a mi cuarto para tomar mi celular y volví a bajar. Resulta que no me había equivocado, Hernesto me había llamado unas 20 veces, Sophie, la novia de Hernesto, unas 15 y un número que no tenía agendado unas 5 veces. Decidí devolverle primero a Sophie mientras me sentaba a cenar. Ella contestó al segundo tono.

      -¡Amelia! Hernesto y yo hemos estado como locos tratando de contactarte, ¿dónde estabas?

      -Lo siento Sophie, estaba trabajando y sabes que cuando necesito concentrarme me alejo de las tecnologías innecesarias y hola para ti también.

      -Lamento la descortesía, no sé qué pasa pero Hernesto me pidió que te llamara a ver si me contestabas ya que a él no, aunque ahora sé por qué. Sabes que adoro hablar contigo pero debes llamarlo.

      -Vale, adiós.

      -Chao

      Inmediatamente llamé a Hernesto y a diferencia de Sophie antes de acabarse el primer tono ya había contestado.

      -¿Hola?- dijo apresurado.

      -Estaba trabajando, voy a cenar, así que te escucho.

      -Fantástico. Ocurre esto. Debes tener la cena con Jonathan y sus padres en dos días, mañana deben ser por lo menos vistos juntos porque absolutamente nadie se cree que son pareja, así que solo necesitamos que las “periodistas” se lo crean y difundan los chismes. Que se encerraran hoy en la mañana en una de las aulas y que Stella los descubriera “besándose” fue una muy buena jugada. Estoy seguro de que fue idea tuya. Ahora, lo fundamental es darle celos a Stella y se está planeando algo jugoso. Cada cierto tiempo nuestro grupo organiza unas salidas en pareja, como Trevor no tenía ninguna fija nunca pudo ir, pero ahora con lo de Stella asegura que es real y quiere ir, eso significa que Jonathan estará, lo que ahora te incluye, el viaje será dentro de dos semanas para el fin de semana, nos hospedaremos en un hotel y todo eso, durante ese tiempo, sabes que te adoro, pero tendrás que colaborar con Jonathan, eso significa que tendrás que arreglar tu uniforme y en los viernes casuales, por favor, usa ropa linda. Tienes un cuerpo magnifico, de verdad no entiendo por qué insistes en ocultarlo.

      Ya había dejado de comer. Adoraba a Hernesto, era mi mejor amigo, pero sinceramente se estaba pasando de la raya.

      -Hernesto, no tengo problemas con la cercanía, pero mi ropa no está a discusión, sé muy bien cómo es mi cuerpo y uso la ropa grande porque odio que se me queden viendo como imbéciles mientras se les sale la baba y en cuanto a lo de tu idea del fin de semana, no lo negaré, pero dudo mucho que pasar todo un fin de semana con un montón de niños ricos y mimados sea buena idea, suficiente tengo con verlos cinco días a la semana y ¿cuál es tu empeño con mantener separados a Jonathan y Stella? Si me lo preguntas hacen muy buena pareja.




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