Una novia por 15,000 dólares

Capítulo 27

      Cuando cerré la puerta me fui a la cocina y encaré a mi madre.

      -¿Se puede saber por qué había una serpiente saltarina junto con las cucharas?

      -En vez de quejarte deberías agradecerme, de no haberlo hecho jamás se habrían abrazado. Debes agradecer que Jonathan sea tan valiente.

      -Mamá…

      -Buenas noches, Amelia.

 

      Jueves…

      El día empezó normal, hasta que recibí una llamada de la oficina.

      -¿Hola?

      -Señorita Ricks, soy Hall, el encargado del departamento de contabilidad de Environhelp.

      -Espero que tengas buenas noticias Hall.

      -Si con buenas noticias se refiere a decirle que tenía razón, entonces sí. Me puse a revisar las cuentas como había pedido y algunos ciclos cerraban pero no cuadraban, indagando un poco más descubrimos que una de las instituciones donde se realizaban donaciones, en realidad no existía.

      -¿Me estás diciendo que hay una empresa fantasma?

      -Hasta el momento es la única que hemos encontrado, solo hay un desfalco de 50,000 dólares así que pensamos que es reciente… pero ya tiene varios meses agendada así que… es algo confuso.

      -Gracias por la información. Continúa investigando y cualquier cosa que descubras no dudes en llamar y comunícate con Loren para que te de mi número personal. Te repito que cualquier información debes dármela.

      -Por supuesto, la mantendré al tanto, señorita Ricks.

      50,000 dólares, me estaban estafando… ¡y yo que regalo dinero! Me sentía frustrada. Y aún debía ir al instituto, genial.

      Viernes…

      Eran las diez de la mañana cuando ya estaba terminando de empacar. Ese día, todos faltaríamos al instituto.

      Me había vestido con unos pantalones de chándal muy anchos y una camiseta gigante. La típica yo, solo que sin peluca.

      Todos nos iríamos en la limosina, cortesía del altruismo Stella. Pero claramente no iba a permitir que todos vieran mi casa, así que iría a casa de Jonathan y que me recogieran ahí.

      Seis horas después…

      La playa era increíble, pero me molestaba un poco el sol, la arena cliente y que un montón de personas anduvieran corriendo por todo el lugar. Pero la playa me gusta.

      Todo el grupo está aquí, en total somos cinco “parejas” y una de ellas son Trevor y Stella. El pequeño grupo de amigos de Jonathan es detestable, excepto Hernesto y su novia Sophie, ellos son un amor y me hacen compañía mientras el resto juega como locos en la playa. Se supone que después de aquí nos quedaremos en un hotel hasta el día siguiente que iremos a un parque de diversiones, luego quien sabe y después a casa. Estamos a tres horas en auto del instituto pero claro, nadie trajo auto.

      Ya eran las 5:20PM. Les dije a Hernesto y a Sophie que fueran a disfrutar antes de que se hiciera demasiado tarde. Luego de asegurarse de que yo estaría bien, se fueron. Yo aún seguía con mi “ropa de dormir”.

      Al parecer todos se estaban divirtiendo. Los chicos hablan en un lado y las chicas en otro dentro del agua, yo tenía mis audífonos puestos y de pronto veo a Jonathan que saca a Hernesto para hablar a espaldas del grupo. El segundo asiente y el primero regresa con el resto mientras el otro va al grupo de chicas y saca a Sophie. Hablaron cerca de un minuto, Hernesto volvió con los chicos y Sophie empezó a salir del agua, no sé por qué será que no me agrada. Cuando llegó a mi lado me dijo:

      -Tendrás que entrar. Los chicos comienzan a sospechar. Sabes que desde que llegaste a Richester, Trevor te odia porque no actúas como ellos y te cree pobre. Stella incluso está diciendo como en el hotel va a conseguir que tú y Jonathan terminen. Todos empiezan a sospechar porque jamás los han visto besándose y muy juntos y esas cosas. Así que dime que no trajiste un bikini comprado en las rebajas de segunda mano y ven al agua.

      Había tenido la decencia de apagar la música cuando la vi acercarse. Miré al agua y vi que las parejas se juntaban y se adentraban más. Poco a poco el agua que les llegaba a las caderas empezaba a quedarles en el pecho. Solo Hernesto y Jonathan no se habían movido y el resto del grupo los llamaba. Genial.

      Respiré hondo y me puse de pie, no sin antes indicarle a Sophie que se callara. Para fortuna de mis amigos, había elegido un bikini simple pero nada tacaño y sabía que las chicas se darían cuenta, era un bikini negro que me quedaba de maravilla, no es por presumir.

      Cuando entramos al agua y llegamos junto a los chicos, Jonathan se me quedó mirando un rato y al final murmuró un “gracias”.

      Fuimos con el resto del grupo y la lengua venenosa de Stella fue la primera en atacar.

      -¿Dolce & Gabbana?

      -Es muy cómodo -respondí sin mirarla.

      -No sabía que los pobretones pudieran costearse algo así.

      -El instituto Richester no otorga becas ni cancela pagos- espero que haya entendido.

      -Bien-habló Berto, el novio de Lara- esto es así. Entraremos un poco más, hasta que el agua le dé a Tim en el cuello, ¿de acuerdo?

      -Pero- se quejó Julia, novia de Tim- aunque Tim sea el más pequeño de ustedes, es más alto que nosotras por una cabeza, el agua nos cubriría.

      -Practicaremos la confianza, si no quieren cumplir entonces recibirán un escarmiento, ¿le entras Amelia?

      -Claro.

      Respondí al instante, así que eso quería probar. No confiaba mucho en Jonathan, pero siempre podía irme nadando.

      -Cuando estemos allá-continuó Berto- empezaremos a saltar olas, el primero que se ahogue pierde.

      -¡¿Cómo que el primero que se ahogue?!- Lara, Stella y Julia gritaron al unísono.

      -Es un decir, los sacaremos antes de que se ahoguen en serio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.