Joanna se había contactado conmigo y pasarían por mí dentro de unos minutos para que la despidiéramos en el aeropuerto. A pesar de que ella había querido pasar tiempo conmigo mientras estaba aquí no había sido posible.
Estaba por salir de la habitación cuando recibí una llamada a mi celular. Era Hall.
-Por favor dime que tienes buenas noticias- contesté.
-Me temo que no. Encontramos otras dos instituciones benéficas fantasmas. Se llevaron 90,000 y 1,200,000 dólares cada una.
-No puede ser posible- me sentía frustrada- ya arrestaron a Julián no es posible que sigan robando dinero. Roger me dijo que ya no había más señuelos, ¿Qué pasa?
-Lo de las empresas era la medianamente mala noticia, ahora van las malas.
-Dilo de una vez- hablé en tono cansado.
-Contraté a alguien para que rastreara la dirección IP de las cuentas. La primera compañía literalmente nos llevó a un oasis, pero las otras dos…
-Escúpelo de una vez- me estaba desesperando.
-Nos conectaron con el servidor de Roger, señorita. Según mi teoría, él ha estado robando dinero y Julián era su cómplice. Eso explica por qué no encontró otra compañía fantasma. Son suyas.
Tuve que sentarme. Las informaciones que me acababan de llegar eran abrumantes. Julián tenía razón. Había alguien más detrás de esto.
-Hall- la voz apenas me salía- descubrí algo y… me gustaría que lo estudies y ver si de alguna manera se conecta con Roger, ¿podrías?
-Por supuesto.
-Bien, haré que te llegue en una hora más o menos. Gracias.
-A sus órdenes señorita.
Llamé a Loren dándole la indicación de que buscara algo en mi casa y se lo llevara a Hall en seguida. También llamé a Sophie y a Hernesto y les pregunté si podían llegar a mi casa dentro de dos horas, necesitaba de su ayuda. Ellos aceptaron. Minutos después me encontraba charlando con Joanna camino al aeropuerto.
La despedida fue muy emotiva. Joanna no paraba de llorar. Me dijo que tenía un obsequio para mí.
-¿Qué?- pregunté- No debiste hacer una cosa así. Yo debía traer algo para ti.
-Es para darte las gracias. Mi hermano nunca ha sabido elegir a sus parejas. Siempre se mete en relaciones tóxicas y descubrí que Stella era la peor de todas cuando me pidió que fuera a tu casa y colocara un micrófono.
-¿Qué hizo qué?
-Su padre le dijo que mamá y papá no dejaban de alabar a los Ricks y que el jefe de Joseph le había pedido que colocara unos micrófonos en las casas de los más ricos de la zona, esos somos ustedes y nosotros. Cuando me negué a ayudarla me pidió que no te lo contara pero, no voy a ocultarte algo así.
-Y… ¿qué tienes para mí?- traté de cambiar la conversación. Esta noticia daba luz sobre todo.
Joanna me entregó una pequeña caja. Cuando la abrí había dos pulseras conectadas en un corazón. Cada mitad tenía dos letras Am de un lado y An del otro.
-¿Aman?- pregunté extrañada
-Sí. Se me hizo difícil tratar de combinar sus nombres pero al fin lo logré y esa palabra… creo que los identifica. Mira- tomó la que decía An y le dio la vuelta. Era el dibujo de una mano femenina alzando el meñique- Es igual que la mía. Para que sepas que somos amigas y trataré de apoyarte.
-Pero si apenas nos conocemos.
-Te ganaste el cariño de mi familia. Cuando estuvimos en París me di cuenta de que te ganaste el corazón de Jonathan y yo he podido comprobar lo maravillosa que eres. Quiero que le des la otra mitad a Jonathan ¡y no se les ocurra quitárselas!
-¿Fue por esto que faltaste a la cena?-dije ya sin poder controlar las lágrimas de la alegría. Joanna era la mejor cuñada… falsa, que cualquiera pudiera desear.
-Sí. Cuando salí de París aún no estaba terminada y tuve que esperar a que la enviaran aquí, se tardaron mucho pero valió la pena.
Nos abrazamos y al fin subió a embarcar. Cuando iba de vuelta secándome las lágrimas le di la caja a Jonathan antes de entrar al auto. En seguida nos pusimos en marcha.
-¿Qué significa?
La voz de Jonathan me sacó de mis pensamientos. Me tomó un poco de tiempo comprender que se refería a la pulsera.
-No es nada, solo algo de Joanna.
-Tú tienes una.
-También me regaló una.
-Pero también tiene algo grabado.
Suspiré.
-Joanna quería encontrar la manera de que nuestros nombres combinaran, pero es obvio que no lo hacen. Al igual que nosotros.
El resto del camino lo hicimos en silencio y al llegar a mi casa Jonathan se quedó conmigo. Les había pedido a sus padres que lo dejaran y ellos aceptaron. Necesitaba su ayuda para un plan.
Cuando entramos, Sophie y Hernesto estaban en el salón de juegos. Mi madre me dijo que ya habían pasado a recoger el pequeño paquete.
Les conté todo lo que sabía. Desde lo ocurrido con Julián, la casa de Jonathan, lo contado por Hall y la conversación con Joanna y todos estaban tan impresionados como yo lo estuve en un principio.
-Los llamé porque con ustedes empecé esto. Mi plan, si aceptan, es que Jonathan vaya a casa de Stella y coloque uno de los micrófonos en la sala. Así descubriremos si el jefe de Joseph es Roger y nos ayudará a reunir más pruebas para atraparlo.
-¿Y por qué te ayudaría?-se quejó Jonathan.
-Porque aún te ayudo a deshacerte de Stella- era mi única carta- y ahora eres el único que puede entrar a su casa sin levantar sospechas y ayudar a descubrir qué demonios está ocurriendo.
-¿Qué propones que haga?
-Vas a casa de Stella, le dices que te arrepientes de que su relación haya acabado y de cada momento después. Luego intentas que hable sobre su situación económica y así estaremos más cerca de la verdad. ¿Lo harás?