Hola, soy Hernesto. Lamento ser quien les diga esto, pero Amelia y Jonathan están tan enojados que ni siquiera quieren contar la historia, así que lo haré yo. Después de todo, fui quien los metió en este lío.
Los padres de Amelia se alteraron cuando regresaron el domingo por la noche en vez del lunes y encontraron a su hija con puntos en el brazo y una historia de película. No encontraban como castigarla porque no era dependiente a nada, pero estaban molestos, asustados y aliviados.
El lunes, Amelia decidió cambiar todo. Terminó de arreglar su uniforme y empezó a ir al instituto en su Harley. Muchas personas empezaron a ponerle atención a partir de ese momento.
Los negocios iban cada vez mejor. Se descubrió que Julián se encargó de que todos los inversionistas de Environhelp renunciaran, porque los había amenazado. Pero con él en prisión todos volvieron y las cosas estaban marchando bien en la compañía.
El miércoles Joanna llegó de París, quería pasar un tiempo con su familia y… con Amelia. Aún no habían anunciado su separación, esto podía ser complicado.
Ahora mismo voy a casa de Amelia. Necesito saber qué piensa de todo esto, de Jonathan. No lo sé.
Cuando llegué a casa de Amelia sus padres me abrieron como siempre.
Esperaba noticias de Sophie. Ella había ido a hablar con Jonathan para ver cómo estaban las cosas.
Amelia estaba en la biblioteca. Tan tranquila como si el último mes jamás hubiera pasado.
-Espero no interrumpir- pronuncié cuando entré mientras ella levantaba la vista.
-No. Llegas justo a tiempo. Necesitaba descansar la vista- me dijo con una sonrisa.
-Amelia- me senté en uno de los sillones- vine a hablarte sobre Jonathan- su sonrisa desapareció.
-No sé nada que tú no sepas.
-De hecho sí. Quiero saber… quiero saber qué sientes por él.
-¿Por alguien que quiere echarme la culpa de todo lo que no puede controlar? ¿Por alguien que me deja ir sin remordimientos a encontrarme con un ladrón y luego recibe una bala por mí pero alega que lo haría por cualquiera? ¿Por alguien que después de lo que pasó el sábado cortó toda comunicación conmigo? No lo sé. Lo que sí sé que no siento, es afecto, Hernesto.
-No sé por qué siento que hay algo que no me cuentas.
-Tienes la ilusión de que te diga algo que es mentira. No voy a hacer eso. Si no tienes nada más interesante que decir, por favor vete.
No le repliqué nada. Jamás me había echado de su casa. Sentía que algo faltaba en la historia que me contaba. Cuando salí decidí llamar a Sophie. Tal vez le había ido mejor que a mí.
-Dime que te fue bien con Amelia- dijo cuando contestó.
-Estaba esperando que me dieras buenas noticias.
-Te dije que debíamos hacerlo al revés. Amelia puede soltarse más contigo y Jonathan y yo nunca hemos entablado una conversación de más de dos minutos.
-Ven a casa de Amelia, yo iré a la de Jonathan.
Nos encontramos a mitad de camino y nos saludamos con las bocinas. Cuando llegué a casa de Jonathan su madre sonrió y me abrió la puerta.
-Ojalá puedas hacer que hable- me dijo mientras me dejaba en la puerta de la habitación de Jonathan.
Cuando entré él estaba acostado en su cama mirando al techo, eso me ponía nervioso, ¿saben por qué? Jonathan no es el tipo de chico que mata el tiempo en una cama.
-Bien amigo, es hora de que lo cuentes todo.
-No le dije nada a tu novia. ¿Qué te hace pensar que a ti si?
-Porque yo soy tu mejor amigo. Y si no me cuentas lo que te pasa vas a explotar.
Jonathan se sentó en la cama y me fijé que sus ojos estaban rojos.
-Hermano no me digas que estabas…
-Lo arruiné. Lo arruiné en grande. Amelia es… yo… lo arruiné.
-Recibiste una bala por ella Jonathan.
-Lo sé.
-Entonces, ¿qué fue lo que arruinaste?