Una novia por 15,000 dólares

Capítulo 12 Jonathan

 Mi alarma sonó más desesperada que nunca. Siempre pongo tonos estrepitosos cuando toca juego para obligarme a levantarme y no perder tiempo.

      Era hora de la rutina de ejercicios matutinos. Fui al salón de ejercicios y empecé corriendo 15 minutos en la caminadora. Luego el circuito de pesas, aunque no me esforcé demasiado. Hoy había partido y lo menos que necesitaba era una lesión.

      Al terminar recordé que esa noche era la cena, quise volver a las pesas, pues sentí una especie de ansiedad al pensar en la cena, en Amelia, con ropa grande y pelucas espantosas. Eso me pone sumamente nervioso. Que se le ocurra aparecer así. Estoy seguro de que mi madre no la dejaría siquiera pasar de la puerta. O que mi padre ni siquiera se molestara en entablar una conversación con ella, es un hombre muy sociable pero solo se te acerca dependiendo de tu apariencia, si, es algo superficial. Ahuyento todos esos pensamientos.

     Nuevo día, nueva molestia. Tras haberme preparado para el instituto bajé a desayunar y al parecer mi madre lo esperaba con ansias.

     -Cariño. Entonces finalmente esta noche conoceremos a tu novia, estoy muy emocionada.

     -Sí, pero tranquilízate, el día apenas inicia.

     -¿Te sientes preparado para los partidos de hoy?

      Ese era papá. Podía ser un león en los negocios pero al hablar sobre deportes todas sus defensas caían y era totalmente vulnerable.

      Antes de que pudiera contestar mi madre interrumpió.

      -¿Irá a verte al partido?

      -Los dos pueden quedarse tranquilos. Papá, estoy muy listo para los partidos y Amelia estará presente. Luego a las siete vendrá para la cena.

      -Amelia- mamá repitió su nombre- espero que la chica sea tan bonita como su nombre. ¿Y por qué ella vendría en vez de traerla tú? Creo que te he enseñado bastante buenos modales como para que seas consciente de que en una cita debes ir a buscar a tu pareja.

      -No es una cita, es una cena con ustedes. Además, Amelia es algo así como una chica bastante independiente y vive bastante lejos, así que seguro vendrá en autobús o no sé.

      -¿Autobús?

      Genial había metido la pata. Busqué una excusa rápida.

      -Vaya, miren la hora, lo siento debo irme, adiós.

      No esperé a que me detuvieran. Salí súper rápido y una vez arrancado el auto estaba libre de padres entrometidos.

      Una vez dentro del instituto fui directo a los vestidores. El partido de baloncesto era a primera hora de la mañana, el de Lacrosse lo habían puesto para la tarde y siendo el capitán de ambos equipos tenía la mayor responsabilidad de todas. Le dije a los chicos que lo mejor que podíamos hacer era realizar unos calentamientos para antes del juego y todos estuvieron de acuerdo. Terminamos de ponernos los uniformes y fuimos a la cancha bajo techo, Richester tiene de todo.

      Cuando llegamos, la mitad de las gradas estaban llenas, como hoy tocaba partido se impartirían muy pocas clases, todos debían asistir a los juegos. El instituto tenía 4 equipos de baloncesto, ¿por qué tantos? Bueno, siendo los más ricos del país, no éramos muy propensos a querer relacionarnos con gente que no estuviera a nuestra altura.

      Empezamos a practicar con algunos tiros de media cancha, podíamos ser ricos, pero el deporte era para todos, éramos buenos en eso también.

      Cuando sentí que había tenido suficiente calentamiento decidí sentarme un rato en la banca y me puse a mirar las gradas, no veía por ningún lado a Hernesto y se suponía que Amelia debía estar ahí. Después de todo era mi novia. Pero tampoco estaba.

      Media hora después el partido había comenzado, el día de hoy solo se enfrentaría dos equipos, mañana sería el resto pero igual debíamos estar presentes.

      Para inaugurar el partido yo debía lanzar el balón de media cancha y obviamente no erré el tiro. Las gradas ya estaban llenas y la algarabía fue total luego de que encestara.

      Pasado ese momento Jeyson (el capitán del otro equipo) y yo nos colocamos en el círculo central, a cada lado de la línea divisoria y saltamos por el balón que el árbitro lanzó. Logré golpearla y lanzarla a mi equipo.

      Era momento de concentrarnos en el juego, así que decidí olvidarme del público y de todo lo que quedara fuera del terreno de juego. Los pases, dribles y lanzamientos estaban a la orden del día. En menos de 30 segundos ya habíamos hecho la primera anotación.

      Tras el primer cuarto tomamos un merecido descanso, el juego iba 14-13 ganando nosotros. Todos los miembros de los equipos somos bastante buenos, por eso algunas veces los juegos deben extenderse por culpa de un empate, pero ese día no estaba de humor.

      Para la siguiente jugada Jeyson llevaba el balón y le dio el pase adelante a José (miembro de su equipo) para que anotara dos puntos y fácilmente ponerse encima de nosotros, tristemente Trevor fue a frustrales los planes, era el defensa de nuestro equipo, y le conectó un tapón increíble en el tablero a José para que no nos superara y el partido siguiera tal cual.

       Cuarenta y cinco (incluyendo los descansos) minutos después solo quedaba tiempo para una jugada, habíamos cambiado de estrategia unas tres veces y solo íbamos ganando por dos puntos. Me encontraba en una situación incómoda, ser egoísta o arriesgarlo todo.

        Ahora me encontraba a media cancha. Al principio del partido había encestado desde la misma distancia, pero no tenía a nadie que pudiera desviar la dirección del balón, miré a todos lados y al parecer todos estaban ocupados, pero una segunda revisión me permitió ver a Trevor que se escapaba del defensa del otro equipo y quedaba libre indicándome que le lanzaran el balón, decidí arriesgarme y le hice un pase, Trevor consiguió atraparlo y enseguida lanzó al aro… resulta que encestó, con eso ganamos el partido.

      El instituto (o su gente) se fue abajo en aplausos y vítores me sentía realmente extasiado. Todo el equipo se unió y empezamos a darnos palmadas a diestra y siniestra. En ese momento sentía que debía celebrar, esa persona con la que quieres compartir una victoria, ya saben.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.