Luego de vestirme iba a bajar a desayunar cuando mi celular sonó. Era Roger, así que contesté:
-Dime que tienes buenas noticias.
-Lamento decírtelo Amelia, pero, el hombre es un estafador- la voz de Roger era tan firme como siempre- le ha robado a tres compañías antes que a la tuya y ha sido un éxito…para él. Te asombrará la relación que tiene con Joseph. El pobre hombre está casi en la quiebra y Julián le ha prometido un negocio millonario que a todas luces no tiene futuro, pero al parecer él no se ha dado cuenta y le terminarán de vaciar los bolsillos. Basado en el historial de Julián, creo que el millón de dólares que te mandó a reunir es para su propio uso. Seguramente maneja la empresa fantasma de la que me hablaste y está drenando tu dinero poco a poco.
-¿Crees que deba tenderle una trampa entonces?
-¿Qué tienes planeado?
-Luego de reunir el dinero le diré que lo dejaré en la empresa para al día siguiente llevarlo al banco. Si no quiere arriesgarse a que tú lo localices entonces irá a robar el dinero y como espero tener a la policía esperando, lo apresarán enseguida.
-Es un gran plan, haré que lo pongan en marcha en cuanto lo solicites.
Colgó. Me sentía frustrada. Bajé y cuando llegué a la cocina estaban Sophie, Hernesto y Jonathan. Al parecer éramos los únicos que nos habíamos levantado. Mi expresión no era muy alegre y Sophie preguntó qué me pasaba. Le expliqué mi conversación con Roger y todos estabas atentos.
-Solo hay algo que no me cuadra. Jamás le hablé a Roger sobre el millón de dólares- les dije.
-Es tu detective privado- expresó Hernesto- debe saber muchas cosas sin que se lo digas.
-Tienes razón-convine- y si lo de Joseph es cierto, eso explica por qué la tarjeta de Jonathan presentaba deudas.
-Es cierto, ahora solo debemos atrapar al estafador.
-Sí, suerte con eso- habló Jonathan.
-¿No vas a ayudarnos?-le preguntó Hernesto.
-Mi trato con Amelia termina cuando ella consiga el millón de dólares. Eso es todo.
Hernesto y Sophie iban a decir algo pero yo me le adelanté.
-Tiene razón. Ahí acaba todo.
-¿Qué harás entonces?- pregunta Sophie.
-Justo lo que le dije a Roger que haría. Me ayudará a llevar todo a cabo.
El resto del grupo se levantó un poco más tarde del medio día. Emilia estaba encantada de hacer una comida abundante. A medida que el día iba avanzando y la resaca iba desapareciendo, decidimos que ese día no iríamos al parque de atracciones.
Algunos decidieron jugar un poco de tenis y otros dar unos cuantos largos en la piscina. Cuando la tarde avanzaba decimos jugar un poco de voleibol. Sí, esta casa era un poco más grande que mi hogar, después de todo, era para socios y futuros inversionistas. Ricos mimados que había que tratarlos bien.
-¿Qué les parece un chicos contra chicas?- preguntó Lara
-Injusto, después de lo de la playa es obvio que no podemos colocarnos en una situación donde el tamaño sea una ventaja, además, sus bloqueos son muy fuertes.
-Cierto, pero un lado quedará con tres chicos, habrá un grupo en desventaja.
-La verdad yo podría solo anotar los puntos, estoy un poco cansado-sugirió Tim.
-Si tú te quedas fuera entonces yo también, así estarán equilibrados-convino Julia.
Todos estuvimos de acuerdo y terminamos jugando Hernesto, Sophie, Lara y Berto (equipo A) contra Trevor, Stella Jonathan y yo (equipo B). No pregunten como quedamos en esa desastrosa posición. Divididos en esos equipos la presión podía percibirse en el aire.
-Bien- empezó Stella- Jonathan y yo tenemos mucha experiencia jugando en pareja así que solo asegúrense de dejarnos el camino libre, ¿entienden?
-Por mí no hay problema- le respondí mientras iba a ocupar mi lugar y Trevor me siguió.
-¿Qué haces?- inquirió.
-No tengo ganas de discutir con tu novia, así que le dejo el camino libre.
-Oye, sé que no nos llevamos bien, pero Stella no ha sido ella misma desde que estamos aquí. Ella y Jonathan tienen un pasado y no sé… yo…
-¿Estás dudando de tu novia?- pregunté directamente.
-No es eso, es que…
-Mira, conozco su historia y yo no dudo de Jonathan- “No dudo que vuelva con ella pronto”. Pensé- lo de ellos es agua pasada. Deja de pensar en eso y concéntrate en el juego, es hora de divertirse.
Rifamos el inicio lanzando una moneda y resultó ganador el grupo de Hernesto. A él le correspondió sacar y con el balón puesto en juego empezó el partido.
Hernesto hace un saque de tenis y manda el balón a la posición 4 donde se encuentra Stella. Ella recibe el balón, pero no lo lleva bien hacia Jonathan, dejando la recepción un poco corta. Sin embargo consigue el objetivo y la envía del otro lado donde Lara la recibe y la devuelve de manera perfecta. Stella, sin problema alguno, llega hasta el balón y Jonathan, aprovechando la oportunidad corre velozmente y salta lo más alto que puede para golpear el pase de Stella, el cual llega perfectamente a su mano de golpeo. Sin que el equipo A se diera cuenta ya el balón había sido rematado y así el equipo B obtuvo el primer punto del partido.
Varias jugadas más tarde, ganamos el primer set, o más bien Stella y Jonathan lo ganaron ya que Trevor y yo no pudimos ponerle las manos ni una vez al balón. Hicimos un tiempo libre para refrescarnos y Trevor se me acercó con aire de complicidad.
-Tengo una idea- me dijo- Jonathan y Stella se burlan de nosotros, devolvámosles el favor.
-¿A qué te refieres?- pregunté.
-Ellos no nos han dejado espacio, no hemos jugado, así que ahora nos interpondremos en su camino y no le podrán dar al balón.