NARRADORA
Los días fueron pasando al igual que las semanas, mientras Edward no podía encontrar una niñera para sus hijos…Rosalía no salía de su habitación por orden del rey ya que al ser una loba era posible que la despedazaran con solo poner un pie fuera de la mansión.
Los niños iban casi todas las tardes a verla y pasaban un rato con ella, eso antes de que el ogro como había decidido llamarlo ella llegara a la casa.
Así paso tres meses y para bien o mal al menos no la mataban de hambre y tampoco la agredían.
Para Lía las noches se habían vuelto un infierno, pero para acabar con él debía romper el lazo que le hacía daño…lo malo era que para eso debía volver y según lo que Alik le había dicho eso no podía ser por el momento.
Lía sabía que faltaba poco para noche buena y era la primera vez que se había puesto a pensar en lo sola que había estado todos esos años…en el fondo de su corazón quería por primera vez en casi cuatro años tener unas muy felices fiestas, pero sabía que pedirle eso al ogro sería imposible.
Por otra parte, recordaba lo que los niños le decían siempre, ella se había convertido en una amiga para esos tres pequeños…recordó que hace unas semanas ellos le habían dicho que aún no tenían niñera y que su padre se estaba volviendo loco así que se le ocurrió algo que para ella podía ser la solución de ambos problemas…para él tendría niñera y ella podría ser útil en algo.
El problema principal era convencer al ogro de que le diera una oportunidad de demostrarle que ella podía defenderse sola, con eso ella se dejó arrastrar por Morfeo no sin antes pedirle a su diosa que le diera una solución.
Mientras tanto Edward estaba en su despacho preguntándole a la foto de su esposa que debía hacer…para él ha sido muy difícil el criar a sus hijos solos. Salió de su despacho y se cercioró de que sus cachorros estuvieran en la cama y que todo estuviera en orden antes de irse a dormir para empezar un nuevo día y con este un nuevo reto.