Domingo por la noche…
Después de un día en el parque de diversiones habíamos vuelto a la ciudad. Todo estaba normal. O más o menos. Las cosas entre Amelia y yo estaban muy tensas. Habíamos logrado salir airosos del paseo ya que en el parque de diversiones nos subimos a todas las atracciones y nos mantuvimos alejados de los chicos, pero de vuelta en el mismo lugar las cosas se complicaban.
No había que pensar tanto. Haríamos lo planeado. La ayudaría a recolectar el millón… los 985,000 dólares (ya teníamos 15,000) y terminaríamos… en cuanto a Stella… seguramente ya lo habrá aceptado.
Lunes…
Les daré un resumen de la semana. Inmediatamente hubo iniciado Sophie, Hernesto, Amelia y yo nos pusimos manos a la obra para llevar a cabo su idea.
Les sorprenderá saber que hay muchas diseñadoras que les gusta apoyar las buenas causas. Conseguimos cinco diseñadoras que elaboraron tres piezas únicas cada una. Con eso recaudamos 300,000 dólares y era solo el primer día.
Pensé en pedirles a mis padres que aportaran algo. Otorgaron la generosa cantidad de 100,000 dólares.
El resto de la semana fue un gran caos. Mis padres donaron un auto para subastarlo. Hernesto decidió prestar sus servicios a grandes empresas por la tarifa mínima. Sophie hizo un lavado de autos en su escuela, ella podía ser muy convincente. Lavaron más de mil autos (ya saben que nos gusta tener muchos) Amelia y su madre decidieron hacer una venta de pasteles y les fue mejor que a nosotros ya que como eran tan reconocidos las personas pagaban de más. Se tomaron tres días en el proceso y los resultados fueron fascinantes. Harry, por su parte, decidió crear un nuevo número en algunos hoteles y las propinas serían para la compañía.
Cuando el jueves sacamos cuentas, habíamos reunido 370,000 dólares. Eso nos daba un total de 785,000 dólares. Estábamos atascados y la semana casi terminaba.
-Nos hacen falta 215,000 dólares, ¿cierto?- les dije a todos.
-Así es- confirmó Hernesto.
-Bien, yo los donaré entonces y acabamos con esto.
Todos se quedaron mirándome.
-Sabía que querías deshacerte de mí. No sabía qué tan rápido.
Esa era Amelia. Hablábamos muy poco y siempre que lo hacíamos terminábamos en una discusión.
Durante los eventos parecíamos… parecía que todo estaba bien, pero tras la puerta… era otra cuestión.
-En todo caso- continuó Amelia- con eso ya tenemos el millón, solo queda hacer que Julián caiga.